Capítulo 8

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"Le comunicamos, Finnick Odair, que debe acudir a una reunión de máxima importancia a la mansión del presidente Snow. No debe traer a nadie. Allí le recibirá el presidente personalmente, junto con otros vencedores. Le recuerdo que es un asunto de máxima importancia, así como completamente secreto. Contamos con usted"
Hace un par de días que recibí la carta. Se supone que la reunión es dentro de una semana, pero me extraña que Mags no sepa nada. No me da muy buena espina, pero no tengo elección. Desde que gané mis juegos, hace un par de años, el presidente había contactado conmigo para que fuera a algún acto importante y poco más. Una reunión en su casa me parece excesivo, pero como he dicho antes, no tengo elección.
El día en concreto que tengo que irme, Mags me ve salir con la maleta. Me lanza una mirada de duda y yo le contesto con el gesto de mi cara, dándole a entender que no lo puede saber. Ya en el tren intento relajarme, pero no puedo. Annie acaba de cumplir 12 años. Su primera cosecha. Es por eso que obedezco al presidente Snow, porque sabe mi punto débil y no le supondría un problema amañar la cosecha e incluir solamente el nombre de Annie Cresta. Ya ha pasado antes con otros tributos. Johanna se ha librado de la cosecha un año. Sin embargo, ella dice que sabe que saldrá elegida. La última vez que la vi, me dijo que no debería volver al 4. Estaban empezando a sospechar. Ahora solo nos comunicamos por cartas. En la última que me envió, me dijo que si todo salía bien, vendría al 4 el día después de la cosecha.
Mis padres murieron poco después de mis juegos en un accidente con el barco pesquero. Una tormenta les sorprendió. Al menos eso es lo que cuentan, aunque creo que es mucha casualidad que mis padres hubieran muerto justo después de mis juegos, y, si algo he aprendido es que las casualidades no existen.
En cuanto a Annie y yo... Bueno, es obvio. Yo tengo 16, pero ella tiene 12. En cuanto volví de los juegos, ella me preguntó si iba realmente en serio. Yo le contesté que absolutamente. Me dijo que era muy pequeña. Tenía razón. Supongo que esperaré hasta que tenga 16. Si me sigue queriendo, entonces podremos ser pareja. Si no, la tendré que dejar ir.
Un par de horas más tarde, llego al Capitolio. Allí, un montón de gente me persigue, la mayoría mujeres. Yo me meto en mi papel. Sonrío, saludo, guiño el ojo y lanzo besos. Qué asco. Por lo menos es solo en ocasiones puntuales.
Cuando me escapo del barullo de gente, un ávox me lleva hasta el que será mi alojamiento. Entonces el presidente me necesita más de un día, no es buena señal. Falta apenas una hora para mi reunión, así que empiezo a ducharme.
Cuando estoy listo, bajo a la planta baja, donde me está esperando el mismo ávox. Me lleva hasta la enorme mansión presidencial.
Ya en la entrada, puedo ver a otros vencedores, entre ellos, Cashmere, Gloss, Enobaria y cinco o seis más.
Nos hacen pasar a una sala con una enorme mesa redonda en el centro. El suelo de moqueta, los techos altos y la lámpara de araña, dan una impresión de lujosidad. El presidente ya está sentado y nos hace un gesto para que nos sentemos todos.
- Muchos de ustedes se estarán preguntando qué hacen aquí. Verán, todos ustedes son vencedores, pero obviamente no están todos los vencedores que tiene Panem. Ustedes sois los elegidos. Los que más patrocinadores tuvieron. Los más deseables- no me gusta el rumbo que está cogiendo la conversación, y a muchos de mis compañeros tampoco porque tienen la misma cara que supongo debo de tener yo en este momento- Vuestros patrocinadores, que generosamente os enviaron objetos que pudieron salvaros la vida, quieren un modo de agradecimiento más... personal, llamémoslo así. Así que os ofreceréis como acompañantes, dándoles a vuestros salvadores lo que pidan- entonces Enobaria levanta la mano tímidamente y empieza a hablar
- Disculpe presidente, pero, ¿nos está pidiendo que nos prostituyamos?
- Es una forma un poco brusca de decirlo, pero sí.
- Yo tengo familia- dice un hombre que ganó hace unos 8 o 9 años- ¿Qué pasa si me niego?- el presidente esboza una sonrisa
- Si se niega, y esto va para todos, las personas a las que más quieren, desaparecerán. Como si nunca hubieran existido. ¿Alguna otra pregunta?
- ¿Cuándo deberíamos...?- me interrumpe Snow
- Cuando precisen vuestros patrocinadores. La agenda os la organizáis vosotros, siempre que estén contentos. Pero en el momento que reciba una queja, alguien cercano lo pagará, para que no se os olvide.
Cuando salimos de allí, apenas hablamos entre nosotros. Estamos intentando digerir la noticia. ¿Cómo se lo contaré a Mags? Pero sobretodo, ¿cómo se lo diré a Annie?
En cuanto puedo, cojo mi maleta y me subo a un tren. Llego al distrito 4, pero no puedo bajarme. Simplemente no puedo. Decido seguir hasta el distrito 7, porque Johanna es la única que me puede ayudar. Me bajo y voy hasta la casa de Johanna, que conozco por las direcciones de las cartas que nos enviamos. En cuanto llego, la encuentro con su hermana.
- ¡Joder Finnick! ¿Qué haces tú aquí? No puedes vivir sin mí...- al verme la cara, comprende que no estoy para bromas- Ashley, voy a salir un momento. Si cuando vuelvan papá y mamá no estoy, diles que estoy bien.
Dejo la maleta en su casa y la sigo. En el 7, hay poco sitio para hablar a escondidas, pero Johanna me lleva a un enorme árbol que hay a las afueras del distrito. Trepa a una de las ramas, donde queda oculta y yo la sigo. Cuando estamos los dos sentados se relaja y empieza a hablar
- ¿Qué tal tu reunión con el presidente?
- Johanna, no sé qué hacer. Estoy confuso. No...
- ¿Me puedes decir qué ha pasado? Lo digo porque no me estoy enterando de nada
- Era una reunión con los demás vencedores que tuvieron tantos patrocinadores como yo. Snow nos quiere prostituir.
- ¿Cómo?
- Lo que has oído.
- Pero si solo tienes 16 años. ¿Qué pasa si te niegas?
- ¿Qué crees que pasará?- se hace un silencio que rompe ella
- ¿Se lo vas a decir?
- A Mags se lo tendré que contar porque tendré que salir del distrito a menudo. Pero a Annie... No lo sé. Supongo que también
- Yo no lo haría. Tiene 12 años, ¿qué le vas a decir? "Annie cariño, sé que te dije que esperaría, pero me tengo que tirar a todas las mujeres del Capitolio" No tiene sentido Finnick.
- ¡¿Y qué hago?! ¡No sé qué hacer Johanna!
- Déjalo estar. Encontrarás el momento adecuado para decírselo, y si te quiere de verdad, lo entenderá. Al fin y al cabo, lo haces para salvarla.
- Lo sé. No sé qué haría sin ti Johanna
- Pues cagarla de todas las maneras posibles. Anda, vamos a cenar que hoy te quedas a dormir.
Bajamos del árbol, mientras sonrío como un idiota. Porque mi vida es una mierda, pero tengo gente que me quiere, como Johanna y eso lo arregla todo.

Soy Finnick OdairDonde viven las historias. Descúbrelo ahora