Soy Finnick Odair

Capítulo 12

Mis tributos van de camino a la arena, otro año más. El momento de la despedida es el más difícil. Para mí me es imposible mirarlos a los ojos. ¿Cómo mirar a alguien directamente, sabiendo que morirá por tu culpa? ¿O que no vas a hacer nada para impedirlo? No. Me despido sin a penas mirarlos y me doy el lujo de poder ver cómo Johanna habla con su mentor y entra al otro aerodeslizador. En ese momento nuestras miradas se cruzaron un par de segundos, tiempo suficiente para poder ver cómo esbozaba esa sonrisa de lado, debido a la cual, su cara se transforma completamente. La niña buena pasa a ser la Johanna Mason que yo conozco, inteligente, rápida, valiente y, sobre todo, letal. Esa sonrisa que me aseguró que lo tenía todo controlado y que ella será la próxima ganadora.
Mientras los tributos están de camino, los mentores esperamos en una sala donde hay mesas interminables de extraña comida del Capitolio. Busco con la mirada a Annie y a Mags pero no las veo, supongo que estarán descansando. En vez de encontrarlas, me cruzo con Blight, el mentor del distrito 7. Le miro a los ojos y se da cuenta de que quiero hablar con él. Me hace un gesto con la cabeza y 10 segundos después de que él salga de la habitación, le sigo yo.
Cuando salgo, miro a ambos lados del pasillo para lograr ver a Blight. Miro hacia la izquierda y me parece ver la parte de atrás de su chaqueta, que vuela debido a la velocidad con la que anda. Yo disimulo mirando un bloc de notas donde tengo apuntados las puntuaciones de mis tributos, sus armas, sus edades... En ese momento pasan un par de patrocinadores y veo que se dirigen hacia mí. Yo empiezo a garabatear cualquier cosa en mi cuaderno con cara de preocupación y, al verme de esa manera, siguen andando mientras cuchichean algo que, sinceramente, no me importa.
Sigo mi camino y no veo al mentor del 7 por ningún lado. Decido ir por el pasillo que tengo a mi derecha y, en ese momento, un brazo me corta el paso. Blight
- ¿Qué querías?- me pregunta con un tono que no soy capaz de descifrar, entre el enfado y la indiferencia
- Conozco a tu tributo femenino- en ese momento su cara cambia y no parece el mismo hombre con el que estaba hablando segundos antes- Johanna y yo nos conocemos desde hace 7 años.
- ¿Qué quieres decir con eso?
- Digo que yo puedo conseguir muchos más patrocinadores que vosotros. Conozco a mucha gente del Capitolio
- Lo sé- y me lanza la mirada típica que le das a un perro abandonado, a alguien que sabes que va a morir y le dices que está bien. Una mirada de compasión. Ya me he acostumbrado a prostituirme. No es agradable ni por asomo, pero ayuda a mantener a Annie y a Mags a salvo, y puede que esta vez, mantenga a Johanna con vida- ¿Qué propones?
- Mira, mis tributos este año tienen probabilidades de ganar pero yo no estoy interesado en ninguno de ellos. Solo me importa Johanna. Trataré de convencer a los patrocinadores de que se interesen por ella.
- Gracias. Tanto de mi parte como de la suya. No se merece eso
- Lo sé- y en ese momento, soy yo el que lo miro con compasión. Sé que él también perdió a parte de su familia tras los juegos.
Cuando acabo de hablar con Blight, vuelvo a la sala de los mentores, donde ya se encuentra Mags. Hecho un vistazo a la pantalla y veo que mis dos tributos han sobrevivido al baño de sangre. Johanna también y, la verdad, es que es lo que más me importa ahora mismo. Mags me ve cansado supongo y se acerca hacia mí. Me rodea con su brazo y me acaricia la cara mientras mantiene esa sonrisa. En cuanto la miro a los ojos, pienso que ella debió de ser muy guapa, y hago nota mental de buscar alguna foto suya de los juegos para poder verla de joven. Ella me hace señas de que me vaya a descansar y yo le hago caso.
Voy camino a mi habitación, pero en ese momento, cambio de dirección prácticamente sin darme cuenta y llego a la habitación de Annie. Entro sin hacer ruido y la veo durmiendo tranquilamente. No quiero despertarla y me siento en uno de los sillones que hay, de modo que estoy justo en frente de ella.
Empiezo a observarla. La piel tan blanca que tiene a pesar de ser de un distrito costero. El cuerpo pequeño y delgado. Tiene piernas típicas de nadadora, fuertes, a pesar de su pequeña estatura. En los brazos se le notan fácilmente los arañazos que se hace mientras duerme a causa de sus pesadillas. En el hombro derecho tiene esa pequeña cicatriz que se hizo en sus juegos. Su pelo, normalmente liso, lo tiene alborotado y algunos mechones castaños le caen en la cara. Tiene las facciones suavizadas, los labios de color rosa pálido y las largas pestañas destacan en su piel. En conjunto es muy hermosa. Podría tirarme horas y horas admirándola.
Cuando pasa un cuarto de hora o quizá más, Annie empieza a dar vueltas en la cama y acaba despertándose. Cuando se despierta, entreabre los ojos y en cuanto me ve, se sobresalta. Se sienta rápidamente mientras se aparta el pelo que le caía sobre los ojos.
- ¿Qué haces aquí?- me pregunta con voz aún somnolienta
- Verte dormir
- ¿Cuánto tiempo llevas ahí?
- Media hora o así- ella esboza una sonrisa
- ¿Por qué haces eso?
- Me gusta comprobar lo afortunado que soy. Me he dado cuenta de que, después de dos juegos, todavía seguimos vivos y he pensado que es porque estamos destinados a envenjecer juntos- ella empieza a reírse- ¿Qué?- digo yo riéndome también
- ¿Cuánto tiempo hace que no duermes? Creo que lo necesitas seriamente
- Puede ser
- Métete en la cama, anda
Me acuesto a su lado, acariciándole el pelo y pensando en que lo que le he dicho antes no es ninguna tontería. En absoluto.

***
Lo siento!!! No me matéis por favor!! He estado mucho tiempo sin subir nada pero todo tiene una explicación. Tuve un bloqueo y no se me ocurría nada y luego empecé con los exámenes y... Se me pasó. Me gustaría decir que voy a subir más seguido pero me parece que no puedo prometer nada. Tengo exámenes hasta la primera semana de junio, así que... De todos modos vuelvo a repetir que esta historia no se va a quedar sin terminar. Tened paciencia tributos!!
(Si tenéis alguna pregunta dejadla en comentarios)