Noche

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Habia pasado una semana desde que estaba en aquel lugar cuidando a la reina. Con cada dia se me iba haciendo más pesado y largos los dias. Ser un espia no era lo mio, lo mio era estar alla en el campo de batalla en donde podía serle más útil a Francia. Aquí era todo distinto, lejos de Paris la guerra se encontraba muy lejos aunque constantemente se escuchaban las nuevas noticias por el lado de Francia y por el lado de España, aqui era dificil ovlidar que la reina no era francesa sino española. No sabía si era aproposito o no peor a veces la escuchaba a ella y a sus damas hablando en español y aquello me dificultaba entender que se decían.

La reina no era tonta, sabía que muchos de los que estabamos ahi era por orden de su esposo el rey Luis XIII ó del mismisimo cardenal por lo que se cuidaba y su entorno era muy devoto a ella. Si Richeliue pensaba que iba a poder sacar algo por mi parte estaba muy equivocado, me estaba costando entrar a su circulo y cuando lo lograba era más que nada para terminar siendo el bufon de las damas de compañia.

El reloj de la capitalla dieron las doce en punto y escuche como la puerta de la habitación se abría.

- Te toca ir - hablo Armand , a quien debajo de su sombrero y con la poca luz que nos brindaba la vela se lo podía ver de color rojo fuego.

El hombre habia cuidado a la reina y sus damas durante toda el día practicamente.
Si había alguien más fastidiado por estar en aquel sitio que yo , era él. Armand era hombre del cardenal, casi parecia que el destino lo habia obligado a ser hombre del mismo Richeliue dado que compartian el mismo nombre.

- Bont noit - dije tomando el cinto que tenía mi espada para terminar por cerrar la puerta con cuidado para no despertar a mis compañeros.

El palacio a esa hora de la noche parecia totalmente desierto, no se escuchaban las risas ni los pasos que iban y venian durante el día.

A pesar de que se suponia que la reina Ana estaba reclusa aqui , la gente igual venia a verla. Tenía mucha gente amiga que se acercaba por lo que en la tarde siempre llegaba algun carruaje y la gente aqui se agitaba.

Pero ahora en la noche todo parecia totalemten distinto , la paz reinaba.
Me acerque hasta el ala en donde se encontraban las habitaciones de la reina.
Camine tranquilo por la gran sala que unia el pasillo, la habitacion principal y dos habitaciones más pequeñas pero no menos importantes dado que en una estaba su mano derecha el señor La Porte y en la otra aunque no sabia para quien estaba designada sabia que era para sus damas de compañia.

Me quede apoyado en un rincon en donde podia ver la puerta y la ventana disfrutando de poder estar sentando .
Los minutos pasaban y todo estaban mas que tranquilo, tan tranquilo que mis ojos se estaban cayendo de sueño. Me apoye levemente sobre uno de mis hombros , si me dormia por unos cuantos minutos nadie lo notaria y si me reportaban quizás ayudaba a que Treville me sacara de aquel lugar.

Estaba allí entrgandome a morfeo cuando escuche unos pasos acercarse , me pare de la silla y me oculte detras de una de las grandes cortinas que decoraba al gran ventanal.

- No digas nada gatita - escuche una voz femenina mientras buscaba por donde ver a los actores o actrices que estaban en escena.- tu quedate aqui Sylvie mientras yo ire en busca de Francois .

- Bien - contesto la joven doncella escuchandose un poco nerviosa

Los pasos se volvieron a escuchar por el corredor.

El pecho se me apreto con fuerza , no podia ser que de nuevo estaba metido en una intriga real. Pero a diferencia de aquella vez con Contanza , aqui yo no estaba siguiendo a nadie y nada me movia a estar por aqui.

Dude por un momento en salir mientras podia y hacer que realmente no estaba ahi o seguir alli para notificar al rey de lo que estaba pasado . Pero no podia ser asi , si Constanza hubiese estado viva lo más seguro es que fuera aun del sequito de la reina. No podia traicionar asi su memoria.

Dartagnan LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora