Tormenta

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Había pasado ya una semana siendo el guardian especial de la reina, y cuando decía "especial" era simplemente porque me tocaba vigilarla en la noche y eso era un trabajo bastante aburrido. Las noches eran aburridas desde aquel incidente.

Las damas de compañia ya no me miraban de manera rara, quizas el ayuda de camara La Porte y Marie estaban algo recelosos de mi presencia y que fuera del agrado de la reina, estaba claro que Ana de Austria me protegía y yo la protegía a ella. Habíamos hecho un trato.

Estaba alli, parado en la ventana que daba al pasillo real.

Desde la última vez que M.Francois había estado alli no hubo otro hombre que se paseara por aqui a excepción de mi , que claramente lo hacía para verificar que todo estuviera en orden.

A pesar de que hacía poco que estaba allí, me estaba haciendo amigo del circulo real, no me enteraba de casi nada pero por lo menos ahora me saludaban con más ánimo.


Mis interacciones eran en la tarde ó en la noche, dado que en la mañana hasta el mediodia lo usaba para dormir y eso era porque mis otros dos compañeros de vigilancia se ocupaban de la primera parte del día.

Como decía antes, me encontraba allí mirando por la ventana como la lluvia caía con mucha fuerza, a las afueras del gran palacio había una gran tormenta, era como si el cielo y el viento estuvieran teniendo su propía batalla.

La verdad que tanta agua me estaban dando ganas de estar ó durmiendo ó con un vaso de vino disfrutando del espectaculo natural.

- Mañana lo hablaremos con mas tranquilidad - la voz de su majestad se escucho detras de mi, estaba con sus damas caminando hacia sus respectivos aposentos.

- Pero su majestad mañana ...

- Mañana ...mira como esta lloviendo, no creo que algo pueda pasar esta noche

Las damas le contestaban, se reían,  le hablaban, parecía que las doce de la noche no estaba haciendo estragos en ellas.

Podria ser que hoy fuera otras de esas noches en las que damas se quedaban allí, en la gran sala que estaba a mi derecha, siempre se quedaban hasta altas horas de la noche hasta que alguna caía en los brazos de morfeo y las otras tomaban la decisión que mejor era irse a dormir antes que el sol las encontrará aun hablando.

Cada vez que está escena se llevaba acabo me preguntaba: ¿Qué era lo que tanto podían hablar entre ellas? Hasta ahora lo poco que podia escuchar era siempre lo mismo, que este noble, que el otro , que la moda, que el Rey o el cardenal. Temas demasiados triviales para mi gusto.

Coloqué una de mis manos dentro del bolsillo de mi pantalon y me acomode en el vano de la ventana para poder observar mejor la tormenta.

Los gritos seguían, una de las damas cantaba, seguramente era la aurora y eso lo suponía porque lo que habia escuchado en el Louvre era que ella era una de las favoritas de ambos reyes, de Luis XIII y de la reina, lo que aun no sabía bien si era por la voz dulce ó por la belleza de la dama pero ella era muy importante aqui. La otra que estaba sentada en el clave tocando no tenía ni idea de quien era, pero tambien era bastante virtuosa con la música.

Miré por arriba de mi hombro, la reina y el sequito estaban sentadas y otras acostadas en los almohadones, grandes almohados que se encontraban en el piso.

Yo no entendía muy bien que era lo que decía aquella canción, parecia que estaba en otro idioma, no era ni español ni ingles ¿Qué sería? Bueno de todas maneras no me importaba, la melodia me contaba que era dulce, que trataba de amor ó eso era lo que mi imaginación queria creer.

Dartagnan LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora