CAPITULO 28

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Los hermanos se miraban y no podían entender que había sucedido con su hermano y que era lo que los había llevado a tal situación.

-A ver cariño - le dijo la chica en el momento que le tomaba la cara entre sus manos para poder obtener su atención - ahora mismo nos vas a contar paso por paso, que fue lo que sucedió, porque conociéndolos estoy segura que ha sido algo sin importancia de la cual estás haciendo una gran tormenta y ya me estoy cansando de que todos ustedes - siguió ella apartándose de Juan para poder señalar a los demás que la miraban sorprendidos - sean unas nenitas y no se planten como hombres, confiando abiertamente que están enamorados hasta la médula de sus chicas y ellas no se quedan atrás, también son unas tontas que no se dan cuenta de lo felices que pueden ser a su lado, y si no, solo basta con mirarnos a nosotros - dijo dándole una preciosa sonrisa a su marido a lo que él le respondió tirándole un beso - cada día nos amamos más y así quiero verlos a todos, así que cuenta y ya veremos cómo te ayudamos a resolver esto.

Todos los hermanos se le quedaron mirando sin poder decir una sola palabra, todo lo que había dicho su cuñada era verdad así que apenas pudieron reaccionar todos abrazaron a la chica cariñosamente teniendo cuidado por su embarazo dándole besos y despeinándola haciendo que ella no pudiera parar de reír.

Juan como siempre dando gracias a Dios por su familia, agradeció que en ese momento todo pudiera parecer más fácil aunque su corazón todavía no sabía qué hacer.

-Bueno tontos déjense de molestarme a mí - les dijo la joven tratando de parecer seria y dándole un manotazo a cada uno con excepción de Stefano al que atrajo y besó haciendo que los demás comenzaran a molestarlos muchos más.

-Mejor me marcho - se escuchó decir a Juan en el momento que Arturo llego a su lado y sujetándolo del hombro le dijo.

-Viejo tú te quedas acá y nos dirás de una buena vez que te sucede.

Juan se sentó, mientras todos a su alrededor impacientes esperaban escuchar lo que les diría.

-Lo que pasa es que... - no sabía, tenía que encontrar las palabras adecuadas para que su hermano no se sintiera mal.

-¡Mierda Juan, cada vez eres más desesperante, suéltalo ya! - exclamó Stefano tirándose el pelo.

-¡Está bien! - Dijo decidido y levantándose de golpe de su asiento - hemos discutido por que no está de acuerdo que ustedes - dijo señalando a Arturo - vuelvan a estar juntos, traté de explicarle que ya son bastantes mayorcitos como para decidir solos - estaba nervioso caminaba de un lugar para otro dentro del salón - y ella comentó que desde que llegamos las hemos hecho infelices y que nunca permitirá que vuelvas a acercarte a Sara ya que si una vez casi le destruiste la vida la próxima será peor.

Arturo no podía creer todo lo que su hermano le relataba, una vez más era él el culpable de toda la situación.

-¡Espera, espera que no entiendo! - Exclamó desesperada Miriam - ¿Cómo qué segunda oportunidad? ¿Qué ha sucedido que yo no me he enterado? Tú - le dijo a Arturo - tendrás que darnos unas explicaciones apenas terminemos con este de acá - dijo señalando a Juan.

-Bueno ya les dije, ahora déjenme ir, no he dormido y quiero descansar - suplicó Juan.

-Viejo - se le acerco Arturo - no dejes que por una tontera pierdas el amor de tu vida no cometas el mismo error que cometí yo, lucha por ella y tenlo por seguro que yo le pediré perdón me volveré a ganar su confianza poco a poco - pasó su mano por el pelo y siguió - después de mucho tiempo te veo verdaderamente feliz, con alguien que siente lo mismo, que se preocupa y está totalmente enamorada de ti.

-Piénsalo hermano - le dijo Stefano que llegaba a su lado - no permitas que el orgullo y la indecisión se interpongan y termines arrepintiéndote toda la vida.

Amor en Tres Tiempos: Sin ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora