-No es ciertooo. –Reí volviendo la mirada para ver hacía donde estaba Cookie, y el mismo perro le estaba ladrando a un árbol.
-Oye, creo que tu perro está molestando a un gatito. –Dije e inmediatamente él dejo de empujarme para llamar a su mascota.
-Creo. –Murmuró agachándose a la altura del can para darle un pequeño regaño, y luego acariciarle las orejas. – ¿Tu gato sale por ahí cuando no lo vigilas?
-Solo se cuela a tu patio, y va hasta donde termina la esquina, de ahí en más no.
-Es bueno, al menos no se escapa como esté muchacho. –Dijo mientras jugueteaba. –Bien, tiempo suficiente, volvamos. –Añadió volviéndose hacía mí, para tomar mi mano.
Rápidamente me levante del columpio y luego retomamos el camino hacia nuestras casas.
A los pocos minutos estábamos casi llegando a la casa de él, pero cuando vimos en la casa de junto, a la izquierda de la mía, estaban un par de cajas, y luego salió de la casa, el profesor Johnson.
. . .
-Creo que ahora seremos vecinos de la mitad del instituto. –Dijo Dylan con un pequeño tic en su ceja.
Solamente me quede en silencio, y me encogí de hombros, tal vez sea cierto.
Al parecer cuando llegamos, el sr. Johnson nos estaba esperando.
-Es bueno verlos... Juntos. –Habló mirando al pelirrojo.
-Sí, eso es bueno, y vamos por más. –Respondió él, dando un leve apretón a mi mano.
-Si algo te sucede solo me tienes que avisar. –Dijo el castaño. –Te ayudaré como un hermano mayor.
-¡Oye! –Chilló el de ojos ámbar, apuntándole con el dedo índice.
-La conozco desde hace tres años, aparte... soy yo el que le ha dejado las pequeñas magdalenas.
-Oh, está bien, supongo que puedo contar con usted. –Dije asintiendo una vez.
-MARIAN.
-Lo conozco desde hace mucho... -Murmuré.
-¿De dónde, entonces?
-Era el compañero de universidad de mi hermano.
-Pero si solamente tiene... ¿23?
-22. No tanto. –Respondió
-Pensé que tenía 23.
-No, tu hermano solo tiene 21, creo. –Dijo el que fue mi profesor.
-Aah, ¿necesita ayuda con las cajas? –Pregunté cambiando de tema.
-No, ya estaba terminando.
Luego de aquella breve charla, Dylan y yo nos fuimos hacía mi casa, aunque esté fue a dejar a su mascota a la suya.
A los segundos, el pelirrojo ya estaba en mi puerta.
Como era de esperarse, Kyoug estaba en la sala, haciendo no sé qué.
Fui hacia la puerta para abrirla, y entró.
-Hey, ¿qué tal? –Intento hablar el pelirrojo mientras miraba al castaño teñido.
-Hey. –Fue el único que dijo como saludo y siguió concentrado en lo que hacía.
-No te preocupes, no le prestes atención. –Le dije al pelirrojo mientras caminaba hacía la cocina.
ESTÁS LEYENDO
Flower boy next door.
FanfictionAhí estaba yo, observándole como siempre. Cada mañana viendo cómo se levanta y corre las cortinas. Debía admitirlo, su cabello rojizo era demasiado lindo sobre todo de esa manera desordenada, se veía... sexy.