Believe |Capitán América/Steve Rogers|

3; No lo puedes evitar.

-¿Te encuentras bien?- preguntó Wanda entrando en la habitación, deteniéndose a mirar al capitán golpear con brusquedad el saco de arena.

¿Pero cómo podía estarlo?

Hacia unos días se había enterado de la verdadera razón por lo cual Lizzy había muerto, se sentía tan traicionado que ni siquiera podía pensar en esos momentos que confío ciegamente en SHIELD. Y como si la culpa no fuera suficiente, ahora era un fugitivo del gobierno, luchando contra los que alguna vez creyó que eran sus amigos.

-Si- contestó rápidamente sin detenerse.

Steve estaba cegado por el dolor, de tan solo pensar lo que había sufrido su amada Lizzy, el corazón se le encogía en el pecho. No creía poder soportarlo por mas tiempo.

-Deberías descansar- intento persuadirlo Wanda-. Mañana se viene algo grande...-

"-Debes descansar Steve- le regaño Lizzy mientras se quitaba el abrigo y lo dejaba perfectamente doblado sobre el mueble-. Tienes que tener fuerza para ser el gran líder que eres.

-¿Por qué no me miras?- preguntó Steve con cierta incomodidad.

Desde que se habían reencontrado en Londres, la actitud de Lizzy había cambiado drásticamente. Había dejado de ser tan cálida con él como cuando estaban en Brooklyn, ahora siempre mantenía cierta distancia con el capitán.

-Si lo hago- sonrío ella volviendo su atención hasta él súper soldado.

-No- negó Steve acercándose, logrando que Lizzy se encogiera en su lugar-. Es como si me temieras...-

Steve se sentía dolido por el trato de Lizzy. Si, había cambiado físicamente, pero seguía siendo el mismo tipo de Brooklyn.

-Steve- Lizzy susurro su nombre con la misma delicadez como si se tratase de un ángel. Llevo sus manos hasta el rostro del súper soldado, y acaricio cada rasgo con cariño-. Aun es difícil verte así...- explicó sin dejar de acariciarle.

-Pensé que te gustaría más de esta forma- contestó entre dientes, dejándose llevar por las caricias de la castaña-. Creí... Creí que así me querrías.

-Yo te quiero desde mucho antes de esto...- sonrío ella mirándolo-. Yo te quiero desde que eres ese encantador muchacho de Brooklyn."

El saco de arena voló por los aires hasta caer en el otro extremo de la habitación, Steve respiro profundamente intentado no romperse en cientos de pedazos.

Ella le había querido, aun cuando nadie tenía fe en él.

-Los recuerdos, hasta los mejores de ellos, pueden llegar a atormentarnos con su dolor...- hablo Wanda dandole una sonrisa triste.

-Si... Si yo hubiera vuelto... Si hubiera vuelto ella no hubiera sufrido de esa manera- cada vez que repetía esas palabras, sentía que algo dentro de si se quebraba un poco mas.

-Hay cosa que simplemente no podemos evitar- susurro Wanda tomando su mano dandole, de esa manera, apoyo-. Pero estoy segura de que ella estaría muy orgullosa de lo que has logrado.