Capítulo 3

77 4 0
                                    


Dylan solo atinó a reírse mientras se sobaba la espinilla de la pierna.

-Necesito ir a mi casillero. –Dije y el pelirrojo se hizo a un lado.

-Vaya, tu admirador secreto te ha dejado otra magdalena. –Comentó Leila.

-Uh, sí, eso veo. –Respondí mientras quitaba aquel pastelito y lo guardaba en mi bolso.

-Deja me ver. –Dijo el pelirrojo mientras me quitaba la nota adhesiva. –Pfff. –Intento reprimir la risa y luego me devolvió el papel.

-¿Ocurre algo? –Preguntó otra voz, y si no me equivocaba era el profesor Johnson.

Rápidamente negué varias veces con la cabeza y Dylan volvió a posar su dedo sobre mi frente.

-Con hacerlo una vez está bien. –Murmuró cerca de mi oído, y luego volvió su mirada al profesor. –Luke, ¿qué tal?

El mismo profesor solo se encogió de hombros y se quedó conversando un poco con nosotros aunque solo con Leila y Dylan. Podía notar que quería que me integrara a la charla pero simplemente me negaba y solo respondía con monosílabos.

Por un momento me distraje de la conversación y saque aquel pastelito para comerlo, aunque fue en un mal momento ya que Luke me miró para hablarme.

-Sí, creo que Marian debería integrarse un poco más...-Hizo una pequeña pausa al verme.

Y como si me hubiesen atrapado con las manos en la masa me quedé quieta, y solamente lo miré. –Oh, puedes comer tranquila. –Añadió.

Con una mano cubrí mi boca y rápidamente termine de comer. –Lo siento. No he desayunado bien, y si lo hacía llegaba tarde.

-Es cierto, incluso cuando yo me fui de su habitación, seguía durmiendo. –Dijo el pelirrojo y sentí como me estaba ahogando con mi propia saliva.

El profesor Johnson se alarmo y empezó a palmear mi espalda, aunque solo fueron unos segundo para que pudiera calmarme.

No quería ver la cara de Leila.

NO.

nO.

Mire a Luke y le murmuré un 'gracias', y él asintió. –Nos vemos luego, asegúrate de prestar atención. –Dijo, aunque pude captar un tono de incomodidad en su voz.

-Creo que es él, admirador secreto de ella.

-¿Tú crees? –Preguntó Dylan. –Es demasiado mayor. Aparte es un profesor.

-Aspirante, y ahora está haciendo una pasantía. –Refutó Leila. –Tampoco tanto tiene 23.

-Me niegDigo sigue siendo mayor. ¿Tú que crees pitufina? –Preguntó, mirándome.

-. . . Es una estupidez. –Respondí. –Leila por favor no ocurrió nada. –Añadí, porque ya sabía con qué cara me estaba mirando.

-Dylaaaaaaaaaaaaaan, dime.

-Dormimos...-Me miró y luego miró a su prima. –Juntos. En la. Misma. Cama. –Sonrió divertido mientras seguía mirando a Leila. –Ronca mucho.

Mis mejillas estaban peor que su cabello, así que sin mucho que pensar dije. -¿¡Qué sabes tú!? –Prácticamente grite y volví a golpear su pierna.

-¡AH, DUELE! ESO DOLÍO. –Gritó mientras saltaba para sobarse.

-Es amooooooooooor. –Exclamó como si fuera alguna niña pequeña.

Flower boy next door.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora