Evil

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Recuerdo la forma en la que tus dedos trazaron mis venas azules... 


Era otra de esas noches frías en las que el viento se te mete hasta en los huesos, lloviznaba levemente afuera y el olor a tierra mojada inundaba sus fosas nasales. Olor a tierra mojada y algo más.

Cautivar, Seducir, engañar, morder, succionar y drenar... Era todo un experto en el proceso. Solo bastaba con una mirada y una sonrisa prometedora para reclamar a su presa en medio de latidos acelerados.

- Ven por lo que quieres. – Susurró con voz ronca, invitándolo a acercarse.

Los enormes ojos café del muchacho lo turbaban. Kim Jonghyun no tenía idea de porque esos ojos lo miraban con tanta confianza, como si le conociese desde siempre, acaso ¿No le temía?

Se acercó hasta él, reparando en sus facciones, la piel de porcelana enmarcada por ese cabello negro empapado por la lluvia, su respiración acompasada, el ligero temblor de su cuerpo a causa del frío, esos abultados labios rojizos.

Sonrió con descaro antes de tomarlo del cuello, estampándolo contra la pared de un callejón sin salida.

Dolor.

Era todo lo que podía transmitir el agarre de las fuertes manos que se presionaban contra su pecho, Kim casi podía jurar que sentía el calor de las venas azules del alto al trazarlas con sus dedos fríos, podía darse cuenta de cómo se estremecía cada vez que intentaba introducir aire en sus pulmones. Acarició con su lengua el hilo de sangre que brotaba de los dos pequeños agujeros que había abierto sobre la carne tierna del pálido cuello del muchacho antes de volver a morderle justo allí, donde la sangre circulaba con mayor intensidad.

Sus ojos volvían a teñirse de rojo, un rojo punzante que se acentuaba con cada segundo que transcurría. Se acercaba el momento pero no podía parar, no cuando sentía saciar la sed que quemaba su garganta, no cuando saboreaba extasiado el exquisito sabor metálico que llenaba su boca, no cuando su parte bestial tomaba todo su auto control, Minho era delicioso y él lo quería todo.

- Llevaba mucho tiempo esperándote. – Jadeó casi sin aliento.

Y como si sus palabras hubieran sido una especie de resorte, Jonghyun rebotó alejándose confundido, yendo en contra de sus instintos, en contra de lo que reclamaba todo su ser. Sin embargo, el chico se lo impidió.

Minho rodeó su cuello con sus largos brazos, enredando sus dedos entre su pelo, era excitante escucharle gemir contra su agudo oído, instándolo a penetrarlo más profundo.

Consolándolo. Como si él fuera la víctima y no el asesino.

Había matado a mucha gente antes, había succionado gota a gota la existencia de todas sus víctimas pero nunca había sentido nada semejante. Esperaba el rechazo, la repulsión y el miedo que nunca se manifestó. No tenía el derecho de reclamarlo como suyo, no tenía el derecho de absorberle la vida como estaba haciéndolo, no tenía el derecho porque Choi era un ángel y Kim era un monstruo. Un monstruo de la cabeza a los pies.

Lloviznaba levemente afuera... Y sus labios dulces borraron todo rastro de culpa hasta el último aliento.

The Words With You ¦ Jongho ¦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora