A penas quedamos 3 tributos en la arena y en lo único que puedo pensar es en mi distrito. Si no pienso en ello, siento que la cabeza me acabará estallando. No paran de rondarme ideas: "¿Debo ir a matarlos? ¿Espero a que vengan? ¿Les dejo matarse entre ellos? ¿Más trampas?"
Supongo que pondré más trampas, ya que con la que tengo puesta, he matado a 3 tributos. No es algo de lo que esté orgulloso.
Decidido, pondré un par de trampas más. Me sumerjo en el agua y empiezo a tejer otras dos redes. Mientras lo hago hay una imagen que no se me borra de la mente. La playa de mi distrito, con el agua cristalina y llena de peces. Algunas familias en la arena, es domingo, no tienen que trabajar. La vieja torre que está ahí desde antes de los Días Oscuros y nadie sabe por qué. A lo lejos, se puede distinguir el Capitolio. A mi lado está Johanna.
"Algún día, Johanna, alguien acabará con todo esto y ese día, empezarán nuestras vidas" Ella solo se rió.
Cuando acabo de tejer las redes, hago las trampas y las pongo formando los ejes de un triángulo. Mis suministros están en el centro del triángulo, tentador. Mis provisiones crecían cuando mataba a un tributo. Un par de cuchillos, otro saco de dormir, una botella de agua... Varias cosas que llevaban. El mayor problema en estos juegos para mí ha sido el agua. No he encontrado en ningún sitio, pero mis patrocinadores me enviaban como mínimo una vez al día. Aunque es obvio que tiene que haber algún arroyo, porque no creo que a todos los tributos les envíen.
Deben haber pasado un par de horas desde que puse las trampas. Tengo que tener mucha paciencia.
Una hora más y todo parece estar tranquilo. De pronto, escucho un ruido. Vuelvo a mi escondite y lo veo, el tributo del distrito 3. En cuanto llega, yo me preparo para atacar en cuanto pise la trampa, pero es demasiado listo. Está revisando los árboles, los arbustos, todo. Sabe que tiene que haber trampa, todos los suministros apilados... Es muy sospechoso, yo no me lo creería. Veo que se va a ir, pero, como un acto reflejo, le lanzo un cuchillos que le da en el hombro. Él intenta defenderse, pero, cuando quiere darse cuenta, ya estoy yo a su lado con el tridente en la mano.
"Lo siento" le susurro, antes de hundir el tridente en su pecho. Se escucha un cañonazo. Quedamos dos.
Sé que el tributo que queda, que si no recuerdo mal, es el chico del 1, no va a venir hasta aquí. Es listo. Todos los que vienen no vuelven, así que me cambio de sitio. Me voy hacia otra isla, pero entonces se me viene algo a la mente. Cuando quedan 2 tributos es el número final. Y este empieza desde los límites de la arena hasta el centro. No sé muy bien cual es el centro, pero la cornucopia puede que sea más segura.
Dejo las provisiones allí, me estorban para luchar. Esto va a acabar esta noche y solo necesito el tridente, aunque por si acaso me guardo un pequeño cuchillo.
Llego a la cornucopia y no hay nadie. Está misteriosamente tranquila. Me cubro las espaldas y es entonces cuando lo veo. Los árboles que puedo alcanzar a ver de están desplomando. "El número final" pienso. Me preparo, porque sé que dentro de unos instantes aparecerá el chico del distrito 1. Tiene dos o tres años más que yo y, si no recuerdo mal, su nota de la evaluación individual era de 10. La mía era un 9. Sé que debería estar nervioso o asustado, pero no es así. Quizá es porque sé que esto terminará pronto, y que termine como termine, será mejor que estar en los juegos.
Aparece mi rival con una espada más grande que su brazo. Él viene corriendo hacia mí. Solo intento defenderme. No me estoy centrando en atacar. En uno de esos ataques, me hace un corte en el hombro. Me sale demasiada sangre. Él sonríe triunfante. Me tira el tridente porque ya no tengo fuerzas, me da igual todo. Se agacha a mi lado, disfruta del momento. Me hace otro corte en el brazo. Uno más en el cuello. Estoy a punto de desmayarme, pero recuerdo el cuchillo. Lo cojo y le hago un corte profundo en el cuello. Él solo se centra en parar el sangrado. Me levanto como puedo y cojo mi tridente. Se lo clavo en algún lugar que no recuerdo bien, porque al instante me desmayo. Puedo escuchar el himno del Capitolio. Lo he conseguido.
Cuando me despierto estoy en una habitación. Como si todo hubiera sido un sueño. Llevo el torso vendado. Y lo primero que veo son esos ojos azules que estaban presentes en mis pensamientos todos los días. Aquellos perfectos ojos de Annie, mirándome con asombro, alegría y amor. Estaba llorando de felicidad.
Me abraza y yo le correspondo, aunque me duela el hombro. Pensaba que no iba a volver a hacer esto nunca.
- Lo has conseguido. Sabía que podrías- me susurra ella
- Lo sé. No dejaba de pensar en ti. Era como si estuvieras ayudándome. Era algo extraño
- El amor es extraño- dice Johanna
No me había dado cuenta de que estaba ahí hasta que ha hablado.
- ¿Cómo lo he hecho Johanna?- digo en tono burlón
- Podría haber estado bastante mejor. Pero por lo menos has vuelto. Me alegro.
- Por cierto, ¿y Mags?- al decir esto, ellas se miran con cara de preocupación. Dudan si decirme algo o no- ¿Qué ha pasado? ¿Está bien?
- Fue el día que te dieron el tridente. Esa noche, dicen otros mentores que desapareció. No sabíamos donde estaba. Nos llamaron del hospital. Ella... Tuvo un derrame cerebral
- ¿Qué es eso? ¿Se pondrá bien?- digo con lágrimas en los ojos
- Es una enfermedad. Nos dijeron que es como un infarto en el cerebro. Ella ha sobrevivido, pero no va a volver a hablar.
- ¿Qué? Eso es imposible. No...- digo llorando- Quiero verla, ¿dónde está?
- Estaba llegando. La podrás ver enseguida.
Un par de minutos después entra Mags. Yo la veía igual que siempre. Con esa sonrisa y esos ojos que le brillaban. Con esa mirada protectora. Estaba esperando que me dijera "Bien hecho" o "Me alegro de verte", pero no. En vez de eso solo agita la mano de un lado a otro.
- Hola Mags- digo con una sonrisa pero con lágrimas en los ojos
¿Por qué tienen que pasarles cosas a las personas que más quiero?**
Hola! Espero que os esté gustando la historia. Solo quería decir que si tenéis alguna pregunta o algo que no dudéis dejarla en comentarios.
(Por cierto, la foto del inicio del capítulo es una foto de las playas de Pilar de la Horadada, que es donde vivo, por si lo queríais saber)
Hasta el próximo capítulo!!
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Soy Finnick Odair
Fanfiction"- Finnick Odair, extremadamente humilde- H - ¿Estás de coña, no?- K - Sí, es un chulo, un presumido. Ganó sus juegos con 14 años, el más joven. Desde entonces se ha convertido en el niño bonito del Capitolio, allí lo adoran- H" Esa es la opinión qu...