Capítulo 12: Esquizofrenia Olvidada

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DEDICADO A @KataGrey09

Las cosas pintan excelentes para un par de hermanos que se aman a escondidas.

Me encuentro cada vez más enamorado de mi hermana, y encuentro fascinante su respuesta. A veces, hasta yo me sorprendo de nuestros intensos sentimientos.

Demasiado prohibidos, demasiado tentadores.

Sin embargo, la farsa continúa. Aprecio a Leila pero es algo así como una mascota. Ana, en cambio, es calidez. Es pasión desbordante y una mar de sensaciones placenteras. Sé que le fastidia que Leila esté a mi lado todo el tiempo, (porque, a decir verdad, a mi también me jode) por eso no digo nada ante su suspiro de frustración cuando ve que Leila ha localizado nuestro auto.

—¡Christian! —exclama ella, resaltando en la multitud. Inmediatamente se prende de mi brazo y me besa. Siento un escalofrío que no me permite pensar claramente. —Te extrañé tanto...

Seguramente fastidiada, Ana abandona el lugar. Me sorprende ver que no se dirige a Kavanagh y Mia.

Se dirige a un chico.

Frunzo el ceño.

—Desearía poder pasar más tiempo contigo bebé. Me tienes desatendida.

—Mmm...

—¿Me estás prestando atención? No importa. Mi prima me mandó unos zapatos Gucci y...

Ese estúpido chico la ha alzado en volandas. Mi Ana lo permite. Sólo cuando una chica de acerca a ellos, la baja.

¿Quién es este cabrón?

—¿Puedes creer que tía Daisy dijo que su perro pilló pulmonía? Vieja loca. Ese perro viejo es tan viejo como el gran cañón...

La chica se presenta. Ana toma su mano. Hablan por un tiempo.

Joder. Esto no se queda así.

—Entonces mamá dijo: "hace tiempo que Christian no me visita" y yo le dije: "Oh, okay. Le diré". Es decir, ¿Irás, verdad, bebé?

—Sí —digo sin interés.

—¿Hoy? —pregunta esperanzada.

—Sí —repito. Bruscamente la tomo de la cintura —Ven.

Me acerco gradualmente a ellos.

—¿Ana?

—Christian —me saluda. Creo que ya me veía venir. ¿Enserio soy tan celoso que ella lo nota? —Ellos son Phoebe y Theodore Leonard James.
—Un placer —Phoebe sonríe y me tiende la mano.

—¿Los chicos de intercambio? —pregunto con recelo, sólo para estar seguro. Tomo con delicadeza la mano de Phoebe.

—Los mismos. —dice el chico —Un gusto conocerte, Christian. Ana habla mucho de ti.

Levanto las cejas, sorprendido. ¿Ana habla mucho de mí? Aunque no debería, me alegra.

—Soy Leila, la novia de Christian —interrumpe Leila. Pero parece que nadie le presta atención. Sinceramente, espero que así se quede.

Veo la mirada de Phoebe hacia Ana. Es demasiado protectora y filial. Y la mitad de aquello no se lo puedo ofrecer.

—Quería hablar contigo, Ana. —miento. Me incomoda darme cuenta del hecho.

—Ana, en mi casa a las seis y media. —dice Phoebe —Discutiremos el nombre de los hijos del asno.

Theodore sonríe y guiña un ojo en dirección a Ana.

¿Qué diablos...?

—Me gusta Charlotte —responde Ana.

—Y a mí Alessa. Pero lo veremos más tarde. Christian, Leila, un placer conoceros. Asno, muévete.

—Nos vemos. —se despide Theodore rápidamente.

El timbre suena en ese instante y Leila da un jadeo.

—¡Historia! La vieja mojigata me mata si no llego. —me da un beso e inevitablemente sé que su asqueroso labial está en mis labios —Adiós, cuñada.

El camino es silencioso. Mi mente comienza a trabajar. ¡Por supuesto hay ese amor en la mirada de Phoebe! Discutían el nombre de los bebés de mi hermana y su hermano. Me niego tozudamente a encontrar otra explicación. Simplemente, no la hay.

—Por cierto —dice Ana, después de guardar el móvil con el que hacía no-sé-puñetas. —¿Qué querías decirme?

—Yo también tengo planes —respondo fríamente. No me puede culpar. —. Voy a la casa de Leila esta noche.

No me detengo cuando siento que para. En su lugar, hago mis manos puños y continúo caminando. Ana es lista y debe de haber deducido que ir con Leila es ir a follar. Pero yo no voy a follar. Joder, amo a mi hermana. Pero quiero darle una probada de lo que yo siento cuando veo que está con otro hombre.

Aun así, también sé que me arrepentiré más tarde.

* * *

Son las ocho de la noche. No he sabido de Ana en todo el día, no se presentó a clases.

Ceno tranquilamente evitando la mirada presuntuosa de la señora Williams, el ceño fruncido del señor Williams y la mirada esperanzada de Leila. Hasta que mi móvil suena.
Es Ana.

Sin importarme los buenos modales, salto como un resorte de la mesa y me dirijo a la sala.

—¿Ana?

—Christian —solloza una voz femenina que definitivamente no es Ana. —Eras su primer contacto y yo no...

—Phoebe —la corto, frío y desesperado —¿Qué pasó?

—Estamos en el hospital. Ana tuvo un... —su voz se apaga lentamente.

Me paralizo. Siento un escalofrío en el cuerpo, adrenalina y desesperación.

—¿Qué pasó? —susurro.

—Se intentó suicidar.

Forbidden Love #TheGrey'sAwardsIIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora