Amar o Matar. (Editando)

Capitulo 10

Rin no sabia que hacer, a pocos metros detrás de ella se encontraba Sesshomaru uno de los causantes de su dolor, respiro profundo y toco la empuñadura de su espada que tenia escondida entre su kimono, giro lentamente mientras contenía la respiración, al girar por completo ya no había nadie, soltó el aire acumulado en su pulmones llevo sus manos a su cabeza como si fuera peinarse, "Ya imagino cosas" - pensó mientras volteaba de nuevo al frente, al hacerlo ahí estaba justo frente a ella a unos cuantos centímetros de ella ese demonio con ojos dorados que la observaba fijamente, ella dio un pequeño grito por la impresión, cayo al suelo, poco le importo haberse lastimado al caerse, comenzó a hacerse para atrás con sus manos, el seguía viéndola, a pesar de aparentar tener miedo no lo veía en su mirada acaso su mirada mostraba ¿Odio? No lo sabia pero por una razón sintió curiosidad por la humana que se encontraba frente a el.

- ¿Que quieres? - Rin rompió el incomodo silencio, su voz no se escuchaba con miedo sino como reclamo. El solo seguía viéndola -, ¿Que tanto me ves? - volvió hablar, intento levantarse pero al parecer con la caía se había lastimado el tobillo, iba a caer de nuevo pero con un moviente rápido el peli-plata la sostuvo por la cintura evitando que cayera de nuevo, al tener ese contacto Rin sentía como si el la quemara y el también tenia una sensación igual, era como si la piel de ella (aunque estuviese cubierta) lo quemara -, suéltame! - le grito y el hizo caso y ella cayo -, imbécil!

- ¿No querías que te soltara? - dijo mientras ella se ponía una ves mas de pie logrando poder sostenerse.

- ¿Porque simplemente no me matas de una ves? 

- ¿Quieres morir? - era la primera vez que el hablaba con una humana, ¿Que diablos estaba haciendo? se preguntaba mentalmente, pero hace un rato cuando la tuvo entre sus brazos supo que era ella, si aquella niña de la choza de Ryu y la misma niña que estaba en la cueva de Totosai hace años.. pero ¿Porque seguía con vida? el mismo verifico y estaba muerta.

- No me contestes con otra pregunta... ¿Desde cuando los demonios les preguntan a sus víctimas si quieren o no morir eh? - el frunció el ceño ante eso, ¿Como se atrevía? ¿Acaso no sabia quien era el? No claro que si sabia quien era el, Rin lo miraba detenidamente, cabello largo platinado, su rostro era pálido con una media luna en su frente y unas marcas en las mejillas, "Es lindo" - pensó ella y sacudió la cabeza ¿Que estaba pensado? El era un monstruo en figura de ángel, siguió pensando.

- ¿Que tanto me vez? - le cuestiono el peli-plata mirándola seriamente, ella se sonrojo y bajo la mirada tratando de ocultar su sonrojo, el se debatía en preguntarle su nombre o no.. recordaba el nombre de aquella chiquilla "Rin" ese era y casi nadie tenia ese nombre, si esa humana que tenia enfrente se llamaba igual, ¿Que haría? seguía con las preguntas mentales. Rin saco su espada y se abalanzo hacia el, el pele-plata reacciono a tiempo y logro esquivarla, ella volvió atacar y el desenvaino su espada, se escucho el metal de las espadas chocar, sus miradas eran desafiantes, ella se alejo de el y volvió a atacar el respondió el ataque, el dio un salto Rin  lo siguió con la mirada, el acomodo su espada, ella sabia lo que pretendía así que antes de que la espada de el tocara su cabeza giro hacia la derecha, la espada de el toco el suelo, la vio de reojo se abalanzo sobre ella Rin detenía los ataques de el con su espada, pero estaba lastimada del tobillo isa que al retroceder resbalo haciendo que de un moviente Sesshomaru lanzara la espada lejos de ella, la tomo del cuello y la estampó contra un árbol, ella se levantaba un poco adolorida cuando de nuevo el estaba frente a ella la tomo de lo hombros levantándola con brusquedad estampándola contra el árbol, quedando frente a frente, la respiración de ella estaba agitada, pero otra vez al tener ese contacto sentían como si los quemara, el no mostraba expresión a pesar de sentir que las manos les ardían, en cambio Rin si hacia gestos, los hombros donde el tenia sus manos le ardía.