Minho no ama a Jonghyun, no tiene por qué hacerlo...
No está loco por él, en lo absoluto...
No quiere besar sus labios y suplicar susurrando su nombre para que lo perdone...
Lo único que podía verle eran los rastros de ese chupón morado en el cuello. Jonghyun estaba sentado de espaldas justo frente a él en la sala de castigos, luego de que el mismo director del instituto los hubiese separado de su batalla campal a media mañana.
Aquello era insano, después de todo lo que había pasado Kim todavía le hacía tener pensamientos impropios, quería levantarlo con fuerza de esa silla y pegarlo contra el escritorio, juntar sus seres y tal vez cuando hubiera algo de fricción aproximaría sus labios para llenarle todo el cuerpo de marcas. Quería besarle desenfrenadamente y pedirle perdón por haberle golpeado, quería verse reflejado en esos ojos marrones, quería verle sonreír y volver a besarlo un poco más, quería... Quería tantas cosas que había arruinado con una palabra.
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"Olvídalo, no recuerdo nada"
Sonrió con esa expresión enferma de suficiencia que le hacía sentir ganador. Después de pronunciar aquella frase trillada proseguiría a pretender que no le importaba, pero cuando vio los ojos de Kim oscurecerse y caminar en sentido contrario sin siquiera responder, supo que era inútil mentirse a sí mismo cuando todos sus pensamientos estaban llenos del sabor de los labios del mayor sobre los suyos, del calor de sus manos cuando se deslizaban por su cintura, del profundo sonido de su voz pronunciando su nombre. Kim colmaba cada rincón de su mente sin dejar espacio para nada más.
"¿Qué demonios haces cuando lo único que verdaderamente te hace sentir bien, está mal?"
No debería preocuparse por ese ser de metro setenta y tres. Ese enano maricón que le había estado haciendo la vida cuadritos. Debería estarle odiando en lugar de querer pegársele atrás en toda connotación posible.
"Mierda, mierda, ¡Mierda!" Exclamó frustrado hundiendo su puño en la puerta metálica de un casillero contiguo.
El desgraciado con cara de perro lo tenía descolocado. Esa pequeña opresión que sentía en el pecho hablaba por si sola.
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Durante el almuerzo la mano todavía le palpitaba y estaba de un pésimo humor, masticaba cada bocado con una energía impresionante y arrancaba cada trozo de pan como si no hubiese comido en siglos.
"Habrá otra fiesta el sábado en casa de Yuri" Taemin había comentado casual alzando las cejas en su dirección, por alguna razón el chico creía que Yuri y él tenían algo más que una simple amistad y en parte era cierto, Minho no podía negar había dejado unas cuantas marcas en el cuerpo de la porrista que habían sido difíciles de esconder debajo del diminuto uniforme que usaba la chica durante los partidos de fútbol. Pero eso era cosa del pasado, justo ahora había otro cuerpo que quería marcar como suyo y solamente suyo.
"Allí estaremos." Una sonrisa se abrió paso en su rostro antes de que siquiera pudiese detenerla y el resto del almuerzo en la cafetería transcurrió en una bruma de emociones que Choi apenas podía contener mientras se preguntaba si Jonghyun asistirá también. Solo era curiosidad porque silenciosamente no estaba anticipando encontrarse con él de nuevo, para nada. Pero definitivamente se sentía así...
Choi Minho es un maldito bipolar.
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El ansiado sábado en la noche por fin llegó y Minho realmente sintió que moriría contando las horas durante toda la semana. Típico, cuando esperas por algo con tanto fervor la vida se encarga de darte una dosis de impaciencia brutal.
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The Words With You ¦ Jongho ¦
FanfictionPorque detrás de cada canción se oculta una historia ~