10 La Reina del Sexto Grado "A"

8 0 0
                                    

El éxito que tuvo su negocio se extendió hasta el edificio donde vivían Richard y Carmen. Cada venta era redonda y ya no bastaba con hacer una olla de chocolate; a veces hacían hasta tres y no quedaba nada, además ganaban casi el doble de lo que invertían. Esto conllevó a un fuerte lazo de amistad entre los niños y sus padres, quienes estaban orgullosos de tener pequeños empresarios. Los vecinos no se conformaban con una jarrita o dos, ahora llevaban hasta cinco. Poco a poco fueron introduciendo venta de queques que la mismísima Dayana hacía en compañía de sus amigos incrementando sus ganancias. Richard pensaba que la niña tenía unas buenas dotes culinarias que Carmen debería aprender si alguna vez llega a ser mamá. Un viejito del sexto piso que vivía solo en el edificio de Dayana, bajó con las justas para poder comprar el chocolate caliente. Él era la única excepción en lo que a ventas se refería. Siempre le guardaban media jarrita extra al anciano y se lo llevaban con una buena porción de queque. El señor estaba agradecido por tan noble gesto y bendijo "a las dos mosqueteras y un mosquetero" por todo el favor que ellos tenían para con él.

Para finales de agosto, los niños tenían tanto dinero guardado que tuvieron el lujo de irse a Ica de paseo un fin de semana, corriendo ellos con todos los gastos. Fue una decisión unánime, pues no había otro lugar cerca como para ir y venir rápido. Alistaron maletas apenas salieron de clases llevando lo esencial y necesario junto a la señora Carmen y la señora Elizabeth. La señora Claudia no pudo viajar por motivos familiares, pero encargó a su hija a las chaperonas que viajaban. Llegaron a Ica casi a la puesta de sol y se hospedaron en una pensión. Descargaron el equipaje yendo las niñas con la señora Carmen a un cuarto y Richard con su mamá a otro. Cenaron sin creer que ellos estaban ahí sin Miss Olga rezongando por algún motivo; sin Los Matoncitos planeando maldades a diestra y siniestra y sin Las Niñas Bien pasando tan altivas como siempre. Dayana telefoneó a su casa para que sus padres no se preocuparan de nada. Llegaron bien y que el viaje en la empresa Ormeño fue bueno. Al día siguiente se divirtieron mucho al recorrer casi todos los lugares turísticos que tiene el departamento tales como las Islas de Paracas, donde se quedaron admirados de la "Catedral". Pasaron por debajo de la caverna sintiendo un poco de pánico y mucha admiración. Mientras estaban en el bote, vieron la cantidad de delfines que nadaban y saltaban saludándolos por su cortés visita. Llegaron a una isla y se fotografiaron al lado de lobos marinos, pingüinos y otras especies. Eso fue en la mañana porque en la tarde admiraron y contemplaron con la boca abierta las espectaculares Líneas de Nazca. El cielo estaba despejado y eso permitió que pudieran admirarlas en todo su esplendor. Los niños no paraban de tomarse fotos llegando a comprar cinco rollos fotográficos cada uno para tener de recuerdo. No podían creer que María Reiche hubiera barrido todo eso para conservarlas, sin duda un gran mérito en su vida. El guía los ilustró diciéndoles que parecía ser un gran calendario lunar aunque se barajaba la inverosímil idea de que fueran señales de algunas naves espaciales, es decir ovnis. Esa parte de la historia nunca había sido contada por Miss Zoila en sus clases. Richard pensó que había cometido un error al omitir ese detalle y que hubiera sido divertido debatirlo en clases. Al día siguiente, domingo, visitaron los viñedos y las madres compraron vino y pisco para celebrar en casa algún acontecimiento muy importante. Al mediodía almorzaron y a la una de la tarde alistaron todo para el regreso. Por el camino los niños compraron recuerditos tales como llaveros, miniaturas, pulseras y otras cosas que a Dayana le encantaba. Fueron a la agencia de Ormeño allá en Ica y subieron para ubicarse en sus asientos. Los niños prácticamente se sentaron juntos y comenzaron a planear que harían con los próximos doscientos soles que ganaran.

Los exámenes se adelantaron por motivo de la celebración del Festival de la Primavera. Los tres amigos se reunieron para estudiar matemáticas, pero al final el único que lo hizo fue Richard porque las niñas le dejaron ejercicios mientras ellas jugaban en el Súper Nintendo de Dayana. Richard las odió por eso, pero en el fondo sabía que era para que saque buenas notas. Como fue ese el primer examen, Richard estudió hasta las once de la noche. Al día siguiente fue uno de los últimos en salir como siempre. Luego vino el examen de Lenguaje y con ese no tuvo problemas, fue el primero en salir y Miss Zoila corrigió al toque la prueba dándole un merecido veinte. Sus amigas obtuvieron dieciocho y el resto no pudo alcanzar el más alto calificativo. Luego vinieron los exámenes de Inglés, Educación Religiosa y Educación Cívica, uno por día. Pan comido para el trío y el salón en general. Luego vino el de Historia y posteriormente el de Geografía. Nunca habían tenido un examen tan fácil, pues en la hoja había impreso un mapa del Perú en el cual tenían que nombrar los departamentos de nuestro país con sus capitales, señalar el Lago Titicaca junto a los principales ríos y montañas. Estaba papa. Terminaron con los exámenes de Arte, que por los noventas se fusionaba con Formación Laboral, es decir manualidades, y Educación Física.

Para la entrega de libretas, todas las madres se agolparon a Miss Olga y Miss Zoila, para sacar pecho o paltearse por cómo iban sus hijos en las clases. Richard había sacado muy buenas notas en todo menos en matemáticas, donde obtuvo un pálido catorce. Carmen y Dayana ahora compartían el primer puesto en el sexto "A". Su puntaje era mayor en todo menos en Lenguaje en el que tuvieron dieciocho frente al envidiable veinte de Richard. Miss Olga advirtió en la reunión de Padres—mejor dicho madres porque los papás nunca van— de Familia que los niños irían con el buzo del colegio pues se dedicarían a hacer labores en el jardín del colegio, limpieza y ambientación de aulas y gincanas durante la siguiente semana a excepción del día veintitrés en donde irían vestidos de forma casual o informal para el Festival de la Primavera, donde coronarían a La Reina, escogida por los niños del sexto grado. Los padres­— o madres— estuvieron de acuerdo.

El lunes a primera hora Miss Olga estaba de buen humor, pues nunca Richard la había visto de esa forma. Luego de media hora de charlas sobre lo bien que estaban comportándose y sobre las buenas notas que tenían sus discípulos, comenzaron a proponer a la candidata del sexto "A". Las Niñas Bien tenían a su candidata de siempre: Gianina DiMando, ella había sido la reina del salón desde el primer grado quien, al parecer, no tenía competencia alguna. Siempre le ganaba a Francia, la gemela de Frank, sin embargo David Gutiérrez soltó el nombre de...

—Dayana, Miss Olga—dijo con una sonrisa malévola—, yo propongo a ella.

—Está bien—aceptó la profesora mientras escribía su nombre en la pizarra.

Dayana recién pudo reaccionar luego de cinco minutos. Ella levantó la mano para opinar pues no se sentía a gusto con ser propuesta.

— ¿Sí?— preguntó la profesora viéndola con los ojos entrecerrados.

—Quisiera decirle que por favor me quite de la lista, no me gustan esas cosas. Son para... otras niñas, menos para mí.

Estaba a punto de decir "tontas", pero se contuvo.

—Déjame decirte que eres solamente candidata, así que participa, no pierdes ni ganas nada con hacerlo.

Antes que pudiera objetar nuevamente comenzó la votación. Las Niñas Bien votaron por su amiga al igual que Kathy Sandoval. Pero lo que no contó fue que Los Matoncitos la eligieron, Frank y Francia, también al igual que Daniel, Alejandro y Juan Pastor. Carmen y Richard cedieron sus votos a la gemela porque sabían muy bien que esta vez Dayana no quería su apoyo.

—Por mayoría—dijo Miss Olga de manera enérgica—, Dayana es nuestra Reina—la niña estaba aterrada con semejante idea—. Ahora elegiremos al Paje ¿algún candidato?

—Sí— dijo Susana presurosa—, Antonio Apazi.

— ¿Alguna otra?

—Yo escojo a Richard— chilló la niña parándose intempestivamente de su asiento—, sino no soy Reina.

Miss Olga le quedó mirando horrorizada por semejante idea. ¿Richard? ¿Un Paje? El niño le miró pidiéndole alguna explicación a su reacción.

—Por favor, Dayana, esto también debería ser una votación así como tu elección—le recriminó.

—No, Miss, sabe yo no aguanto a nadie de ese grupo de malandros, así que quisiera que me acompañe alguien que más que un amigo, ha llegado a ser un hermano para mí, sin dejar de lado a Carmen, mi hermanita gemela— ella giró y le sonrió a los niños. Ellos le retribuyeron sus hermosas palabras con otra sonrisa.

Los Matoncitos la miraron con odio al igual que Miss Olga, quien en sus diez años como profesora ninguna mocosa insolente le había hablado de esa manera. Las Niñas Bien murmuraban escandalizadas por lo que había dicho la malcriada ésa. Incluso a Mireia Gutiérrez se le escuchó decir "¡qué se habrá creído!". Miss Olga no tuvo más remedio que aceptar con cólera el capricho de su alumna. Esta vez los representantes eran otros y no los habituales de todos los años. La italiana y el cholo apitucado se quedaron con los crespos hechos. Parecía ser que la elección de Dayana era un truco, pero como dicen "el que ríe al último, ríe mejor". Y la niña río hasta más no poder.

Al salir al recreo, Richard y Carmen abrazaron fuertemente a Dayana por todo lo que les había dicho. No sabían cómo agradecerle tan emotivas palabras llenas de amistad sincera y fraternidad. Lo único que gritaron fue "¡Uno para todos y todos para uno!"

^dt՗]

Dos Pasos SeguidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora