Prólogo.

291 9 0
                                    


Ahí estaba yo, observándole como siempre.

Cada mañana viendo cómo se levanta y corre las cortinas. Debía admitirlo, su cabello rojizo era demasiado lindo sobre todo de esa manera desordenada, se veía... sexy.

Me quede viéndolo unos buenos minutos, hasta que claro, ya era bastante obvia y él termino por sonreírme de esa manera tan... tan él. Inmediatamente mis mejillas enrojecieron y solamente corrí mis cortinas con la intención de no volver a mirarlo.

Dylan era, algo más estúpido pero porque quería, una vez por estar en el mismo instituto, vi su libreta de notas, era inteligente solamente era algo vago. En resumen le gustaba mucho andar de parranda.

Y yo, bueno era alguien sumamente inútil, extremadamente tímida que no podía hacer nada. Digo lo de inútil porque eso es según mi padre, que nunca está en la casa y solo aparece algunos días pero siempre con la excusa de que siempre está trabajando para que mi hermano y yo tengamos todo.

Nunca se ocupó de mí, o de mi hermano, todo iba para su novia, la cual conozco pero mi opinión de ella es neutral.

En fin.

De manera rápida me puse un jean rasgado en las piernas color azul, una blusa blanca y un pulóver naranja con algunos detalles del mismo color, y camine hacia la sala.

Nada ostentoso, paredes blancas con un papel tapiz con algunas florecillas, cuadros de la familia entera, antes de que todo se fuera por la borda. Un sofá familiar de color café, la tv y por último la mesita de café.

Suspire, otra vez el inútil de mi hermano se había quedado hasta la seis de la mañana jugando algún juego. No lo entiendo él era un NINI, y mi padre no le decía nada. En cambio a mí, me equivocaba dos cosas y me terminaba humillando.

Si tuviera el coraje de suicidarme lo haría, pero no soy cobarde hasta para eso.

Y ya iba retrasada, así que tome la mochila que había preparado la noche anterior, junto con mis llaves y salí de la casa.

[Próximamente.]

Flower boy next door.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora