19; Despertar.

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James contuvo la respiración por un par de segundos antes de soltar un sonoro suspiro al aire al mismo tiempo que tallaba sus ojos con fuerza con sus dañados nudillos, dejando unos pequeños hilos de sangre sobre sus párpados. Llavaba días sin dormir, y la mejor forma que tenía para descargar su frustración era contra el saco de boxeo, y para esas alturas, ya había destrozado cuatro sin piedad alguna.

-¿Papá...?- la suave voz de Jack inundó el sótano.

-¿Qué haces fuera de la cama campeón?- preguntó James mientras se acercaba a las escaleras-. Es tarde como para que estés despierto.

-No podía dormir...-


¿Papá?- James intentó hablar lo más bajo posible, sabía que no debía de estar fuera de la cama a esas alturas de la noche, pero había algo que le permitía quedarse en la cama.

-¿Qué haces fuera de la cama campeón?- preguntó su padre mientras lo cargaba en su hombro y lo llevaba escaleras arriba nuevamente-. Es tarde como para que estés despierto.

-No puedo dormir- se quejó el pequeño rubio al acomodarse nuevamente en la cama, intentando salir de ella, pero los brazos de su padre lo obligaron a quedarse en su lugar-. Estoy preocupado por mamá...-

-No tienes que preocuparte- susurro Steve mientras se sentaba en el borde de la cama y lo arropaba con cuidado.

-Mamá esta muy triste- contestó James rendido-. Creo que la tía Peggy y ella están molestas...-

-¿Por qué lo dices?- él pequeño rubio sintió una extraña sensación al escuchar la preocupación en el tono de voz de su padre, nunca antes lo había escuchado así.

-La tía Peggy dijo que debías irte, porque te necesitaban y a mamá no le gusto la idea- susurro con con repentina tristeza James-. ¿Vas a irte papá?

-Debo ir a trabajar campero- suspiro Steve.

-Pero tu trabajas en el taller junto con el abuelo Joe- inquirió él pequeño Rogers haciendo una mueca-. No entiendo por qué debes irte...-

Steve suspiro cansado, logrado que el ceño de James se frunciera-. Eh conseguido uno nuevo, ahora voy a trabajar con la tía Peggy y tío Howard.

-Pensé que te gustaba trabajar con autos...- James frunció los labios intentando comprender a su padre, completando una mueca de disgusto-. ¿Acaso ya no te gustan los autos?

-Me gustan los autos- el capitán sonrío levemente ante las ocurrencia de su hijo-. Pero también me gustan otras cosas...-

-¿Como el perfume de mamá?-sonrío animadamente James, cambiando su ánimo-. Me gusta mucho el perfume de mamá, es como si llevara rosas con ella a cualquier lugar.

-Amo el aroma de mamá- río Steve-. Así como también me gustan los autos, también me gusta hacer justicia y ayudar a quienes lo necesitan.

James analizo, dentro de lo que podía, la respuesta de su padre, logrando llegar a una única repuesta-. ¿Vas a ser él Capitán América?- preguntó abriendo los ojos con cierta emoción.

James no había recordado ese momento en mucho tiempo, había intentado a toda costa mantenerlo enterrado en lo mas profundo de su mente. Luego de ese precisó momento, todo había ocurrido tan rápido que James lo lograba ordenar los recuerdos en su mente. Ese momento lo había desatado todo. La separación de su pequeña familia, la partida de Steve y luego la de su madre, la perdida de su hogar. James lo había perdido todo por ese nombre, para James, el Capitán América no significaba mas que dolor y perdida.

-Además, ya son las ocho de la mañana- aclaró él castaño cruzandose de brazos, obligando a James a volver fuera de sus recuerdos.

El agente cerro los ojos con fuerza soltando un par de maldiciones por lo bajo, procurando que su hijo no las escuchará.

-Mamá dijo que debías subir a por el desayuno...- aclaró Jack encogiéndose de hombros para luego subir escaleras arriba.

El agente golpeó por una última vez el saco de boxeo, para luego subir las escaleras rápidamente, cruzó el pasillo dando largas sanadas hasta que llego a la cocina.

-Ve a darte una ducha- murmuró Charlotte dándole una mirada rápida a su esposo para luego volver al sartén con huevos revueltos-. No vas a sentarte en la mesa oliendo a perro muerto.

El rubio escuchó una suave risa por parte de su hijo a sus espaldas una vez que abandono la habitación, subió las escaleras trotando y cerro la puerta de habitación matrimonial para poder asearse correctamente, y luego de veinte minutos, él agente se encontraba nuevamente en la cocina, listo para poder comer su desayuno.

-Aquí tienes amor- sonrió Charlotte sirviendo una taza con café para luego dejarle frente a James, aún lado del plato con huevo y tostadas-. Que lo disfrutes.

-Buenos días para ti también amor mío- contestó James sujetando a su esposa por la cintura para luego darle un calido beso en los labios

-¡Oh vamos, estoy tratando de desayunar aquí!- se quejó Jack cubriendo sus ojos con ambas manos-. Son asquerosos...-

La pareja río por lo bajo para luego retomar sus acciones anteriores. Charlotte dejo la cafetera en su lugar, tomo su plato y se sentó entre medió de su hijo y de su esposo para comenzar a desayunar junto a ellos como cada mañana se solía hacer, pero una presencia bajo el umbral de la puerta obligo a la pequeña familia a salir de su rutina matutina.

Jack miró sobre su hombro y analizó al hombre que se encontraba a un par de metros de él; alto, fornido, cabellos rubios, ojos azules y rostros contraído por la seriedad. Una versión un poco mas vieja y sobria de su padre. No recordaba haberlo visto antes en la casa, y es que no mucha gente solía visitarlos para ser sinceros, solo tía Nat, la abuela Peggy y Tony, pero Nat solo venía el último viernes del mes y la abuela ya no podía ir a por ellos porque estaba demasiado vieja y debía quedarse en el asilo, y a Tony le veía cada martes, jueves y viernes en sus clases especiales; pero por alguna extraña razón, él hombre en su cocina le resultaba familiar.

-Vamos cariño, debes prepararte para ir a con Tony- murmuró Charlotte apresuradamente tomando al muchacho por los hombros y guiandolo fuiera de la cocina.

James se mantuvo estático en su lugar, considerando todas las posibilidades, pero aún con su genética desarrollada para planes de combate y ataque, no lograba una forma de seguir evadiendo a Steve.

-Cambiaste los muebles- Steve se aclaró la garganta dando un pasó dentro de la cocina, provocando que James se levantara de golpe de su lugar-. Se ven bien...-

-Charlotte redecoro toda la casa, por dentro y por fuera- mascullo el agente sin moverse de su posición, alerta ante cualquier movimiento por parte del hombre que alguna vez llamo padre.

-Lo noté...-

Steve respiró profundamente intentando controlarse. No hacía mas de un mes había despertado de su largo sueño, y luego de que los especialistas de SHIELD se asegurarán de que el viejo hombre de Brooklyn estuviera en un perfecto estado físico, se encargaron de ponerlo al día de lo había sucedido en el mundo desde su congelamiento. Claro que para Steve fue difícil entenderlo de una vez, había despertado en una época y siglo completamente diferente al que él conocía. Y saber que su hijo, su James estaba esperando a por él en la que solía ser su hogar, no había el hecho más que abrumarlo por completo.

-¿Dónde... dónde esta...?- la voz del capitán salió en un susurro tembloroso.

-¿Mamá?- completo James girando sobre sus talones para enfrentarlo, obteniendo un asentamiento-. Estaba por preguntarte lo mismo.

-¿Qué...?-

-Debías de haber estado aquí para evitarlo, pero no fué así, no estabas aquí- habló con furia en cada palabra James acercándose peligrosamente-. No estabas aquí, cuando ella mas te necesito, tu no estabas.

Believe |Capitán América/Steve Rogers|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora