12. ¿Puedes oírme gritar por ti?

155 17 12
                                    

>> Todo le daba vueltas, tenía una extraña sensación de vacío y no era solo porque hubiese comido muy poco las últimas semanas, que de hecho ya era poco más de dos meses, era algo más que eso. Era la sensación que te deja el vacío de una persona, en su caso, que dejaban dos personas especiales y a las cuales, estaba completamente seguro, hacía sufrir a causa de su ausencia. No es que fuera su culpa porque no lo era, ¿cierto?

La puerta de la habitación donde había estado ese último mes se abrió, dejando ver a un sujeto alto y rubio, él era el encargado de 'cuidarlo' este era seguido por la persona que sin duda alguna, más odiaba en todo el planeta, la persona que le había alejado de su familia ya por mucho tiempo. Robert McCracken
- ¡Muy buenas tardes señor Iero! ¿Cómo se encuentra el día de hoy? - mientras el rubio alimentaba a los perros de las jaulas, y de los cuales se había dado cuenta de su presencia desde el primer día que despertó ahí, McCracken se había acercado a él para molestarlo, siempre hacía eso y estaba seguro que verlo así le causaba un gran placer
- Púdrete McCracken
- ¡Que modales los tuyos! Si yo fuera tu me comportaría mejor o...
- ¿O que? Si me quisieras muerto ya lo hubieses hecho, eres un maldito cobarde... y también un ¡loco!
- ¡Cállate! - le soltó un fuerte golpe en su pómulo derecho mas poco le importo
- Sabes que es verdad... ¿que harás? ¿Matarme? ¡JA! Te recuerdo que llevó más de dos meses aquí y sigo vivo, así que
- ¿No has escuchado las últimas noticias? - le interrumpió cambiando de tema. Lo miro sin saber que se traía entre manos, esa mirada... no la había visto desde aquel día en que termino ahí - ¡Lo olvidaba! No puedes saber nada... que vida la tuya... estar recluido en un cuarto lleno de más animales y secuestrado por un loco... yo que tu temería lo peor
- No me das miedo idiota, ve al grano ¿quieres? - trataba de aparentar calma, mas dentro de si un miedo no le dejaba
- Ayer fue Gerard a tu oficina... se veía tan... destrozado - sonrió al ver la mirada de Iero, una mezcla de odio y dolor, esa mirada le hacía gozar tanto... y faltaba lo mejor - ¿Sabes por qué? - hizo una pausa esperando alguna repuesta de su preso mas no se movía, simplemente le miraba desde la silla donde había estado atado la mayoría del tiempo - Bien pues te cuento, resulta que como no han dado con tu paradero y ya ha pasado mas de dos meses darán el caso como concluido - ensancho aun más su sonrisa al ver el atónito rostro de Iero - Prácticamente te dan por muerto, aunque también piensan que te fugaste con alguien más o que... bueno, lo otro es mi culpa.... La cosa es que si en este mes no dan contigo y así será, no harán nada más... hubieras visto como se puso el pelinegro, tuvieron que sedarlo
- ¡¡ERES UN MALDITO HIJO DE...!! - un fuerte golpe en su estómago le hizo callar, tosiendo y jadeando tratando de recuperar el aliento susurró - Te juro que...
- ¡NADA! ¡Me arruinaste todo! Estaba saliendo tan bien... tendría los resultados y las pruebas hubieran sido un éxito! Hubiera tenido la fama que siempre quise y ¡TU! maldito bastardo te entrometiste y lo arruinaste todo
- ¡Tus resultados estaban mal! Nada hubiera salido bien y se hubiesen presentado problemas más graves...
- ¡Es una mierda! ¡¡Me jodiste mi vida y ahora yo hare lo mismo con la tuya!! Por eso te he dejado vivo - le iba a contestar más el rubio se acercó a ellos con una jeringa en manos, comprendiendo hasta ese momento el miedo de su Gee a estas - No llegamos a probarla en el laboratorio por tu culpa.... así que ahora comenzaremos contigo... Gracias Frank - trató de removerse mas nada servía pues estaba atado a una silla. Sintió la aguja entrar en su piel y después llevarse un poco de su vital liquido rojo - Sabes que es lo mejor... aquel pelinegro se ve que necesitara consuelo - le sonrió de manera extraña, mezcla de venganza, odio y otras cosas más camino a la puerta, dejando pasar primero al rubio y girándose antes de salir para decirle esas palabras
- ¡A él no te le acerques! - le gritó mas la puerta ya se había cerrado, dejándolo solo y un poco mareado, deseando jamás haberse metido en esa investigación, deseando estar ahora con Gerard y Matty en casa y disfrutando de su compañía <<



Abrió lentamente los ojos, parpadeo un par de veces alejando la somnolencia de su cuerpo para finalmente levantarse y subir a la cama. Esta vez había dormido en el alfombrado suelo ya que Matty estaba cómodamente recostado ocupando más de la mitad de la cama y con su pie sobre el estomago de Gerard. Era una escena digna de ser fotografiada mas no tenía manos con los que sostener una cámara "¡genial!"

Con cuidado de no aplastar a Matty se acercó a lamer la mejilla izquierda de Gerard y después la de Matty y así despertarlos, tenían un largo día por delante. Después de haber escuchado la versión de Gerard y como había desaparecido, su sueño cobraba más significado y entendía parte de su actual situación.
Había desaparecido hace poco más de cinco meses, si las matemáticas no le fallaban tenía un mes y algo siendo perro, lo que dejaba algo así como un mes y medio sin saber que había pasado con él. Ahora ¿Qué debía hacer para averiguar toda la verdad? Debía encontrar al idiota de Bert, solucionarlo todo y después castrar al muy idiota por dejarlo vivo ¡pero que vida tenía! Estar junto a su familia sin poder decirles que era él, mejor le hubiera matado

Gerard se levanto cobijando a su pequeñín para después acariciar a Frank e irse al baño. Como deseaba poder abrazar o darle un beso, le necesitaba tanto y estaba seguro que lo mismo le pasaba a su Gee. Este salió y se recostó de nuevo, atrayendo a su hijo a sus brazos y dejando a Frank acomodarse sobre sus pies. Se sentido cómodo y sin ninguna preocupación, como si en cualquier momento Frank fuese a salir del baño y hacerse un espacio junto a él, abrazándolo por detrás y recargando su cabeza en su hombro, llenando su mejilla de besos.

Soltó un largo y sonoro suspiro, abrazando aun más fuerte a Matty, pero sin llegar a lastimarlo para después darle un beso en la frente y levantarse a comenzar su día. Frank se levanto junto con él e iba a seguirlo pero prefirió quedarse recostado sobre las mantas donde había dormido Gerard y que retenían su olor particular, una mezcla frutal de la que sobresalía el olor a duraznos. Restregó su cabeza para después sentir la mano de Matty sobre su cabeza. Le miro esperando encontrar al pequeño despierto pero no era así, seguía dormido
- "Papi te extraño mucho" - murmuró entre sueños "Y yo a ti Matty, pero estoy con ustedes y los cuidare"

A los pocos minutos Gerard regreso a la habitación para despertarlos y hacer que fueran ya a comer. Matty tardo en reaccionar, no le gustaba que su papá le levantara tan temprano ¡Apenas eran las 9:16am! Y era domingo... merecía dormir por mucho más tiempo
- ¿Por qué nos levantamos siempre tan temprano? Es domingo - le reprocho sentado en la cocina mientras Gerard le servía el desayuno - Deberíamos dormir hasta tarde
- No lo sé... es domingo y... ¿Por qué no salimos a dar un paseo?
- ¿Enserio? - el pequeño miraba a Gerard con sus grandes ojos avellanas llenos de ilusión - ¿No tienes mucho trabajo?
- Si... pero es domingo - le sonrió al tiempo que le revolvía los oscuros cabellos - Podemos llevar a Punky a pasear
- ¡Si! - grito emocionado a la par de un ladrido. Frank estaba feliz de que saldría a dar una vuelta como una familia, como lo hacían antes de que él se fuera

El desayuno paso rápido entre la charla de Matty y de todo lo que harían en el parque mientras Frank no dejaba de mover su cola y de vez en cuando ladraba y jalaba a Gerard del pantalón para que se dieran prisa. No quería desperdiciar ni un solo segundo del día. Al terminar el desayudo, y después de una rápida ducha por parte de Gerard, los tres salieron rumbo al parque. Al principio Frank pensó que podría caminar junto a Gerard o correr junto a Matty, pero eso quedo en el olvido cuando Gee saco una correa, que ni siquiera sabía que tenían, del armario de la sala y se la puso, teniendo que conformarse con ir delante de ellos ya que alguien era un poco paranoico y llevaba bien agarrado de la mano a Matty.


- ¡Quiero subir en eso! - señalo una estructura de colores donde más niños estaban trepados
- De acuerdo, pero ten cuidado - el pequeño asintió y estaba a punto de correr cuando la mano de su padre le detuvo - Pero antes ponte un suéter o te resfriaras
Con una mueca en sus inocentes facciones el pequeño asintió y se dejo poner el suéter para salir corriendo después rumbo a la extraña estructura dentro del parque. En una banca un poco alejada de la zona de juegos Gerard veía con una sonrisa a su hijo trepar y comenzar a hablar con los demás niños
- Me recuerda a Frank - murmuro, diciéndolo a la nada pero a la vez dirigiéndolo a alguien, a su nuevo compañero de cuatro patas que estaba sentado junto a él - Jamás se estaba quieto y jamás se callaba... había veces, antes de dormir, que él se ponía a hablar de tantas cosas... yo solo quería dormir así que me acercaba y lo callaba con un beso - "Me encantaba que me callaras de esa forma"


El día transcurrió de lo más tranquilo, después de estar un rato en el parque jugando se fueron por un helado a donde siempre iban mas en esta ocasión Frank no pudo pedir su helado favorito y tuvo que conformarse de la 'probada' que Matty, a escondidas de Gerard, le dio. Ahora era un perro y no era bueno para él comer dulces.


Ya en casa, mientras Matty y Frank jugaban el en patio trasero, Gerard continuaba con el trabajo pendiente de Frank, era bastante complicado eso de hacer cadenas y otras cosas raras con elementos químicos, no entendía mucho pero sabía hacerlo, solo lo hacía sistemáticamente pero bien, sin detenerse a analizar para que diablos servía. El timbre comenzó a sonar interrumpiéndolo, se levanto a ver quien era
- Hola Gee - se acercó a darle un beso en la mejilla, provocando un sonrojo en Gerard
- Estoy bien... estamos bien ¿y tu?
- Mejor ahora que te veo

~.~

Escuchaba claramente los latidos de su corazón, llevaba ya mucho tiempo corriendo tras de Matty y parecía que el pequeño aun no se cansaba; si fuera humano de seguro ya le hubiese dado un paro cardiaco por correr tanto, y mas aun al ser un fumador. Después de mucho correr comenzaron a jugar a las escondidas, Frank pensó que le sería muy fácil gracias a su desarrollado sentido del olfato. Unos minutos después supo que algo andaba mal, no podía encontrar a Matty y lo que antes eran muchos olores que le provocaban dolores de cabeza, ahora solo era el olor común del césped, nada más, no podía identificar otro olor.

"Algo debe andar mal conmigo... primero los colores y ahora esto" pensaba y seguía buscando a Matty entre los arbustos. Permaneció por unos segundos de pie, viendo a todos lados, cuando escucho una pequeña risa y un crujido de ramas "bueno, al menos mí oído aun sirve" Se acercó lentamente y cuando estuvo lo suficientemente cerca comenzó a ladrar, asustando al pequeño que al verse descubierto salió de su escondite y se arrojó encima de su mascota

A pesar de que ese no era exactamente su lugar, no podía dejar de sentirse bien, sin ninguna preocupación, después de todo ser perro no estaba mal, solo comía, dormía y jugaba con Matty, además de darle besos a Gerard, si no fuera porque no podía tener sexo con Gee todo estaría bien.

El sonido de un carro estacionándose lo distrajo, quedándose completamente quieto de repente
- Que pasa Punky!? - Matty pasó su mano en frente de los ojos de Punky - ¿Estas viendo algún fantasma?* - aunque quisiera no le podría responder por lo que trató de concentrarse en los pasos que escuchaba y después en el sonido del timbre. Fue a un costado del jardín donde pudo ver un carro plateado, Matty lo siguió de cerca
- Es el carro de ese señor - Frank volteó a ver a su pequeño, este se sentó junto a él abrazándolo y después acariciando su espalda - Ha venido varias veces a casa... no me cae bien... tiene algo extraño que me da miedo - le dijo acercándose más a él y abrazándolo más fuerte - Será mejor que no entremos... no lo quiero ver

La mirada de su hijo solo hizo que se molestara ¿un señor? ¿Quién podría ser? Y como no estaba dispuesto a quedarse con la duda se soltó de Matty para correr de vuelta a la casa, entrando y buscando a Gerard y al sujeto ese con la mirada, siendo seguido de cerca por Matty quien al verlo entrar no dudo en ir tras él. Al llegar a la cocina encontró a Gerard saliendo de esta con dos tazas en las manos, espero a que siguiera su camino y después fue tras él, directo a la sala.
Al principio lo único que veía era la espalda de Gerard sentada en el gran sofá, tuvo que dar la vuelta de su posición para ver con quien estaba SU Gee.

Todo el oxigeno de sus pulmones abandono rápidamente su cuerpo, dejándolo con una sensación de vacío y rabia recorriéndole. ¡Era McCracken! Estaba en SU casa hablando con SU Gerard. Los recuerdos vinieron a él, recuerdos donde ese sujeto le golpeaba, recuerdos donde ESE maldito le inyectaba varias sustancias de las cuales había estudiado y sabía que le podrían matar. Un recuerdo más vino a su mente, tan claro y esperado, era la respuesta que necesitaba
>> - ¡mierda! ¡Quédate quieto de una buena vez! - le decía al tiempo que le soltaba un bofetada, él simplemente movió la cabeza en negación. No se sentía nada bien, llevaba ya mucho tiempo en ese maldito agujero, no había comido la gran cosa y para colmo un maldito enfermo experimentaba con él. Su vida no podría ser peor ¡oh esperen! ¡Lo era! No había visto a su familia y ya nadie le buscaba, bueno, conservaba la esperanza de que su Gee y su pequeño no le hubiesen olvidado, solo eso le quedaba.

Sintió aquel liquido amarillento entrar en su brazo, ardía bastante pero no podía hacer nada para evitarlo, no tenía fuerzas, solo esperaba que ese liquido le matara.
- ¿Estas seguro de esto Bert? Solo míralo, esta muy pálido... no creo que deberíamos seguir
- Esta bien, no importa lo que le pase además esta es la última, mañana vendremos a ver que ha pasado. Si funciona mañana lo veremos más recuperado y si no... bueno, tendremos que ir a dejarlo bajo algún puente, apuesto a que su esposo estará feliz de ver su cuerpo de nuevo - le dejaron otra vez solo con la risa de McCracken todavía taladrando sus oídos, el muy hijo de puta.

De repente su corazón comenzó a latir muy rápido, queriendo salir de su pecho. Dejo caer su cabeza a un costado viendo que en las jaulas que antes tenían a varios perros ahora solo estaba uno, viéndolo fijamente. Si no hubiera aceptado en un principio a McCracken en el laboratorio, si lo hubiera despedido cuando descubrió que experimentaba con animales, si tan solo se hubiera quedado esa mañana con Gerard, ahora no estaría en esta situación. Moriría tal vez, sus sentidos estaban muy sensibles y podía escuchar la respiración del animal en la jaula y muchos olores que le provocaban un dolor de cabeza increíble. Un dolor en su pecho le hizo quejarse, se comenzó a remover con desesperación, el dolor era mucho. No sabía como pero con toda su fuerza había logrado liberar sus brazos, trato de ponerse de pie mas cayó al suelo sin oportunidad de meter las manos. Comenzó a retorcerse en el suelo de dolor, su respiración iba en aumento y su vista comenzaba a nublarse. Lo último de lo que fue consciente era de tratar de levantarse con ayuda de la silla, viendo con eso que su brazo derecho comenzaba a llenarse de pelo <<


- ¡oh Gee! ¡Tienes un perrito! - esa voz de nuevo, esa maldita voz que fue la causante de su desgracia.
Bert se levantó para acercarse a él. Pero fue más rápido. Sin que nadie se lo esperara se lanzó en contra de la persona más desagradable que en su vida había conocido, mordiendo con fuerza su brazo mientras este caía al suelo con él encima y se quejaba del dolor. Eso era lo que merecía, eso y mucho más por alejarlo de su familia
- ¡¡Punky no!! - gritaron a la vez Matty y Gerard

Amor En Cuatro Patas | FrerardDonde viven las historias. Descúbrelo ahora