"El más hermoso amor es aquel que llega sin que lo busques."
El reloj que esta puesto en la cafetería muestra las horas que aquel castaño de bonitos ojos lleva esperando.
Harry frunce un poco el ceño porque el pequeño lleva alrededor de dos horas sentado ahí, mirando siempre a la puerta cada vez que una persona entra, borrando aquella hermosa sonrisa al darse cuenta que no es la persona que espera. Lleva, también, alrededor de cinco tazas de té y dos galletas con chispas de chocolate, grandes. Mira de vez en cuando su celular, para luego bufar y seguir ahí, observando el reloj y su plato vacío.
Harry no sabe cómo sentirse, porque el chico no deja el lugar y aferra sus sentimientos en esa mesa, y sigue pidiendo alguna cosa, alguna galleta o un trozo de pastel, para que no lo boten del lugar. El rizado siente que el chico de vez en cuando tiene ganas de llorar, y el rizado también tiene ganas de llorar porque el chico es un hermoso niño, quizá enamorado, esperando a un idiota que lo ha dejado plantado.
-¿Sigue acá? –La voz de Liam se hace presente, y Harry solo asiente, observando de reojo al chico castaño. -¿Quién sería capaz de dejar a aquel niño así? –Pregunta, con un ligero enojo, porque el chico realmente se veía emocionado cuando entró al local. Ahora solo esta el ceño fruncido y los ojos rojos de tanto retener las lagrimas.
-No sé. –Suspira Harry, acomodando el mantel en su cadera.
El local no esta tan lleno, es por eso que Liam y Harry pueden hablar sin problema alguno. –Lleva más de dos horas ahí. –Dice, observando como Niall, un camarero y amigo, se acerca al castaño, sonriéndole y preguntándole algo. El chico solo niega con una sonrisa forzada y Niall asiente, caminando hasta ellos.
-Dice que seguirá esperando, unos minutos más. –Dice, colocando uno de sus codos en la barra.
El rizado siente unas enormes ganas de ir donde se encuentra el hermoso chico castaño para abrazarlo y decirle que aquella persona que esté esperando no vendrá, porque él sabe, una vez le hicieron lo mismo (varias veces realmente) y se sentirá peor al ver que llegara la hora en la que la cafetería cierre y la otra persona nunca llego ni respondió el teléfono.
-¿No quieres ir a hablarle, Hazz? –Le pregunta Liam, tomándolo por el hombro y empujándolo ligeramente, para que salga de sus sueños. Harry frunce el ceño. Esa no sería mala idea, piensa.
Pero el chico lindo levanta la mirada, en dirección a los tres chicos. Harry siente los colores de sus mejillas pintarse de un ligero rosa, girando y dándole la espalda al chico sentado unos metros de él.
-No creo que sea buena idea. –Dice, observando los ojos marrones de Liam, quien le sonríe negando la cabeza.
-Vamos Hazz, tu turno termina en veinte. Ve, háblale, puedes llegar a ser su cita. Yo te cubro. –Ríe, porque su rizado amigo va dos horas observando al chico, desde que llego, y ve la pena en sus ojos verdes de ir y quizá abrazarlo, porque Harry ama abrazar a las personas, especialmente a personas que tiene aspecto de haber pasado un mal día.
El rizado lo piensa un poco, porque el chico que está ahí es hermoso y él es un don nadie. Toma unas respiraciones cortas, observa a Niall que le está sonriendo confiando. Sonríe y se quita el delantal verde de su cadera, y en un plato blanco coloca una galleta de chocolate. Liam levanta los pulgares y Niall asiente efusivo, aunque ese par sabe que Harry tendrá que pagar es galleta luego.
Harry da pasos lentos, pero seguros. El chico vuelve a observar su celular, como tecleando en el pero suspira, apagándolo y casi tirándolo en la mesa. El rizado puede ver como sus hermosos ojos que de lejos son hermosos y de cerca son perfectos, se llenan ligeramente de lágrimas. Y Harry sabe que el chico está a punto de explotar. Así que apura el paso y llega a la mesa del niño bonito.
-Hola. –Saluda Harry, colocando la espalda recta y sonriendo, mostrando sus elegantes y llamativos hoyuelos.
El chico levanta la mirada, algo roja por las lágrimas, pero el azul es lo que llama la atención en Harry.
Los hermosos ojos azules del niño bonito.
-Hola. –Susurra el chico, tomando su celular en mano y con la otra revisa sus bolsillos. –Tranquilo, ya me voy. –Suelta, colocando unos billetes en la mesa, arrugados y hay más de la cantidad exacta que el chico debe pagar.
-No, tranquilo. –Responde Harry, empujando un poco los billetes del castaño y colocando el plato con la galleta en la mesa. –No hay necesidad de que te vayas. Es más, vine para darte esto, he visto que solo has pedido las de vainilla, y a mí me gusta esta y pensé que sería bueno que la puedas probar, ya sabes, para que la próxima vez que vuelvas tengas más opciones de elegir. –Respira hondo, sabiendo que estaba divagando bajo la atenta mirada del chico. –Mmh, soy Harry, Harry Styles. –Extiende su mano, observando como el chico sonríe, y lo que llena de amor el corazón de Harry es ver que esta no es forzada.
-Louis. –Toma la mano del rizado, apretando ligeramente y sonrojándose al ver que su mano es cubierta completamente por el rizado alto. –Louis Tomlinson.
Los dos se miran por un rato. Harry sigue diciéndose mentalmente que la voz de Louis es hermosa, al igual que esa pequeña sonrisa que muestra y hasta su nombre es hermoso. Por otra parte, Louis ha dejado de pensar en Jack, el chico con el cual ha estado saliendo un semana y lo ha dejado plantado más de tres veces. También piensa que Harry es lindo y tiene una hermosa sonrisa, con esos hoyuelos que haría que cualquiera caiga a sus pies. Louis considera que él no sería una excepción.
-Bueno... -Rompe el silencio Harry, girando un poco para ver a Liam y Niall, ahora Zayn también, que está casi colgado en Liam. Ellos le sonríen. –Te gustaría... ¿Te gustaría salir de aquí? Digo, he terminado mi turno y te he visto, y eres lindo. –Louis se sonroja, bajando la mirada con una sonrisa. -¿Vamos por un helado? El olor a café ya me hostiga demasiado. –Levanta los hombros, paseando su dedo por la mesa, esperando el rechazo.
Ese que nunca llegó.
-Sería un placer. –Afirma Louis, sonriendo abiertamente, mostrando los dientes y esas pequeñas arruguitas a los extremos de sus ojos. Harry está perdido.
Harry piensa en las frases que suele soltar su madre a la hora del almuerzo, sobre que el amor es irracional en algunas ocasiones, y que hay veces en la que no va a funcionar como uno espera. Harry piensa mucho en eso mientras come el helado con Louis, y lo conoce más y le roba un beso y un abrazo porque él lo necesitaba. Harry piensa en que su madre nunca le hablo sobre el amor a primera vista, ni tampoco que lo menos esperado puede llegar a ser el amor más hermoso que uno puede tener y vivir.
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