8. Hamburguesas.

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— ¿Cómo sabe mi nombre?— preguntó Agi, tratando de no sonar grosera.

La mujer le sonrió, a pesar de haberla visto ya antes, Agi no la reconocía puesto que ahora estaba un poco más oscuro. 

— Oh, mi hijo me habló mucho de ti. Esta mañana incluso estaba emocionado por verte.— le contó. Agi sonrió. — Incluso llegó aquí temprano.— dijo con una pequeña risa. 

Agatha rió con ella, ya sabía quién era, la mamá de Harry. Era la mujer con la que lo había visto cuando ella llegó.

— ¡Mamá! Agi.— Harry llegó apresurado, abriéndose paso entre las personas para acercarse a ellas. — Veo que ya se conocieron.— dijo con un tono extraño mirando a su madre, cuando finalmente llegó y se quedó junto a Agi.

— Sí, tu mamá me estaba diciendo que estabas muy emocionado esta mañana.— le dijo con una pequeña sonrisa.

Harry sintió que su boca se secaba y su cuerpo fue golpeado por un frío. 

— ¿A-ah sí? — tartamudeó, pasándose la lengua por los labios que se le habían resecado. —Que maravilloso que se conozcan pero se hace tarde y debemos irnos.— dijo de forma apresurada, debía alejarlas la una de la otra, o su mamá terminaría por contarle información de más. 

— ¿Tan pronto? Pero si apenas y cruzamos palabra.—  dijo Anne con un tono decepcionado. 

— Seguro tendrán tiempo para platicar después.— dijo deseando que no fuera realmente así. —  Ahora debemos irnos o no habrá lugares.— esta vez se dirigió a Agi. 

Esta coincidió con él. 

— Fue un placer conocerla, pero Harry tiene razón, si no nos apuramos no encontraremos mesas disponibles.— se disculpó con Ann mientras le tendía la mano para despedirse amistosamente de ella. 

— ¿A dónde irán?— preguntó curiosa. 

Harry cerró los ojos y suspiró. Notó la mirada pícara de su madre viajando de él, a Agi, y esa sonrisa que conocía muy bien. Debían correr.

— Solo comeremos hamburguesas. Se nos hace tarde mamá, adiós, te amo.— se despidió rápido sin darle tiempo a Anne de decir algo más y atrajo a Agi consigo, ella se despidió con un movimiento rápido de mano. 

Harry estaba conciente que cuando llegara a casa, su madre le bombardearía con preguntas de todo tipo relacionadas a Agi y esa ida a comer hamburguesas. Trató de olvidarse de eso y por ese momento, simplemente iba disfrutar plenamente la presencia de Agi. Se decidieron a tomar un taxi para llegar más rápido, el cual Agi insistió, y consiguió pagar. Ya que Harry le pagaría la cena, ella podía pagar el taxi. Con el entrecejo fruncido y fingiendo molestia, Harry la empujó un poco con la cadera. Agi rió y le empujó también. Harry terminó riendo y ambos se adentraron al lugar. Por fortuna para ellos, una mesa acababa de desocuparse y afuera no había fila. Inmediatamente se sentaron y un mesero se acercó a limpiar la desordenada mesa y pedirles sus órdenes. 

— Yo quiero lo de siempre.— Harry sonrió. 

Ser cliente frecuente tenía sus ventajas, como que al solo verte, ya sabían que ibas a pedir. 

— Una cheeseburger y un agua mineral, por favor.— pidió Agi. 

El chico sonrió y asintió para después retirarse. El ruido de la gente estaba presente, así como el de cubiertos y el olor exquisito, llenaba el aire, llegando directo a tu estómago que te pedía probar una de esas deliciosas hamburguesas pronto. Agatha miró alrededor. El piso de madera estaba perfectamente limpio, las paredes de madera tenían pegaduras, cosas escritas de personas que asistían allí. Del lado derecho a donde ellos estaban sentados, había posters de bandas tales como Ramones, y hasta de películas como Iron Man. Algunos cuadros de celebridades yacían colgando, con un autógrafo de la persona retratada. Agi observó las diferentes personalidades que habían pasado por allí.

Perfecta Armonía. (H.S.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora