Capítulo 7

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Vivo suspirando durante todo el día, espero que así no se me vaya la vida.

Negué con la cabeza y luego de unos minutos escuche que el agua había hervido así que Leila puso los saquitos de té y vertí agua en las tazas.

Luego de haber dejado unos pocos minutos reposar los saquitos, fuimos hacía la sala llevando las tazas en una bandeja.

Sin decir palabra alguna deje la bandeja en el centro de la mesa.

Mire a un lado, y de mi lado derecho estaba mi hermano mayor y mi hermano menor.

Del otro, estaba el primero de la rubia junto a ella.

Puse por unos segundos los ojos en blanco y me senté en la punta de frente.

Sola y sin nadie que me molestará.

. . .

Inmediatamente el bullicio se hizo presente, Leila estaba hablando no sé qué con Kyoung, Dylan estaba mirando fijamente a Mark para saber que estaba pensando, y Mark, Mark solo estaba comiendo su desayuno callado.

-De verdad te lo digo, conozco muy bien a Marian y ella querrá ir al cine conmigo. –Dijo Leila. -¿verdad? –Preguntó mirándome.

-No tengo ganas de salir. –Dije después de casi terminar mi té. –Quiero dormir. –Añadí, y luego cubrí mi boca para bostezar.

-¡Pero!-Refunfuño Leila al verme cabecear.

-Como sea, nos vemos luego. –Murmuré mientras caminaba cual zombie hacía mi habitación.

Antes de irme escuche refunfuñar a Leila.

Es que era fin de semana y yo quería solamente dormir.

Ahora que recién me daba cuenta, él me vio en ropa interior... Egh.

Realmente solo espero que no haya visto los moretones que tenía en el torso.

Cuando entré a mi habitación inmediatamente me puse otra vez el pijama y me acosté en la cama, envolviéndome hasta la cabeza con la manta.

A los segundos pude volver a conciliar el sueño, hasta que escuché que alguien entro a mi habitación.

Sea quien sea lo escuche suspirar, y luego sentí que se sentó sobre mi cama, en los pies.

-¿Estás dormida? –Oh genial. Puse los ojos en blanco, y obviamente ni siquiera dije una palabra fingiendo estar dormida. Otra vez lo oí suspirar. –Como sea, me gustas. –Fue lo que dijo, dejándome completamente sorprendida.

De un salto me senté sobre la cama, mirándolo. -¿Disculpa?

Dylan soltó una risa, echándose sobre mi cama. –Ves, con eso si te despiertas, o más bien me prestas atención.

Inmediatamente enrojecí y tome mi almohada para tirársela. –Con eso no puedes jugar.

-Lo que digas, eh. Estás como una manzana. –Dijo mientras tomaba rápidamente la almohada, sonriéndome. -¿Estás bien?

-Lo estoy, solo quiero dormir. Aún son las 08:30 am. –Le dije recostándome otra vez, volviéndome a cubrir hasta la cabeza con la manta.

-Entiendo. –Fue lo único que dijo. –Pero a pesar de eso, me gustas. –Oí, aunque más bien, seguramente mi mente me había engañado otra vez, pues ya me estaba dando sueño otra vez.

El fin de semana había pasado bastante animado para mí. Para mí era costumbre que algunas veces Leila invadiera mi casa, pero su primo, creo que no, sobre todo cuando había bromeado con eso que dijo el sábado.

Flower boy next door.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora