Capítulo 11

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Annie sigue sin ser la misma. Desde que terminó sus juegos hace dos o tres meses está muy cambiada. A veces le dan ataques de ansiedad. Cuando esto pasa es muy duro para mí porque tú ves su cuerpo, pero sabes que su mente no está ahí y no hay mucho que pueda hacer, salvo intentar traerla de vuelta. Esto puede durar desde 10 minutos a 2 o 3 horas. Pero si hay algo que me jode aún más es tener que ir al Capitolio a acostarme con más de las que fueron mis patrocinadoras o las de Annie. Al menos ella no tiene que pasar por esto. Tener que marcharme al Capitolio y dejar a Annie sola o con Mags es algo que me supera. Aunque por lo menos sé que ella lo entiende y sabe que lo hago para mantenernos a salvo. Johanna a veces también me ayuda. A decir verdad, me ayuda en todo lo que puede, hasta el punto de venir al 4 hasta 3 veces por semana. Pero sé que es peligroso y arriesgado para ella porque la comunicación entre distritos está prácticamente prohibida. De hecho tuve que pedirle yo a ella que dejara de venir tan a menudo porque el riesgo era demasiado grande.
Y así están pasando mis meses... Entre visitas al Capitolio, visitas de Johanna y mucho tiempo con Annie, cosa que agradezco porque poco a poco noto como va volviendo a recuperar parte de la chispa que tenía antes de los juegos.
Los juegos... Dentro de una semana es la cosecha. Pero este año prometo traer de vuelta a uno de mis tributos. Necesito sentirme útil y lograré devolver con vida a uno. Annie este año es mentora, aunque no creo que pueda ejercer este trabajo porque le volverían a dar ataques, el presidente la ha obligado a asistir. Por supuesto que irá, pero no hará el papel de mentora. De eso nos ocuparemos Mags y yo.

- ¿Debemos meternos en el baño de sangre?
- No, aunque es un poco pronto. Antes debemos ver si tenéis aliados y sobretodo, vuestra puntuación.
- ¿Entrenaremos juntos?
- Uno irá conmigo y otro con Mags, nos iremos turnando
- Pero tenemos 3 mentores. ¿Qué pasa con la vencedora del año pasado?
- Ella no se encuentra bien. Intentará ayudaros pero de momento está indispuesta.
Tengo que mentirles a mis tributos. Por lo que he visto, el chico de este año, aunque es más pequeño que ella, tiene más probabilidades de volver. Es ágil, rápido y valiente. Con suerte podrá volver. Aunque estoy hablando antes de tiempo, tengo que ver las cosechas de los otros distritos.
Por la noche, cuando nuestros tributos están en sus habitaciones, Annie, Mags y yo nos reunimos en la sala de estar para poder ver las cosechas.
Annie está apoyada en mi hombro y yo le cojo la mano intentando tenerla conmigo y que su mente no se aleje.
Mags empieza a poner las cosechas, que van por orden de distritos.
Distrito 1, distrito 2, distrito 3... De momento nada interesante. Los del 1 y los del 2 son voluntarios, o sea, de 18 años con mucho tiempo de preparación. Los del 3 son pobres chicos que no han tenido suerte.
Distrito 5, distrito 6... Cosechas sin voluntarios, como de costumbre.
Cuando ya pensaba que mi tributo realmente tenía probabilidades de volver, veo la cosecha del distrito 7. Intento localizar a Johanna entre la multitud de chicas de 17 años. No la encuentro y cuando ya me parece imposible verla, el escolta dice su nombre.
Mags me mira como esperando mi reacción y Annie simplemente mira hacia algún punto fijo. Yo intento asimilarlo. Me encierro en mi habitación y empiezo a romper todo lo que encuentro, dejando salir toda la furia que no he podido soltar.
Rompo un jarrón de color ámbar... Esto por mi hermana
Un florero de cristal... Por enviarme a los juegos
Un par de cuadros... Por obligarnos a prostituirnos
Una silla... Por el "accidente" donde murieron mis padres
Un par de botellas con licor... Por convertir a Mags en ávox
La otra silla de mi compartimento... Por enviar a Annie a los juegos
La pequeña cómoda que hay junto a la cama... Por enviar a Johanna a los juegos
Estuve un par de horas rompiendo cosas, hasta que Annie entra en mi habitación y yo me obligo a calmarme para que ella siga tranquila
- Lo siento- me dice con su voz casi inaudible
- No tienes que sentir nada Annie. Sé que también te da pena e incluso rabia que Johanna tenga que ir allí
- Pero tú estás más unido a Johanna que yo. Os conocéis desde que tenéis 10 años.
- Tranquila Annie. La sacaremos de allí. Lo prometo- y con esa promesa que acabo de hacer, anulo la otra que hice esta mañana porque mi objetivo ya no es sacar a mi tributo. Es sacar a Johanna, porque si no me equivoco, conseguir patrocinadores para otro distrito no está prohibido, supongo que porque nadie lo habrá intentado. Sé que es injusto porque esos pobres chicos no tienen la culpa de ir a los juegos y sé que debería ayudarlos porque son de mi distrito, pero después de lo que me están haciendo, creo que me podré permitir el lujo de sacar a quien yo quiera de la puta arena y este año, la que va a salir de allí es Johanna.

En cuanto la veo al llegar al Capitolio, casi no la reconozco y en la entrevista con Caesar incluso dudo de que sea Johanna Mason, la que se saltaba las normas para venir a visitarme. En vez de adoptar una actitud fuerte como yo pensaba, ha hecho lo contrario. Llora, tiembla y dice lo asustada que está. Los estilistas no le han puesto casi maquillaje y su pelo, castaño y largo, se lo han dejado suelto. Parece una auténtica niña buena. Nadie la considera una amenaza y puede que ni siquiera se hayan percatado de su existencia. Bravo Johanna

Soy Finnick OdairDonde viven las historias. Descúbrelo ahora