Kiss yo

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No sabes el desorden de emociones que me provocan tus labios.

– ¡Ahhggg ya deja de sacar tantos libros! – se quejó Jonghyun sosteniendo los pesados textos que tapaban su rostro irritado.

– Podrías hacer silencio, creo que la Sra. Lee nos lanzara una enciclopedia por la cabeza la próxima vez que grites. Estamos en la biblioteca hyung.–

– ¡Ya lo sé cara de rana! –

– ¡SHHHHHH! – La mujer de edad les reprendió señalándolos con el índice desde el mostrador. El menor se disculpó avergonzado golpeando con el codo al otro chico para que hiciera lo mismo y poder salir corriendo hacia la mesa más distante del salón, lejos de la mirada acusatoria de la anciana.

– Gracias por arrastrarme hasta aquí y hacer mi vida más miserable Choi.– Comentó venenoso, sobándose el brazo desde el otro lado de la mesa. El moreno le asomó una mirada asesina por encima de las hojas del problemarío de matemáticas.

– No fue precisamente mi idea la de fugarnos de clases.–

– Es tu culpa por apoyar mis ideas. Yo solo soy un pensador libre.–

Jonghyun se encogió de hombros y el menor rodó los ojos resignado, acercando la pila de libros frente a él, habían faltado a clases durante toda la semana, justo antes de los exámenes finales. Minho aún no comprendía como se había dejado engatusar por Jonghyun. Quizás habría sido por esos pucheros retorcidos o la nariz arrugada o tal vez por esos los ojos de cachorro abandonado. Aunque el menor se inclinaba más hacia la frase "Mi casa está completamente sola en las mañanas" acompañada de esa sugestiva mirada, mientras continuaba con un "Podemos hacer lo que nos plazca Minhoque no hacía más que conjugar pensamientos impuros que pintaban al mayor por todos lados.

De cualquier forma allí estaban, viviendo el suplicio de no tener ningún apunte decente para estudiar, todo por culpa de su novio caliente y la inexistente fuerza de voluntad que tenía cuando el hálito húmedo de Jonghyun chocaba contra la concha de su oreja.

– Deja de mirarme así. – Advirtió Choi borrando por trillonésima vez el resultado erróneo del primer problema. ¡Jodidas matemáticas!, para que le servirían en la vida si de todas formas planeaba estudiar medicina.

– ¿Así cómo? – Inquirió Jonghyun desentendido.

– Ya sabes, como si quisieras comerme o algo. –

– Quiero comerte entero.– soltó sin la mínima vergüenza

– Hyung.– Regaño Choi intentando parecer ofendido.

– Minho.–

– Hyung... –

– ¿Qué? Es cierto. – Y lo era, Minho lo sabía y precisamente esa sinceridad era la cualidad que más admiraba de su novio, aunque esta vez la mayor virtud de Jonghyun no le estaba ayudando en lo absoluto.

– Solo... concéntrate ¿Quieres? –

– Lo haré si me das un beso. – Sonrió ladino inclinándose hacia adelante esperando su recompensa.

– ¡Hyung! La gente está mirándonos.–

– Si claro Minho – Bufo – La biblioteca está repleta un viernes por la tarde – Continuó, dejándose caer pesadamente contra la silla. – Alguna vez has oído hablar sobre la vida social. Sabes, la mayoría de las personas disfrutan plenamente de ella, en especial los viernes.–

– Quieres dejar de decir estupideces y prestarle atención a tus deberes.

– No quiero estudiar.

– Pues no tendrás vida social si no te aplicas y resuelves el bendito problemarío de matemáticas.

– ¡Aish! Te odio Minho –

– Concéntrate hyung, concéntrate. –

– Bien, bien. – Exclamó con molestia tomando los textos para comenzar con su tortura.

Las horas pasaban y se sentían eternas, era casi como un castigo del que Choi se sentía completamente merecedor, sin embargo no por esto dejaba de ser tedioso. Se estiró con pereza después de terminar la primera unidad que evaluarían en el parcial.

Todo estaba tan silencioso alrededor. Miró al frente y pensó que Jonghyun era bastante inteligente, captaba las cosas con una rapidez impresionante cuando se lo proponía. Parecía muy concentrado tecleando números sin cesar en la calculadora, anotando y corrigiendo, sonriendo amplio y victorioso cuando al parecer acertaba en las respuestas, dejaba recordatorios con esa ilegible letra suya al borde de las hojas de su libreta. Era un idiota, uno bastante adorable. 

Le llamó casi en un susurro recibiendo solo un "mmm" desinteresado como respuesta. Tal vez no debía distraerlo, quizás si tan solo continuaba mirándolo en silencio el mayor no lo notaria. No había nada malo en verlo y ponerse a pensar en cómo se sentiría respirar contra esos labios carnosos sin importar nada más, tal y como lo habían hecho tantas veces bajo el solitario techo de la casa del mayor. Pero ¿Qué tal si Kim lo descubría? Al igual que él mismo lo había descubierto días atrás, tenían esa manía secreta... pensó... Si Jonghyun se diera cuenta, entonces lo miraría de vuelta de una forma muy específica e indiscreta. Se acercaría y haría algo: sonreír de lado con suficiencia, rozar su mano suavemente contra la suya o quizás pronunciar su nombre como una suave canción. Y todo estaría mal.

1... 2... ¿3 Minutos?

Minho sabe que debería dejar de verlo en cualquier momento, pero ¿De verdad era esa su elección?

Ni en un millón de años querría dejar de mirarlo. Sus ojos recorrían el cuerpo del rubio; las finas líneas que demarcaban su rostro, la respiración acompasada, sus músculos que apenas podían notarse sobre su suéter gris, pero era ese lunar oscuro que dormía sobre el inicio su pecho justo entre sus clavículas lo que mantenía su mente ocupada.

Maldito Kim Jonghyun.

– Hyung. –Dejó escapar en un jadeo más audible ganándose toda la atención del mayor quien abrió grande los ojos cuando los acolchados labios de Choi chocaron violentamente contra los suyos.

Estaban besándose en "publico" y a pesar de que Jonghyun quería estampar al menor sobre el escritorio y encaramarse sobre el cuerpo largo, decidió que morderle traviesamente el labio inferior frente a los ojos escandalizados de la señora Lee era un buen comienzo después de todo.

– Concéntrate Minho, concéntrate. – sonrió contento al separarse del alto humedeciéndose los labios.

Minho no pudo distinguir quien fue el primero que entrelazo sus dedos, tomándose de las manos, casi acariciándolas sobre la mesa. Sabía muy bien que Jonghyun tampoco tenía idea, porque estaba todavía tan perdido en ese beso como él.

The Words With You ¦ Jongho ¦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora