16 La Revancha de Los Matoncitos

5 0 0
                                    

El Baile de Promoción estaba previsto para las siete de la noche. Los niños se quitaron el atuendo de graduación y todos quedaron bien vestiditos para pasar la última noche juntos. Los tres amigos se sentaron juntos mientras veían cómo entraba un gigantesco equipo de sonido. Poco a poco se fue instalando los enormes parlantes deleitando a los niños con la música de moda. Habían surgido nuevas canciones como "El Gallinero" de Ramírez, "El Baile del Perrito", de Wilfrido Vargas, además de nuevas canciones de Ace of Base. También entraron hombres y mujeres con enormes mesas, ollas, copas y demás cosas para el buffet. Todo esto se colocó a un lado del estrado para ser maravillado por los padres. Los bocaditos pedían a gritos que sean devorados cuanto antes, pero todos sabían que debían esperar un rato más... claro, no les habían sacado tanta plata por las puras. Una torta de tres pisos con muñequitos de graduados de cerámica la adornaban. A los niños le comenzaban a picar los pies de querer empezar a bailar, pero sabían que tenían que esperar a Los Padrinos de la Promoción. El Comité había elegido a una Congresista de la República del partido de gobierno junto a su esposo. Se esperaba su llegada en cualquier momento. Los padres se ubicaban en diferentes mesas adornadas con manteles azules y blancos. Cada una de ellas tenía el nombre de la familia para que se ubiquen y no haya caos a la hora de la cena, dejando un espacio considerable para que los niños disfruten del baile. Felizmente los amigos estaban literalmente cerca así que podían pasarse la voz o saludarse de lejos cuantas veces ellos quisieran. Los Matoncitos se sentaron dispersos al igual que Las Niñas Bien.

Ya eran más de las siete de la noche y nada pasaba. La presidenta del Comité salió a hacer una llamada de urgencia para saber a qué hora estarían llegando Los Padrinos. Luego de una hora de impuntualidad el maestro de ceremonias aclaró su voz dando por iniciado la fiesta de promoción. La Congresista pasó lentamente al lado de su esposo resguardada por sus agentes de seguridad, quienes eran altos, fornidos; vistiendo traje y corbata. Saludó a los padres asistentes de lejos con la mano. Muchos de ellos empezaron a tomar fotos sin parar. Ella se dirigió al estrado para pronunciar un discurso sobre que la niñez es la base para construir un futuro mejor. Que los felicitaba y esperaba que del colegio Niño Jesús de Praga salga algún ministro, congresista o, tal vez, el próximo Presidente de la República. La Congresista había traído unas cadenitas de plata con la inicial de cada niño para entregárselas. Como en la tarde, fueron desfilando uno por uno para recibir tan digno regalo, los flashes se dispararon a diestra y siniestra, pues no podían desaprovechar una oportunidad como esa de tomarse foto con tan magna persona. Los amigos también fueron fotografiados pero sus padres no tenían ese mismo entusiasmo que los demás. Una vez terminado, se dio un pequeño brindis con champagne para los adultos y jugo de fresa para los menores. Finalmente se despidió de los asistentes siendo asediada por los padres y resguardada por sus guardaespaldas.

El maestro de ceremonia empezó a invitar a los niños a bailar en este último día en que estarían reunidos. Algunos esperaron hasta la tercera pieza para comenzar a vacilarse. Antonio Apazi sacó a bailar a Susana Miyaki, mientras David Gutiérrez a su prima Mireia, de esa manera poco a poco iban entrando en onda. Richard, Carmen y Dayana bailaban entre sí cuando se apareció Néstor a querer bailar con ésta última. Ella aceptó una, dos, tres piezas seguidas. Parecía estar contenta de bailar con Néstor. Para la siguiente, ella creyó que era suficiente así que volvió a seguir divirtiéndose con sus amigos. Todo era una algarabía total, la música techno sonaba sin parar, luego se mezclaba con otros géneros. Finalmente sonó El Meneito, donde las niñas formaron dos filas bailando de un lado a otro, montando una coreografía improvisada. Dayana también le entró al ruedo quien, junto a Carmen, eran las que mejor bailaban. Los niños a un lado aplaudiendo. La canción terminó y todos volvieron a su sitio. Los padres se acercaban a sus hijos para secarles el sudor u ofrecerles una Coca Cola para que aplaquen la sed. Hubo un momento de pausa, pues se daría la cena a todos los presentes.

Dos Pasos SeguidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora