Forever or Never

253 34 2
                                    

Era un arranca corazones, aunque el mío ya no palpitase. Con él si lo hacía fuerte, muy fuerte.

El dolor era intenso, como si la hoja afilada de un cuchillo que había sido puesto al fuego le rasgara las venas y todos sus órganos internos, esparciendo cada fluido vital dentro de su cuerpo inerte, volviéndolos corrosivos.

Quemaba...

Había saltado literalmente a los brazos del suicidio, sucumbiendo sobre los tersos labios de la muerte y aún con el sabor metálico de la sangre de su asesino grabada en el cerebro, desde su infierno personal luchaba por aferrarse a ese momento.

¿Para siempre o nunca? Quería llorar, pero sabía muy bien que sería inútil hacerlo, porque aquello no aliviaría ni una décima parte lo que le sucedía a su cuerpo. El dolor era intoxicante  y el nunca era cada segundo más tentador.

La vida de Choi Minho había transcurrido entre banalidades, jamás había experimentado la libertad que Jonghyun le brindó en una noche llena de tragos y desinhibiciones sexuales.

Le había conocido en el bar que frecuentaba cada viernes por la noche, cuando después de su agobiante trabajo buscaba un poco de liberación, sin saber que su vida terminaría aquella noche en un callejón sin salida.

El viento arrancaba las hojas del árbol fuera del ventanal demostrando que el tiempo seguía corriendo igual aunque Choi no se percatara más de las horas, minutos y segundos mientras agonizaba internamente sobre las sábanas blancas de una fría habitación.

Otra convulsión, sentía como su cuerpo saltaba empapado de sudor helado y un grito desgarrador que provenía de su garganta le tenso los nervios. Su cerebro nadando en profundas olas de dolor... Ahogándose.

Y de pronto todo se apagó. La palidez externa que tenía el cuerpo del alto desaparecía poco a poco para dar paso a una blancura distinta y su pecho pronto comenzó a subir y bajar de manera acompasada. Despertó tumbado en la cama, observó el techo blanco sobre él y la lujosa lámpara de cristal que colgaba de este, las paredes de color beige, el sofá negro. Percibía todo con mayor nitidez, sensaciones, colores, sonidos, olores.... Minho era capaz de ver cada detalle en él, contarle cada pestaña si así lo quisiese, distinguir cada matiz de sus ojos escarlata y pese a la distancia que los separaba, poder oler ese aroma tan extraño que lo envolvía, esa fragancia que despertaba en él un ansia incontrolable por huir y a la vez una atracción irresistible.

- Bienvenido - Su voz hizo que un escalofrío le recorriera la espalda.

Kim Jonghyun estaba sentado en un sillón de cuero, vestido con un elegante traje negro que contrastaba con el blanco inmaculado de su camisa, y aún más con el de su cabello. A su alrededor todo era oscuridad, en su mente todo era confusión. Sin embargo a él podía verlo con extrema claridad.

- ¿Porque...? - Preguntó desorientado. Siguiéndolo con los ojos, esperando a que sus abultados labios se separasen para formar alguna oración que lo sacara del desconcierto, quería escucharle hablar de nuevo, quería estremecerse como lo hizo anteriormente cuando la sola palabra de Kim dio saltos en la bruma de su cabeza, empañándole los sentidos.

- Porque fuiste el único que no tuvo miedo.-

Minho estaba demasiado distraído por la poca distancia que ahora los separaba y por la sensación de su voz, para comprender el significado de lo que Kim estaba diciendo.

- No lo entiendo, yo debería estar muerto. Yo...- Minho se sintió completamente perforado por esa mirada oscura que se bebía sediento el metro ochenta y uno de su cuerpo.

- Tú eres mío ahora. – Sentenció en una respiración cortada hundiéndose sobre el mullido colchón.

Choi se quedó inmóvil. El peli plateado lo sujeto de la barbilla mirándolo a los ojos, buscando algo. Y cuando halló dentro de ese chocolate liquido lo que lo había impulsado la noche anterior a darle una oportunidad al chico, sonrió acercando su rostro, amortiguando cualquier reclamo con sus labios, su lengua deslizándose fácilmente en la boca abierta de Choi, saboreando cada rincón del neófito.

Místico, cínico, oscuro, intenso, sexual... La habitación se llenó con el aroma a tierra húmeda.

Lloviznaba levemente afuera y mientras los labios de Jonghyun devoraban hambrientos los suspiros muertos de Minho solo existía un para siempre.



(Continuación de 'Evil')

The Words With You ¦ Jongho ¦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora