Capítulo 4: Tensión (2/2)

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Anastasia Steele P. O. V.

No puedo dormir.

Primero observo la ventana. Después, la puerta, con la esperanza de que Christian entre por alguna de ellas.

No pasa.

Entonces, me levanto al baño.

Ojos azules y maraña de cabello castaño me dan la bienvenida.

Totalmente horrible.

Me miro un breve segundo preguntándome cómo diablos soy tan fea. Por eso Christian no intenta luchar por esto.

-Eres horrible -le digo a la chica del espejo. Ella me devuelve las palabras. Me doy por vencida y salgo de la habitación.

Todo está oscuro hasta que prendo la luz. El susurro de la noche es intenso. ¿O debería decir la madrugada? El reloj marca las tres y media. Christian aún no llega.

Tomo un vaso de agua y me siento en una silla de la isla de la cocina.

Tic, tac.

Todo me parece monótono y aburrido.

Entonces la puerta principal se abre. Intento escuchar por encima de los latidos frenéticos de mi corazón.

-¿Qué diablos estás haciendo despierta?

Tic, tac.

-¿Por qué diablos llegas casi a las cuatro?

Silencio.

-Vete a dormir, Ana.

-No.

Más silencio fatal.

Aquí van las estupideces fatales.

-¿Te divertiste?

-¿Qué más da?

Tic, tac.

-Mamá quería una cena familiar.

-Sorpresa. Deseo eso todos los días.

Tic, tac.

-¿Leila es mejor que yo?

Tic, tac.

El silencio es abrumador. Los ojos se me llenan de lágrimas.

No dice nada. No intento continuar. Mi corazón y mente desisten. El se acerca al refrigerador y saca una botella de agua. Cerca de su cuello hay labial.

-No nos hagas esto, Christian -le imploro. -Por favor.

-Dame una razón de peso -contesta.

Christian P. O. V.

-Estás siendo cobarde, -me susurra con ojos brillantes -Yo lo dejaría todo por ti.

-¿Segura? -replico también en un susurro -¿Dispuesta a dejar tu apellido? ¿A tu familia, a la oportunidad de una familia decente? ¿Estás dispuesta a irte al infierno?

-Sí, no importa.

-Pues a mí sí. Me importa.

-Te importa lo que piensen los demás -afirma.

-Que crean un carajo, no me importan, Ana. Me importas tú y sólo tú.

-Funciona de los dos lados, Christian.

-Lo sé. Pero es mejor apartar todo esta mierda antes de que se haga mayor.

-¿Cómo mayor? ¿Qué harás? ¿Vas a ir follándote a medio Seattle? -su tono es sarcástico. -No me digas. ¿Me vas a ver consumiéndome de poco a poco? Que valiente de tu parte, Steele.

Forbidden Love #TheGrey'sAwardsIIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora