>>Escuche decir a una anciana que si estamos aquí es por que tenemos cosas pendientes<<
>>Nunca pude saber que era lo que me detenía... y a decir verdad no me importa<<
>>Solo esperaba el momento de marcharme de nuevo... pero apareciste tú<<
Sus ojos se adaptaban a toda la luz que les llegaba, veía bastante borroso. Sus ojos solo se abrieron por unos segundos y enseguida ya no veía nada, todo era oscuridad y ruidos, muchos ruidos, ruidos por doquier que lo volvían loco.
Trató de moverse, de tapar sus oídos y así dejar de escuchar tan molestos sonidos, no hacían más que provocarle migraña y dejarlo aturdido, más de lo que ya estaba "Genial" pensó con ironía cuando sus demás sentidos se pusieron a trabajar, encontrándose húmedo y con un terrible dolor proveniente de, bueno, de todas partes. Pero también estaba aquel agradable calor instaurado junto a él. Se sentía muy bien, se sentía protegido. Esa vieja sensación de calor ajeno calentando su cuerpo frio le gustaba, le traía muchos recuerdos, recuerdos que estaban muy lejanos de él y no merecían la denominación de recuerdos pues ¡no recordaba! Eran más bien... sueños lejanos
Después de todas aquellas extrañas sensaciones una más le invadió... estaba cansado, muy cansado. El sueño poco a poco le ganaba, Morfeo lo llevaría a sus terrenos dejando ahí por un buen rato. Antes de caer dormido escucho una voz amorosa susurrarle
- Bienvenido al mundo amorcito... ahora yo te cuidare...
~*~
- ¡Al fin haz abierto tus ojitos! - exclamaba su madre con gran alegría mientras él trataba de mantenerlos abiertos la luz era demasiada y le cegaba, haciéndole imposible el mantenerlos abiertos un segundo más
- Hay mucha luz... esta cegándome... - exclamo con su voz infantil
- ¡No seas exagerado! Inténtalo una vez más... ¡por mami!
Ante aquella petición no le quedo más que obedecer, abriendo nuevamente los ojos, esta vez con mayor facilidad, la luz ya no lo cegaba y sin ningún problema pudo ver por primera vez a quien le había dado la vida
- ¡¡Mami!! - poniéndose en sus cuatro patitas se acercó, a pasos torpes pero rápidos, a su madre, una gatita de pelaje negro como la noche y ojos azules como el cielo... o eso le había dicho ella cuando no veía y le contaba historias para que durmiera
- ¡Pero mira que lindo hijo tengo! ¡¡Eres el gatito más lindo de todo el mundo!! - rio ante aquella declaración, sintiéndose querido y protegido, esa sensación le agradaba, y mucho - ¡Vayamos a que veas tu reflejo! ¡¡Así veras lo lindo y tierno que eres!!
Salieron del callejón donde vivían, él siguiendo a su madre muy de cerca para no perderse, además no conocía nada del mundo, solo aquel cómodo lugar donde vivió por un mes y poco más, tal vez dos, no tenía una noción exacta del tiempo. Caminaron por varias cuadras hasta llegar a una zona con grandes locales y mucha gente caminando apurada. Al instante se sintió pequeño, todo era tan inmenso, las personas eran gigantes y si no tenía cuidado le aplastarían con sus enormes pies.
Su madre siguió caminando, acostumbrada de caminar por esa zona, hasta llegar a otro callejón.
Un olor particular inundo sus sentidos, era simplemente delicioso. Con ayuda de su olfato y su pequeña naricita siguió aquel olor hasta topar con un local donde un enorme escaparate relucía. Debido a su tamaño no podía ver que era aquello de olor tan agradable y que hacia a sus sentidos alterarse de aquella manera
- ¡Apúrate amor! ¡Es por acá!
- ¡Ya voy mami! - impulsándose con sus patitas corrió hasta llegar donde su madre estaba
- Sabía que aquí estaría... ¡mírate pequeño! - con la cabeza señalo un objeto extraño para él y con cautela se acercó, esperando que esa cosa le atacara. Cerró los ojos cuando por fin estuvo frente a la cosa - No tengas miedo... solo mira - las palabras de su mami le hicieron tener más confianza y por fin abrir los ojos.
Un par de verdes ojos le miraban al otro lado del objeto, un gatito negro como la noche y de verdes y enormes ojos era lo que veía, se era su reflejo. Se quedo mirando fijamente sus ojos, había algo en ellos que le hacía sentir extraño, había algo que sin duda alguna era importante y le hacía recordar, pero ¿Qué? Si apenas era un gatito... tal vez fueran alucinaciones suyas. Cerró los ojos un momento y al instante, como un flash, un recuerdo surgió en su cabeza, más que un recuerdo era la voz de alguien susurrándole"Gerard"
- Gerard... - soltó inconscientemente
- ¿Qué? - le pregunto al instante su madre, extrañada del nombre que había surgido de su pequeño
- Nada... fue solo un... no sé lo que fue - dirigió su verdosa mirada a su madre quien lo veía con sorpresa - Tal vez... ¿un recuerdo?
- Gerard... - repitió la gatita - Así te llamaras ahora... Gerard
~*~
>> - Gee... estarás bien Gee... te lo prometo - le repetía un hombre de ojos avellanas mientras de
estos salían lágrimas - Todo estará bien... solo... solo no te vayas... solo no - insistía aquel hombre,
pero no era la primera vez, ya lo había visto en otro lado, en otro sueño. Siempre aparecía en sus sueños
- Aguanta Gee... la ambulancia no tarda... solo aguanta ¿si? - decía aquel hombre ¿Por qué le decía eso?
-Te amo - ¿lo amaba? - T-te a-amo-o... - ¿Por qué le contestaba eso? ¿Quien era?<<
- ¡Gee! Amorcito, ¡despierta de una buena vez! - le decía su mamá mientras jalaba de su oreja, logrando traerlo al mundo de los despiertos al fin - ¡Ya era hora! ¡Si no te despierto mueres de hambre! Vamos...
No dijo nada, simplemente asintió y siguió a su madre a una pequeña distancia, iba distraído, como siempre. Su madre en repetidas ocasiones le había reñido por ser tan distraído.
Sin que se diera cuenta llegaron al mismo callejón donde hacia ya tiempo su madre le había traído para que viera su reflejo, para que se conociera y desde ese entonces no dejaba de soñar con ese sujeto... Frank, si bien recordaba, y con un pequeño llamado Mathew el cual le llamaba 'papa.' Era bastante extraño ya que solo tenía nueve meses de edad, no creía que... bueno, fuera lo que fuese tal vez no era tan importante, y menso si no lo podía recordar
- ¿En que piensas pequeño?
- En nada - le contestó tratando de evitar el tema
- No me engañes Gerard... eres mi único hijo y te conozco ¿Qué pasa? ¿Son esos sueños otra vez? -asintió levemente. Su madre le miró por unos segundos, como debatiéndose si contarle o no hacerlo - Será mejor que escuches amor... es importante
- ¿Qué pasa? - preguntó asustado del tono que usaba
- Sabes Gee... la vida no es siempre así... la vida cambia, la vida sigue un curso y si no lo completa toma parte de otra vida para continuarlo ¿entiendes? - Gerard asintió, entendía pero ¿A que venía todo eso? - A veces la vida tiene imprevistos... dejamos cosas pendientes que deben de ser solucionadas, son promesas que hacemos en otras vidas y debemos cumplir
- ¿Por qué me dices eso? - preguntó con un hilo de voz, comprendiendo a duras penas lo que le trataba de decir
- Sabes Gee... cuando uno muere y vuelve a la vida se queda con algunos recuerdos, sus tareas pendientes. Yo, por ejemplo, era una ancianita que se fue y dejo a su marido solo... rencarne en lo que vez ahora, al principio no lo sabía, al principio pensé que me volvería loca con esos 'sueños' pero después descubrí que tenía algo pendiente... cumplí con mis promesas y ahora solo espero mi final
- ¿Me dejaras solo? - pensó con pánico, acercándose rápidamente a su madre y acurrucándose a su lado
- Tal vez no ahora... pero algún día te dejaré solo Gee, pero ese no es el punto. Si tu tienes esos sueños tan seguidos es por algo... que recordaras tu nombre no es coincidencia... hay algo que debes hacer, por eso estas aquí. Debes de cumplirlo
~*~
Caminaba por las desoladas calles de Nueva Jersey en busca de la casa
Ahora comprendía las palabras de su madre. La había perdido hacia apenas una semana, justo cuando cumplía un año a manos de una bala; pasaban por un banco cuando los asaltantes comenzaron con el tiroteo, ellos habían salido corriendo por el miedo, más él, se encontraba sumamente nervioso y cuando escucho el primer disparo su cuerpo quedo paralizado.
Muchas imágenes llenaron su cabeza, las imágenes de toda una vida al lado de un hombre bajito y de impresionantes ojos avellanas, una vida al lado de Frank.
Su madre trató de moverlo, trato de protegerlo mas él no se movía, estaba paralizado, todo paso muy rápido, una bala le arrebató al único ser con el que compartía su nueva vida.
Y ahora, solo por el mundo, buscaba la casa su antiguo hogar "¿De que servirá si no podre recuperar mi vida?" pensaba con cierto miedo, no quería ir donde Frank, no quería verlo y saber que jamás podrían estar juntos. Dolía, dolía en lo más profundo de su alma al imaginar a Frank con alguien más que no fuera él. Según sus cálculos ya había pasado un año, ¡tal vez ya lo había olvidado! Estaba muerto y nada cambiaría eso, ni mucho menos el hecho de que ahora fuer aun gato ¿Qué podría hacer para recuperarlos? Lo había perdido todo, se lo había arrebatado.
Caminaba por una calle cuestionándose todo aquello cuando vio a muchos niños acercarse a él, por instinto subió a una barda, quedando lo más lejos posible de aquellos niños que de seguro le jalarían de la cola, siempre era lo mismo. Caminaba viendo a los pequeños pasar, algunos tomados de las manos de su padre, otros iban solos. A lo lejos un niño en especial llamo su atención, era pequeño, de piel pálida y con el cabello negro.
Se acercó aun encima de la barda, se acercó hasta estar a unos pocos pasos del pequeño. Su corazón salto de alegría y sin poder evitarlo un maullido salió de su boca "¡¡¿Matty?!!" El pequeño, al escucharlo, levanto la mirada, sus felinos ojos verdes se toparon con unos avellanas
- ¿Gatito? - el pequeño se puso de pie "Creo que has crecido... te ves tan hermoso... como siempre" - ¡Gatito! - exclamó emocionado al ver como el 'gatito' bajaba de donde estaba para acercarse cautelosamente a él - No te haré daño gatito... - Gerard se dejo tomar entre los brazos de Matty y acariciar por este - ¡Vamos a casa! - sin soltarlo comenzó a correr por las calles "Frank nos matará cuando nos vea llegar a casa... ¿Dónde diablos esta? Se supone que debería de esta contigo"
~*~
- ¡¡YA LLEGUE PAPI!! - grito Matty desde la puerta de la entrada, aventando su mochila y corriendo a su habitación, ignorando por completo a Darko, quien sorprendido por aquello siguió a Matty de Cerca
Al entrar a la habitación de su pequeño una ola de sentimientos estremeció el cuerpo gatuno de Gerard, después de tanto tiempo estaba de vuelta en casa... la última vez que estuvo en ese lugar fue cuando... bueno, no tenía sentido recordarlo
- Mira gatito... ¡esta es mi habitación! - dijo emocionado pero sin alzar demasiado la voz - Te quedarás aquí hasta que convenza a papá Frank de quedarnos contigo...
- ¿Matty? ¿Dónde estas? - escucho los pasos Frank acercándose por el pasillo y su corazón comenzó a latir con mayor fuerza, al fin lo vería ¿habría cambiado mucho? ¿Le extrañaría tanto como él? ¿Aun lo recordarías.... Aun lo amaría? - Acá andas revoltoso - su mirada quedo fija en el hombre que más amaba, en el hombre por el cual daría la vida sin pensarlo, por quien ya la había dado antes. Seguía igual que siempre, tan perfecto... solo que se veía cansado - ¿Por qué no fuiste a darme mi beso? De seguro ya no me quieres - soltó con tristeza fingida, haciendo reír a Matty. Desde debajo de la cama Gerard contemplaba la escena con el corazón totalmente agitado, admirando a las dos personas que más amaba en el mundo... deseando poder estar con ellos
- Es que.... - pensó en una excusa - Yo.... - pero antes que algo se le ocurriera Darko entro a la habitación y fue directamente debajo de la cama, a su olfato llegó un olor conocido
- ¿Que tanto busca Darko debajo de la cama?
- ¡NADA! - contesto de inmediato Matty, nervioso de verse descubierto
- No me digas que tienes a un animal metido debajo de la cama... Matty... hemos hablado de eso y quedamos en que no había mas mascotas en esta casa... para eso tienes a Darko - se acercó a la cama, arrodillándose y buscando con la mirada al inquilinotemporal.
- Pero estaba en la calle y no tiene a nadie - protesto Matty usando su tono de suplica - ¿Podemos quedárnoslo?
Frank busco debajo de la cama hasta que sus ojos toparon con unos brillantes, con cautela estiro su brazo, esperando que el animal lo odiara y atacara al instante mas sorprendiéndose al sentir un suave pelaje. Tomo al pequeño ser con su mano y lo saco a la luz, llevándose una grata sorpresa al verlo. ¡Era un gatito! Un muy lindo gatito con enormes ojos verdes "Como los de Gee" pensó con melancolía, dedicándole una triste sonrisa al gatito.
- ¿Podemos quedárnoslo? - insistió Matty, mirando anhelante a su padre
~*~
Ya era hora de dormir, Matty se había ido a la cama hacía unos minutos, cayendo dormido después de que le contara un cuento. No era tan bueno como Gerard y por eso tardaba más en dormir a Matty, su pequeño de siete años... ¡tan rápido pasaba el tiempo!
Hacía un año que su Gee se había ido, después de eso todo había cambiado para él, hacerle entender a Matty que había perdido definitivamente a uno de sus padres no era fácil, y mucho menos lo fue el explicar que había pasado con él en todo el tiempo que estuvo desaparecido. Para empezar Mikey quiso quitarle a su hijo, cosa que no logro y que jamás lograría. Después estuvo su crisis luchando por sobrevivir y darle fortaleza a su pequeño sin ayuda de nadie más.
Extrañaba a Gerard todas las noches, lo había perdido para siempre y lo último que tuvieron juntos fue aquel momento antes de la muerte. Lo extrañaba tanto... si le dieran a elegir el ser perro de nuevo a cambio de tener a Gee a su lado sin duda lo haría.
Estaba recostado en la cama, en esos momentos era donde más extrañaba a Gee, tenerlo en la misma cama, poder abrazarlo, poder besarlo. Tan absorto estaba que no sintió el pequeño peso agregado a un costado suyo, no fue hasta que tuvo al gatito ronroneando y acariciando su mejilla con su naricita
- Basta pulga - "¿Por qué diablos me pusieron así?" Frank rio ante lo mimoso que se comportaba pulga - Me recuerdas a alguien... - guardó silencio por unos segundos "Es porque soy yo Frank!, Soy gee... ¡tu Gee!" - ¡Creo que me volveré loco! Pero nada pierdo con probar... si eres Gerard házmelo saber - "¿Y como quieres que lo haga?" pensó Gerard lo peor - Lame mi nariz si eres Gee - "Duagh! Frank... esta bien" Se acercó lentamente a Frank e hizo lo que le pidió
- ¿De verdad eres tu Gee? - se levantó rápido, como si la cama se hubiese prendido en llamas, sujetando a Gerard en sus brazos"Si, no sé que otra pruebas necesites... recuerda que te prometí que nunca los dejaría solos... ¿Recuerdas que te amo?"
- Gee... creo que estoy oficialmente loco - se dejo caer en la cama con Gerard sobre su pecho - Bueno... ahora serás mi amor... -"Eres un enfermo Frank" rio para sus adentros Gerard ante las palabras que salían de la boca de Frank "Pero así te amo... aun en esta vida te sigo amando" - Mi amor... solo que... - lo alzo hasta que sus ojos toparon con los verdes del minino - Con cuatro patas y mucho pelo - "Maldito pervertido" rio nuevamente, sacando de su pecho un ronroneo - Buenas noches Gee - sin importarle mucho le dio un pequeño beso en la frente del mínimo, dejándolo acurrucado en su pecho "Buenas noches Frankie!"
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Amor En Cuatro Patas | Frerard
FanficUn día despertó siendo algo que, se suponía, no era, ahora no sólo tendrá que averiguar que fue lo que paso, qué hizo para terminar así, sino también salvar a la persona que más ama en el mundo. Frerard