-M. D'artagnan –
Había una voz dentro de mi cabeza, un eco a lo lejos que quería traerme de nuevo a la realidad. A una realidad a la que no había abierto los ojos aun pero podía sentir aquel dolor de cabeza, había algo que me estaba bombeando las ideas muy fuertes.
-Por favor M. D'artagnan abra los ojos – aquella voz lejana sonaba suplicante pero estaba acompañada de un fuerte remezón.
Quería abrir los ojos, realmente quería abrir los ojos, luchaba para articular algún tipo de palabra. Aunque sea un si tímido pero nada, parecía que estaba preso de aquel malestar. Dios como me estaba pesando la cabeza.
-¿Qué les voy a decir? –
Se escuchó un silencio y después unos tacos que pegaban contra la madera.
Si el cerebro aun me funcionaba quería decir una sola cosa, Madeleine se había aburrido de zarandearme de un lado para el otro de la cama.
Estaba juntando toda aquella fuerza que el mundo me había dado para poder abrir los ojos y luego de unos cinco intentos por fin había abierto uno.
Miré por la ventana un tanto desorientado, era de noche.
¿Cómo podía ser de noche? ¿Cuantas horas se suponía que había dormido? ¿Qué día se suponía que era?
En el momento en el que me incorpore en la cama la puerta de mi habitación se abrió para dar paso a mi casare.
A pesar de que aún no enfocaba demasiado bien al verla cargar un balde de agua la mire un tanto raro. Esperaba que aquello no fuera para tirármelo a mí.
-¿Qué haces con eso querida? – dije mientras me cubría con las sabanas como si eso fuera a salvarme del agua.
-Oh M. D'artagnan pensé que aún estaba durmiendo – contesto ella dejando el balde con agua a la entrada de la habitación.
-¿Y qué sucede la casa se está incendiando? – pregunte un tanto molesto. Tenía un dolor de cabeza gigante pero eso no era lo peor, lo peor es que tenía vacío en el estómago - ¿O es que los señores no se atrevieron ellos mismo a despertarme? – moví un poco las sabanas para poder sentarme en la cama con los pies tocando el suelo. Tenía vértigo, no estaba seguro de poder llegar solo a la planta de abajo ¿Cuánto había bebido la noche anterior?
-No señor – me contesto ella tímidamente – la casa está bien y tampoco son los señores, ellos se han ido a cenar con el pequeño a lo de uno de sus amigos en común, un...M. Harbley – hizo una pausa casi arrugándose el delantal blanco que cubría su ropa - Intentaron despertarlo pero ni siquiera reacciono con ellos. El señor Du-Vallon lo intento con bastante esmero pero al ver que ni siquiera se movía y pero que si respiraba dejaron que siguiera durmiendo.
La mire un tanto avergonzado. No sabía como pero cuando viera a mis dos amigos no iba a tener cara para poder verlos a los ojos, quizás si hubiese sido solamente con Porthos las cosas hubiesen sido distintas. Él estaba acostumbrado a tomar y quedar en un estado que parecía que se había ido al otro mundo pero solamente era apariencia, el gran Porthos tenía un don, podía beber todo el vino de Paris y al otro día se iba a levantar como si nada. En cambio Athos era distinto, a él lo había visto después de haber estado encerrado en la bodega de una taberna y haberse bebido hasta el agua pero siempre terminaba siendo un señor. Se podía pasar, podía haber bebido demasiado pero seguía siendo un señor y seguramente ayer yo no fui justamente un señor. En cuanto los viera les iba a dar mis más sinceras disculpas.
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Dartagnan Love
Historical FictionFanfiction basada en la pelicula de "El hombre de la mascara de hierro" ( The man in the iron mask) de 1998. D'artagnan lleva más de diez años siendo mosquetero y a pesar de no haber sido asendido a capitan, todo el mundo lo reconoce...