1. Malteada de vainilla.

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ACLARACIÓN IMPORTANTE: Cuando use * (solo uno) relataré acerca de Harry, cuando use ** (dos asteriscos) relataré acerca de Agi. Sé que parece confuso, pero estoy segura que lo entenderán rápido. A continuación relataré de Agatha. PD: Solo hay un punto de vista;el narrador.

**

Otra noche fantástica. Agradeció sonriente y bajó del pequeño escenario, aún escuchando los aplausos y silbidos del público.

El Bar estaba más lleno esa noche y era gracias a ella.

- Eso estuvo increíble. - le alagó Walter.

- ¿Bromeas? Se me cayó la nota en la última estrofa. - dramatizó lamentándose.

A Agi le gustaba que las cosas le salieran siempre bien. Una chica perfeccionista, que no aceptaba que era perfeccionista.

Walter sonrió y negó con la cabeza mientras limpiaba una de las copas.

- Por favor, nadie se dio cuenta.

- Pero yo sí. - se acomodó en un asiento libre frente a la barra. Wal dejó la copa en la barra y se recargó en ésta.

- ¿De vainilla? - preguntó con una ceja alzada.

- Me conoces bien. - dijo ella guiñando el ojo.

Agi amaba con locura las malteadas que preparaba Walter, eran su mayor adicción, había algo en ellas que las hacía especiales y completamente únicas.

El chico se alejó un poco para preparar la tan deliciosa malteada y mientras tanto, Agi revisó su teléfono con la esperanza de encontrar una llamada perdida de su novio, o algún mensaje con una explicación. Una grata decepción se llevó al no ver notificaciones de Zachary. Con un suspiro, dejó el teléfono sobre la barra y un puchero se dibujó en sus labios.

- Te dijo que iba a venir y no llegó ¿Cierto?- dijo Walter poniendo una mueca. Le molestaba de sobremanera que Zach dejara a Agi plantada.

Ya era costumbre que Zachary le dijese a Agi que iría a verla cuando ni siquiera se dignaba a mandar un mensaje con al menos una excusa de su ausencia.

- Sí. - susurró y suspiró con decepción.

Últimamente estaba muy distanciado. Agatha lo notaba distraído, distinto a como era antes.

Wal le acercó la malteada a la chica y ésta, gustosa la aceptó tomando un trago. El sabor de la vainilla inundó sus pupilas gustativas y se relajó en ese preciso instante, la vainilla siempre la relajaba, así como el olor, quizá era esa la razón del por qué su habitación tenía velas aromáticas de vainilla por todos los rincones.

- ¿Qué tal te está yendo en la Universidad?- preguntó Wal, ya que prefería no sacar el tema de Zach.

Agi hizo una mueca extraña y después sonrió ladeando la cabeza.

- De maravilla. Psicología no es tan difícil como creía. - se encogió de hombros y volvió a beber de la malteada.

- Sigo sin entender cómo es que elegiste Psicología Criminal. - Wal achinó los ojos. - Pareces tan tierna, el tipo de chica que elegiría cocina, repostería, veterinaria, ¿Yo qué sé? Algo más dulce.

- Sabes que estuve también en boxeo ¿Verdad? - le advirtió y señaló graciosa.

Walter soltó una carcajada y se retiró unos minutos para atender a un cliente.

Aprovechando el tiempo de silencio, dentro de lo que cabía ya que el ruido de la gente que llenaba el lugar era un poco molesto, se quedó pensando en el cómo Zach había estado las últimas semanas. Estaba diferente, se le notaba. ¿Habría hecho ella algo mal? ¿Estaba molesto? ¿Tendría problemas familiares que no le contó? Se torturaba pensando que quizá ella era la culpable de su comportamiento. Tendría que hablar con él para aclarar las cosas. Ya sería después.

Perfecta Armonía. (H.S.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora