Capítulo 14

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Capítulo 14: Not in your wildest dreams, honey.

Por instinto, vuelvo a mirar mi móvil. 15 minutos tarde. Tal vez haber venido no es tan buena idea ahora. ¿Qué se supone que hablaremos?, por que justo ahora no es de las personas con las que quisiera pasar el rato.

Es el padre de tus hijos...

Merece un poco de consideración y respeto (claro, palabras que no están dentro del vocabulario de Max), llevo repitiendo esas seis palabras en mi cabeza, por eso accedí a vernos fuera de la casa, lejos de los niños o cualquiera que intente asesinarlo con la mirada, y en verdad no es por él, sólo evitó causar menos lío del que ya hay en casa.

—Lamento la demora —jala su silla de la forma más ruidosa y poco elegante posible, la dueña del lugar lo mira con desaprobación —Es difícil encontrar un lugar decente en este sitio. En verdad Julls te desconozco, tu no eres así y no sé porque has decidido venir hasta acá. Donde es obvio que tu no encajas con toda la fachada deambulante. —

— Ese no es asunto tuyo Max, sólo dime a que has venido.— sorbo de mi café sin dejar de mirarlo. Son como esos concursos de meadas entre los machos alfa, apartarme sería la brecha que él espera para atacar a su presa, en este caso yo. —Supongo que debe ser bastante urgente que no podía esperar, hace sólo una semana que te avise que nos mudariamos, y sólo han pasado tres días desde que puse un pie aquí. Soy yo quien te desconoce Max, ¿Qué hay del trabajo?, estan bien con el simple hecho de dejar tus labores comunes y venir en busca de... no sé de que has venido. —

—En primer lugar vine por mis hijos, ¿si recuerdas que tenemos eso en común?, y te lo avisó, no estoy dispuesto a permitir que mis hijos se queden aquí, ¿entiendes?, de ninguna manera, así que anda haciendo las maletas. Ustedes vuelven conmigo. Hoy. —Dice arriba de su tono de voz, enarco una ceja.

— ¿ Y tu en verdad crees, que sólo así me voy a ir contigo?, pierdes tu tiempo Max, quieres el divorcio ya está hecho, salir de tu vida, créeme lo hice en el momento que te enrollaste con Isabelle. — me levanto de la mesa, tomó mi bolso. —así que suerte para la próxima con tus amenazas, amorcito. —

—Te voy a quitar a los niños. —me detengo antes de seguir avanzando. — ¿ Eso si te interesa, verdad?. —me arrebata mi vaso de café. Tragando despacio su contenido. —Si tu y tus aventuras sin control, no terminan en un mes, te prometo que te los quitaré. —

—No puedes hacerme eso, Max. —

— ¿Crees en verdad que no puedo, amor.? —arroja dos billetes de 20 a la mesa, levantándose como lo hice yo. Ajusta su abrigo y me mira con suficiencia.

Por supuesto que a estas alturas creería cualquier bajeza que él hiciese.

—No me conoces, Jullianne. Si en un mes, no has hecho las maletas y te has despedido de ese hombre. Empezarás a conocerme, y en verdad no quieres hacerme enojar.

—Estas amenazandome Max?

Max se acerca y murmura sobre mi cuello.—Quiero lo que es mío, Jull— Besa mi mejilla, causando cientos de escalofríos con sabor agrio. En verdad siento miedo por primera vez. —Espero con ansias...—

—No puedes hacer esto. No es justo Max. —digo negando con la cabeza

—La vida no es justa Jullianne, más sin embargo estoy siendo.bondadoso. He venido desde Madrid, dejando muchas cosas pendientes, estoy aquí contigo en un café de cuarta y dices que no es justo. —se bufa.— Un mes para saber de ti, si no lo haces, te recomiendo buscar un abogado. —

Sé fue en dirección opuesta a la mía, vague por las calles ignorando el gentío de mi alrededor. Puedo hacerlo, Max sólo quiere asustarme, es.. imposible que logre quitarme a los niños, fue él quien fue infiel. No yo.

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