Capitulo Doce

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Justin aparcó el auto en la entrada de la cafetería.

- ¿Segura que no quieres que te acompañe? – me preguntó por milésima vez. Sacudí la cabeza.
- Estaré bien. Te veo en el parque de diversiones en un rato – se volvió hacia mi y puso su mano en mi mejilla.
- ____...
- Justin – lo interrumpí -, encerio, solo es Caitlin, no me va a hacer nada. Lo sé.
- Ok – suspiró y me dio un corto beso en los labios. Me di la vuelta hacia los asientos traseros para ver a Drew que estaba... ¿comiendo una bolsa de frituras?
- ¿De dónde sacaste eso, Drew? Sabes perfectamente que no puedes comer golosinas antes del almuerzo – le quité la bolsa y el hizo un puchero.
- Estaba debajo del asiento – miré a Justin a lo que el sonrió nerviosamente.
- Voy a hacer una limpieza en tu auto eh – le amenacé. Me volví de nuevo a Drew -. Iré a verme con alguien, luego nos vemos ¿si? – el asintió y yo le acaricié la cabeza.

Salí del auto y me recosté en la ventanilla de Justin.

- Te veo en el parque, y no le compres muchos dulces ¿De acuerdo?
- Yo también soy padre ¿Sabias?
- Justin – lo miré con el seño duro.
- Ok, mi amor. Te cuidas – me dio otro beso y arrancó el motor. Subí a la vereda y vi como su coche se alejaba y desaparecía en la calle.

Tome aire y caminé hacia la entrada de la cafetería. Empujé la puerta y la campanilla sonó mientras entraba.

El lugar no estaba muy lleno considerando que eran las 12 de la tarde. Pasee con mi mirada el lugar buscándola hasta que la encontré. Estaba sentada junto a la ventana mirando hacia ella y con gafas en los ojos.

Volví a tomar aire y me dirigí hacia ella.

- ¿Caitlin? – pregunté una vez frente a ella. Me miró y se mordió el labio inferior.
- Si. Hola ____.
- Hola.
- Sientate, por favor – hice lo que me dijo y al segundo vino una camarera preguntando que queríamos -. Un té helado por favor – pidió Caitlin.
- Lo mismo – pedí yo. Una vez la camarera se fue, entre nosotras reinó un silencio sepulcral.

Ella jugueteaba con un bonito anillo en su dedo. Un anillo blanco con un diamante en medio... Un anillo de compromiso.

- ¿Te vas a casar? – pregunté más como una afirmación que como pregunta.
-Si – una sonrisa iluminadora se le formó en el rostro mientras veía el anillo con devoción.
- ¿Se... se puede saber con quien? – la sonrisa cayo de su rostro. Volteó la cara hacia la ventana un momento y luego se quito las gafas de sol.
- Aiden – y fue como un baldazo de agua fría.

Creía que mis ojos se saldrían de sus orificios...¿Aiden?¿Mi Aiden? ¿Aiden Trouter? ¿Miamigo de secundaria? ¿El padrino de mi hijo? ¿El chico con la mente mas alocadajamás vista? ¿Qué? ¿Cuándo? ¿Cómo? ¿Ah?

- ¿Ah? – fue lo que le dije.
- Si... Por eso fue que te llame... De verdad que nofue planeado. Es decir, jamás me lo imagine... Solo sucedió, no sé como – seatoraba con sus propias palabras.
- Pero, ¿Cómo sucedió? ¿Cuándo? ¿Por qué no medijeron nada? – ella tomó aire y se remojó los labios.
- Nos conocimos en la universidad. En realidad loconocía desde la secundaria, pero en la universidad recién empecé a hablar conél. Íbamos a la misma clase de química y fuimos compañeros... Al principiopeleábamos mucho – sonrió mirando la mesa -, pero luego nos fuimos conociendomas y... Al final terminé enamorándome de el – me miró a los ojos y sonrió -. Esun chico increíble.

Y cuando abrí la boca para contestar llegó lacamarera con las bebidas. Ambas dimos un sorbo a cada una y luego, ella sequedó mirando su vaso mientras yo la miraba a ella.

- ¿Por qué no me dijo nada? Somos mejores amigos...No lo entiendo – mi cabeza era un mar de preguntas, y hasta ahora, ningunatenia una respuesta.
- Por eso mismo, ustedes son mejores amigos y...bueno, tu y yo no nos llevábamos tan bien que digamos. Cuando iniciamos le pedíque lo mantuviéramos en secreto porque... Tenía miedo.
- ¿Miedo? – ella se frotó el puente de la nariz yse acomodó su largo cabello tras su hombros. Como lo hacia de niñas. Tomó unpoco de té y luego me miró a los ojos.
- En el tiempo que pasábamos juntos, notaba queAiden siempre tomaba en cuenta tu opinión muy por encima de todo. Tanto tuyacomo la de Aqua. Ustedes eran como hermanas para él y el les tenía muchoaprecio y consideración. Por eso, temía que si te dijera a ti o a Aqua sobrenosotros ustedes le dijeran algo malo de mi y eso hiciera que termináramos...
- Jamas haría algo así, Caitlin. Me conoces desdehace mucho y sabes que nunca diría nada que perjudicara a otra persona. Pormucho que me cayera mal.
- Yo lo haría – admitió luego de una pausa -. Perosi, yo sé que tu no lo harías... Creo que lo que mas temía era tener que... tenerque enfrentarme a ti – se mordió los labios y bajo la mirada.
- ¿A mi? – esto era demasiado para que mi cabeza loprocesara.
- Si. A ti. Quizás tu no lo tomes en cuenta, peroyo aún recuerdo como nos conocimos, como nos hicimos amigas y esos años en quelo fuimos.
- Si me acuerdo. Y también me acuerdo que entre enuna depresión por la muerte de mi madre y tu, junto con el resto de chicos, sealejaron de mi como si tuviera influenza o algo peor.
- Lo sé – tomó un sorbo de su bebida y movió lacabeza un par de veces -. Me porte verdaderamente mal contigo y no tienes lamenor idea de lo arrepentida que me siento. Sé que todo fue mi culpa pero... Esque ¡era una niña!
- Yo también lo era – le recordé.
- Tenía miedo... No sabía cómo tratarlo porque laverdad es que, eras tu la que siempre se preocupaba por mi, la que siempreestaba subiéndome el ánimo y aconsejándome. La que con una llamada telefónica ouna conversación por internet me subía el ánimo de manera tremendamente enorme.Y no era solo yo, sino todos. Tú eras la alegría del grupo, la que nos dabafuerza a todos, la que siempre estaba allí apoyándonos a pesar de estar pasandopor un momento malo. Pero cuando te paso a ti... Tenía miedo de herirte, no supecomo manejarlo... Me sentía mal por no portarme como una buena amiga cuando tuhabías sido eso y mucho mas y mi salida mas rápida fue ocultarlo todo ydesentenderme del problema. No creas que no me dolía verte tan oscura en lospasillos de la escuela, ¿Por qué crees que nadie se metia contigo? Porque apesar de todo tu seguías siendo una persona muy especial para mi y si biensabia que no podía ayudarte de la manera en que te merecías, por lo menos podíahacer que no te sintieras peor.
- Pues no lo demostraste muy bien que digamos esedía en la clase de gimnasia ¿Recuerdas? Cuando casi me ahogo y me insultaste ami tanto como a Aqua. Ni tampoco cuando me llamaste para decirme que Clarissese estaba besando con Justin.
- ¡Estaba celosa! – exclamó dejándome sorprendida.Parpadeé varias veces tratando de analizar eso – Siempre esperé que cuandosalieras de tu depresión volviéramos a ser amigas. Cuando llegó Justin yempezaste a superar todo creí que podríamos ser amigas, pero no pasaba, tununca quisiste acercarte a mi y yo era lo suficientemente orgullosa para nohacerlo contigo. Y por eso te llame, quería de alguna manera advertirte de loque pasaba con Justin, y todas esas veces que fui a tu casa a buscarte bronca,créeme, por favor créeme cuando te digo que lo único que quería era tuatención. Que por lo menos me odiaras a no hacerme caso en lo absoluto. Ycuando llego Aqua, me sentí perdida. Tú habías encontrado a una nueva mejoramiga y yo no. Tú habías seguido adelante, mientras que yo seguía esperando aque un día me dijeras que querías que volviéramos a ser amigas.

Me le quedé mirando un momento mientras ella tomabaaire ya que todo lo había dicho tan rapidamente que no había respirado. Cuandopor fin se recuperó, de nuevo hablo.

- Lo siento mucho, fui tan tonta yo...
- Todo esta olvidado – le interrumpí y tome unamano suya por encima de la mesa -. Al fin y al cabo seremos prácticamentecuñadas, y a decir verdad, estoy feliz de que lo seamos.

Ella me sonrió y sin pensarlo dos veces hicimosnuestro típico saludo de mano que creamos a los 8 años.

- Y bien, ¿Cuándo será la boda? – preguntésonriendo.

Llegaste tú & todo cambio♡ (Justin Bieber Y Tú)  Completa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora