Capítulo 13

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Levemente me removí al sentir frío en mi brazo descubierto.

Abrí los ojos y observe en completo silencio en donde estaba.

Ah... es cierto. Estoy en la habitación de Dylan, me quede dormida junto a él.

Con cuidado me volví a remover, y toque la frente de él. Suspiré aliviada para mí misma, estaba con la temperatura normal.

A los segundos que el pelirrojo se removió para darme la espalda, aproveche y me levante para bajar de la cama y tomar el resto de mi ropa, que el de ojos ámbar dejo tirada por ahí.

Bueno, al menos era ropa de deporte y no otra.

Suspiré, y volví la mirada hacía la puerta del balcón de él que daba hacía mi habitación.

. . . . . ¿Qué hacía Kyoung ahí?

Hice una mueca, y al parecer este se dio cuenta de que lo estaba mirando, porque inmediatamente se acercó a la puerta que daba al balcón.

Inmediatamente sentí mis mejillas arder, seguramente esto se malentendería, pero al fin y al cabo solo estaba cuidando del pelirrojo.

Suspiré nuevamente y tome una respiración, y me acerqué a la puerta, y este al igual que la mía, tenía cortinas, así que sin más que esperar las cerré.

-¿Qué pasa? –Preguntó adormilado mi acompañante, mientras que yo tomaba rápidamente mi camiseta y brasier.

-N-no sucede nada... iré a cambiarme. –Avisé mientras salía de la habitación, camino al baño.

Luego de unos pocos minutos ya estaba otra vez en la habitación de él, viéndolo hacer algo extraño.

-¿Qué haces...?

-Nada nuevo...creo. –Se encogió de hombros mientras se alejaba rápidamente de la puerta del balcón. – ¿Has visto que tu hermano estaba viéndonos?

-Es por esa razón que he cerrado las cortinas.

-Podría malinterpretar las cosas... bueno no importa.

Yo iba a comentar algo pero rápidamente alguien entro de golpe a la habitación, y ese alguien era la madre del pelirrojo.

No sabía su nombre.

Contando que estoy en esta habitación.

Oh dios mío, creo que moriré de la vergüenza.

-¡M-mamá! –Chilló avergonzado él.

-Cariño, vine rápido porque no contestabas tu móvil. –Se excusó la mujer. Dirigí mi mirada hacía ella y Dylan era casi igual, aunque solo por unos pequeños rasgos. La mujer pareció darse cuenta de que la estaba mirando, por lo que me miro y luego me sonrió, provocando que desviara mi mirada hacia otro lado, avergonzada. –Vaya, no sabía que tu novia estaba aquí... ¿Es la oficial, verdad?

-¡Sí! Mamá luego te hablo. –Chilló nuevamente el pelirrojo, intento hacer que su madre saliera de su habitación, pero claro, ella se negaba mientras sonreía.

-Entonces, uh. Pero si eres nuestra vecina, Marian. No sabía que estabas saliendo con este chico. –Soltó una risita la mujer de ojos cafés. –Ten mucho cuidado, se parece mucho a su padre cuando era joven. ~

-Lo siento... ¿a qué se refiere?

-Bueno, soy su madre y por ende debería hablar bien de él, pero una vez llegó a casa ebrio junto con una chica que tenía casi el mismo nombre que tú. –Comentó ella, y levemente asentí, porque sé a qué se refería.

Flower boy next door.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora