Capítulo 5

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Mi compañera de distrito prácticamente no me habla y no quiere que entrenemos juntos. No cenamos a la vez e intentamos no coincidir en ningún sitio. Yo lo quería así. Sé que si quiero volver, ella tendrá que morir.
Mags me está aconsejando muy bien, en contra de lo que algunos piensan al ver a una mujer de 70 años como mentora.
Yo ya la conocía de antes de venir aquí, pero ahora es cuando me doy cuenta de lo increíble que es. Dejó dormir a Johanna en su casa porque sabía que lo necesitaba, simplemente, sin conocerla ni desconfiar de ella. La comida que recibía por haber ganado sus juegos la reparte entre los niños del distrito, en contra de las normas. "¿Qué le van a hacer a una anciana?" me dijo cuando se lo pregunté. Ganó los 11 Juegos del Hambre y es mentora desde entonces. No se ha casado por miedo a lo que le puedan hacer a su familia. Me ha dado algunos consejos para la entrevista y creo que me van a ser muy útiles

- ¡Demos la bienvenida al tributo masculino del distrito 4, Finnick Odair!- en cuanto entro, el público se vuelve loco. Quizá es porque llevo el torso descubierto. En cuanto me siento empiezan las preguntas- Hola Finnick
- Buenas noches Caesar
- He de reconocer que tu apellido nos es muy familiar...
- Sí, mi hermana participó hace un par de años
- Claro, quién no se acuerda de Maddie Odair. Creo que hablo en nombre de todos cuando digo que realmente pensábamos que iba a ser coronada vencedora
- Yo también lo pensé- digo y se hace un silencio
- Bueno, cambiemos de tema. Te has  vuelto uno de los tributos que más suspiros ha levantado. Creo que todas las chicas están deseando saber si tienen alguna posibilidad.
- Por supuesto que la tienen- digo sensualmente, aunque me esté doliendo en el alma porque Annie sigue siendo dueña de mi corazón- Y cuando vuelva, me gustaría conocerlas- digo esto y el sector femenino del público e incluso parte del masculino grita, aplaude, silba e incluso se desmayan. ¿Recordarán que tengo 14 años?
- No me cabe duda Finnick. ¡Un fuerte aplauso para Finnick Odair!

Esta noche apenas podré dormir. Annie está en el 4 y habrá visto cómo coqueteaba con todas las mujeres del Capitolio. Espero que recuerde lo que le dije. ¿Perdonaría yo si hubiera sido al revés? No creo. Los celos me comerían por dentro. Entonces las lágrimas empiezan a salir sin control porque posiblemente he perdido a la única chica que amo por un estúpido programa de televisión. Me siento vendido, como si ya no me perteneciera. Ahora debo actuar para vivir. Mi mejor baza son los patrocinadores y no puedo desaprovecharla. Tengo dos opciones: morir en la arena o conseguir patrocinadores y volver a casa aunque haya perdido a Annie. La posibilidad de que se haya dado cuenta de que era solo una actuación sigue ahí y eso me da esperanza. Es entonces cuando se abra la puerta de mi habitación y entra Mags
- No tienes que estar nervioso. Prácticamente no vas a tener ni que luchar. Con todos los patrocinadores que vas a tener no te hará falta cazar.
- ¿Tantos tengo?
- Solamente hoy me han hablado 43 personas, diciendo que les guardara sitio para patrocinarte. Todas mujeres salvo 6 hombres.
- Es asqueroso. Tengo 14 años Mags y entre las patrocinadoras que he visto, algunas tienen incluso más de 50.
- Lo sé cielo, pero volverás a casa. Valdrá la pena, confía en mí
- Lo hago...
- ¿Qué te pasa?- en cuanto la miro sabe exactamente la respuesta- Aquella chica, Annie, es eso, ¿verdad?
- La he perdido...- digo cuando se me escapa una lágrima
- No, ¿por qué dices eso? Te recuerdo que Johanna irá al 4. ¿Acaso no crees que la convencerá de que todavía la quieres? Eso si a Annie no se le ha olvidado. Conociéndola, seguro que no para de pensar en ti. Lo vas a hacer muy bien.
- Gracias- digo con una ligera sonrisa
- Ahora descansa. ¿Recuerdas todo lo que te dije para mañana?
- Sí, eso creo
- Bien. Voy a hablar con Roxy, buenas noches Finnick
- Buenas noches
En cuanto se va, me imagino cómo debe ser su vida. Cada año, estar 3 semanas con dos chicos que, aunque intentas salvarles la vida, en el mejor de los casos, solo puedes devolver a casa a uno. ¿Cómo se puede vivir con eso? Es en estos casos cuando pienso en aquel vencedor del 12. Un borracho. No ha conseguido devolver a ningún tributo en 15 años. Mags consiguió salvar a 3, pero aparecieron muertos. ¿Coincidencia? No. Seguro. ¿Si vuelvo me pasará eso a mí? No lo sé. De momento voy a centrarme en volver, y para ello debo intentar descansar. Estoy a punto de dormirme cuando entra alguien a mi habitación. "Mags" pienso, pero no es ella. Es mi compañera.
- ¿Qué haces aquí?- pregunto algo molesto
- Visitarte. ¿Por qué eres tan desagradable conmigo?
- Porque quiero volver, y para que eso pase, tú debes morir- claro, sin rodeos
- Quizá es nuestra última noche vivos...- me dice sensualmente
- Vete
- Vamos Finnick, te has insinuado a todas las mujeres del Capitolio. ¿Qué más dará? Ambos estamos solteros- me vuelve a decir esto último con ese tono que odio.
- Roxy necesitamos descansar para mañana- digo controlando mis nervios
- Mira, lo siento. Estoy muy sola. He estado 3 semanas sola- entonces me doy cuenta de que era cierto. Mags ha estado casi todo el rato conmigo y yo no le he dirigido la palabra.
- Tranquila. Puedes quedarte un rato a hablar. Pero solo eso- digo intentado parecer despreocupado
- Está bien- dice con una media sonrisa- Bueno, es obvio que tienes novia. ¿Quién es?
- ¿Cómo lo sabes?
- ¡Nadie me habría rechazado!- dice riéndose y yo me río también
- Es Annie Cresta. Realmente no sé si es mi novia, la verdad
- ¿No te declararías justo antes de venir no?- al ver mi cara sabe la respuesta- ¡No! Eso es muy cutre.
- ¡No tuve tiempo!
- Seguro que estuviste espiándola un mes
- En realidad, dos meses- ambos reímos.
- La verdad es que habría preferido eso. A mi no me dio tiempo a decírselo.
- ¿Quién es?
- Era el compañero de distrito de tu hermana.
- Lo siento
- Bueno, buenas noches
- Adiós
Se va y yo intento asimilar lo que acaba de pasar. Me he sincerado prácticamente con una chica que acabo de conocer. Lo peor es que sé que ha sido la última vez que hable con ella así. O muere ella o muero yo o morimos los dos. Eso era lo que yo quería evitar. ¿Cómo no voy a sentirme culpable si muere? Pensando en un millón de cosas más, me duermo.

Estamos ya subiendo por los cilindros. La Arena es una especie de archipiélago. Hay pequeñas islas. Demasiado fácil. ¿Le habré gustado hasta a los Vigilantes? Miro a la cornucopia y hay casi de todo, salvo un tridente... Mierda. No puedo luchar.

"10, 9, 8, 7, 6, 5, 4, 3, 2, 1. ¡Que empiecen los 65 Juegos del Hambre y que la suerte esté siempre de vuestra parte!"
Empiezo a correr hacia ningún lado en particular, esperando que la suerte esté de mi parte.

Soy Finnick OdairDonde viven las historias. Descúbrelo ahora