20- Nuevas amistades.

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Annabeth y Hermione hablaban en una esquina del jardín del Instituto de Nueva York. Ni bien se acercó a los magos, la rubia pudo descifrarnos personalidad de todos y cada uno de ellos. Pero quien más le sorprendió fue la chica de melena castaña. Despedía un aura de inteligencia y estrategia que habría enorgullecido a su madre. Y ahora, mientras platicaban, Annabeth se dio cuenta de que tenían más en común de lo que había pensado.
En ese momento, Hermione le contaba sobre cómo había conocido a Ronald, su novio, y como se habían acercado.
- Al principio, cuando éramos niños, nos odiábamos con amor. Éramos mejores amigos, nos confiábamos todo, pero a la vez nos la pasábamos peleando por cualquier estupidez. Él era tan lento y desorganizado... Pero también era dulce... Cuando se lo proponía. Recuerdo el baile de Navidad, en cuarto año, cuando se enojo conmigo solo porque no se atrevió a invitarme.
Annabeth sonrió, volviendo a sus propios recuerdos.
- También odiaba profundamente a Percy cuando apareció en el Campamento Mestizo. Me parecía insoportable tener que explicarle toodo sobre el mundo griego. Pero ya cuñado tenía doce, estaba loca por el. ¡Tardo 5 años en darse cuenta! Y cuando ya todo estaba perfecto... Hera le borra la memoria, y lo manda con los romanos.
Hermione levantó una ceja.
- ¿No se supone que es la diosa del matrimonio, la esposa de Zeus? ¿No tendría que ayudar a los semidioses?
- Si, bueno, no creas todas las historias.
Luego, de la nada, se encontró contándole a la castaña sobre su caída al Tártaro. Acababa de conocerla, y la verdad era que ese tema, no solía hablarse. Le traía a Percy y a ella malos recuerdos, y ahora lo único que querían era estar en paz y harmonía. Pero por alguna razón, le había agarrado confianza y hasta cariño a esa chica, incomprendida, valiente e inteligente, que tanto le hacía acordar a ella misma. Y por si fuera poco, le venía bien desahogarse de todos esos momentos de sufrimiento, que solo había compartido con Hazel y Pipes. Ni siquiera se lo había contado a los cazadores de sombras, pero debían de haber escuchado uno que otro chisme por ahí.
Hermione le contó por su parte de el año en donde Harry, Ron y ella viajaron al rededor del mundo buscando unos artefactos llamados "Horrocruxes" partes del alma de un tipaso llamado "Voldemort". Todo el mundo mágico estaba controlado por ese hombre, y todos los magos estaban en contra del trío de chicos, buscándolos como fugitivos.
- No teníamos nadie de nuestro lado salvo la familia de Ron, aunque no podíamos visitarlos, pues podrían atacarnos, y nuestros amigos, que estaban atrapados en Hogwarts.
También le contó de la arquitectura de Hogwarts. Por lo que escucho, no sólo de ella sino también de los nefilims, el lugar era espectacular: un gran castillo al estilo medieval, con mazmorras, pasadizos secretos y vistas deslumbrantes.
Luego cambiaron al tema favorito de la cabaña de Afrodita en esos tiempos (y, por supuesto, de Piper, Hazel, Clary, Isabelle y hasta Alec) Solangelo.
- ¿Un hijo de Hades y uno de Apolo? Qué interesante- comentó su nueva amiga con una sonrisa. - en Hogwarts no he conocido a nadie gay, además de Alec y Magnus. Pero esos dos se ven muy tiernos juntos. ¿Cómo es que se llaman?
- Nico y Will- le indicó la rubia. - Nico es un poco... Tímido. Digamos que no le gusta mucho la gente, salvo su hermana menor, Hazel, Reyna, la preatora del Campamento Jupiter, su amigo Jason y Will. Por un tiempo estuvo enamorado de Percy- le informó en un susurro.
- Oh... Entonces debía de odiarte.
Annabeth soltó una carcajada.
- No sé si odiarme, pero supongo que tenía celos.
- Claro que si, - contestó la otra- Percy tiene razones para quererte, eres dulce, valiente, inteligente, y muy bonita.- termino con una sonrisa inocente y sincera, que le hacía acordar a Hazel.
Le devolvió la sonrisa.
- Tu también eres genial. Y no le suelo decir eso a cualquiera, así que aprovéchalo.
Ambas rieron.
Y luego siguieron, hablando de cosas random, contándose anécdotas mutuamente, como la roí era vez que besaron a sus novios, cuando a Hermione la seleccionaron en la casa de Hogwarts, cuando Annabeth tuvo que pilotear el Argo II para escaparse de los romanos... Se contaron todo, entre risas y confianza, como si fueran amigas de toda la vida.
La noche pasó volando, y la hija de Atenea jamás se había sentido tan unida a alguien, además de con los 7 y Thalía. Hablando de la hija de Zeus, los cazadores de sombras no habían tenido oportunidad de conocer a las cazadoras de Artemisa. Tampoco que fueran tan amigables, saltando a Grace...
De la nada, Isabelle se paró junto con Clary en la mesa central, tomó un tenedor y su baso de vidrio, y empezó a golpearlo, tratando de llamar la atención. Golpeó de tal manera, que el baso se partió por la mitad y callo al suelo.
- ¡ISABELLE!- la reto una mujer en el fondo. Tenía cabello negro lacio, y tenía los ojos azules como el mar que le hacían acordar a Alec. Salvo por ellos, era la copia exacta de Izzy, salvo que unos años más grande.
Isabelle la miro horrorizada.
- ¿Oopss?- preguntó dudosa.
Alec las interrumpió.
- ¿Mama? ¿No se suponía que estarías en Idris?
- ¿Y cuando me voy, el nuevo director organiza una fiesta?
- ¡Te advertimos sobre la fiesta, mamá!- le reprimió Isabelle. Su madre le envió una mirada tan retadora, que la chica más feroz del mundo, callo asustada. Le hacía acordar mucho a Reyna: una mirada fuerte, aunque en el fondo, daría todo por su Roma, igual que ella por sus hijos.
- ¿Ya les han informado?- preguntó la mujer.
A Annabeth le confundió la pregunta, pero "informado" siempre se definía mejor como un "malas noticias". Y ya había tenido demasiadas "malas noticias" para toda la vida.
- Estábamos en eso- contestó Clary.
Izzy tragó.
- Chicos, esta es Maryse Lightwood. Nuestra... Ejem... Madre.
Si Atenea daba miedo, esta mujer era la mismísima hermana de Nix.
Isabelle intentó sacar una encantadora sonrisa, para volver las cosas a la normalidad.
- Pues, bueno, teníamos que decirles que... Bueno... Queríamos agradecerles por invitarnos a sus mundos, por mostrarnos su historia y todo eso, así que estábamos pensando que quizá les gustaría que juntos hagamos un viaje por todos los lugares importantes del mundo de los Nefilims. Queremos invitarlos a conocer el mundo de las sombras.

Los nefilims en el Campamento MestizoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora