20. Rosas.

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Eran cerca de las 2 de la madrugada, Harry y Agatha salieron riendo de la fiesta, desde fuera, se podía escuchar el escándalo que había dentro. Él se había ofrecido a llevarla hasta su casa, ya que era de madrugada y no era seguro que Agi anduviese por la calle sola a esas horas de la noche. Además quería pasar un momento a solas con ella.

- ¿Le llamaste a tu tío?- preguntó Harry, sabía que se podía preocupar.

Estaba consciente que Agi estaba molesta con él, pero eso no significaba desaparecer de pronto dejándolo con el pendiente. Ella asintió.

- Le envié un mensaje, le dije que llegaría tarde, solamente.- se encogió de hombros. De todas formas, Max llegaba a casa pasadas de las 3 de la madrugada.

- Es triste que ya no estés cantando en el bar.- dice Harry, luego de unos minutos en silencio. - Fue allí donde te conocí, estabas cantando Starlight.- recuerda con una sonrisa melancólica.

- Lo dices como si hubiese sido hace décadas.- ella se burló, empujándolo divertida con su hombro. Harry se rió y la empujó con cuidado de vuelta. - ¿Te pones sentimental cuando bebes?

- ¡No bebí tanto!- se defiende y Agatha suelta una carcajada irónica. - Si hubiese bebido y ahora estuviera borracho, probablemente ya hubiera intentado besarte.- dijo con gracia pero al darse cuenta de sus propias palabras se quedó cayado en seco, al igual que Agi.

¿Escuchó bien? Pasó saliva incómodamente, y juntó sus manos frente a ella, mirando al suelo distraída. Sintió como Harry se aclaró la garganta, en el mismo ambiente incómodo que se había creado. Levantó la mirada para ver como él lucía tan avergonzado como ella.

Nervioso, intentó mirar a otro lado, mientras sentía la mirada de Agi puesta en él, probablemente confundida, o hasta asustada. Maldiciendo a sí mismo, se aletó a decir algo más, para quitar del camino el incómodo momento.

Bueno, tal vez si bebió un poco, por eso no midió sus palabras.

- ¡Bromeaba!- volvió a mirarla y le sonrió incómodo. Una risa escandalosa y nerviosa lo atacó y aprovechó aquello para continuar el cuento de "era broma"- ¡Dios! Debiste ver tu cara, fue fantástico.- le empujó de un costado, rogando porque funcionara.

Ella sonrió algo incómoda y se sobó el brazo. Asintió mientras Harry seguía riendo. ¿Qué le pasaba a ese chico? En ocasiones actuaba extraño y parecía que le coqueteaba, pero después parecía arrepentirse y cambiar rápido de tema.

Tomaron un taxi y Harry dio la dirección de Agi, el corto viaje se les fue mientras hablaban sobre la fiesta, Louis había ido con una chica de cabello negro pero no la había presentado, Niall se había encontrado una castaña alta de ojos miel con la que había estado hablando toda la noche, y Liam se había perdido en algún momento de la noche. La fiesta había sido buena, pero tampoco se trataba de quedarse hasta las seis de la mañana. Finalmente llegaron y ambos bajaron del taxi, Harry le pidió al hombre esperar, regresaría en ese mismo taxi a su casa.

- Oye- se rascó la parte de atrás de su cabeza, incómodo.-, de verdad bromeaba hace un rato, sabes que yo nunca actuaría en contra de tu voluntad, te respeto demasiado, eres mi amiga.- decirle aquello era doloroso para sus propios oídos.

Agi subió dos escalones de su pórtico, quedando a la misma altura de Harry.

- Está bien.- le dedicó una sonrisa sincera. - A todos se nos salen palabras de más a veces.- tocó su hombro en una caricia amistosa. - Vete con cuidado, y nos vemos mañana... o mejor dicho esta tarde.

- ¿Esta tarde?-cuestionó él.

- Sí, bueno. Como ahora estoy de vacaciones pensé en que tendré tiempo de sobra para más ensayos y ya sabes, que todo quede perfecto para el concurso.

Perfecta Armonía. (H.S.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora