De lo viejo, lo nuevo

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-¿A dónde crees que vas?- la voz de Savannah cruza el vestíbulo de la enorme catedral y cuando James se gira ella está allí, parada con el ramo en las manos y una ceja levantada que haría temblar a cualquiera, pero no a él.

-Tengo que resolver algo, lo siento- espeta sin darle mayor interés y ella da un paso hacia adelante

-Detente ahí- señala y arroja el ramo a un lado, cargada de ira- ¡Es la maldita boda, James! ¿Qué demonios haces?

-Como dije Sav, tengo algo importante que...

-¡Me vale mierda lo que debas hacer!- chilla- ¡En este momento no hay nada en el mundo que sea más importante que nuestra boda!

-De hecho sí lo hay- esta vez es Shawn el que interviene en nombre de su hermano y lentamente los otros tres comienzan a alinearse a su lado- Déjalo Savannah, es importante

-Solo lo dices porque probablemente le habrías hecho lo mismo a Karla de ser la novia hoy- sugiere y los ojos comienzan a destellar en lágrimas- Tú también la habrías plantado por esa...esa asesina de padre mafioso

-Cuidado con lo que dices chica, esa asesina te lleva kilómetros de distancia y sus amigas también- señala Matt y su ceja se curva en una peligrosa advertencia

-Pues me alegra verlos tan unidos- ironiza y se cruza de brazos- Que les den, a los cinco

-Gracias por eso, que novia tan fina- observa Peter y el quinteto de hermanos comienza a girar hacia la puerta nuevamente

-Escucha bien, James- suelta ella casi en un hilillo de voz y enseguida se aclara la garganta- Si cruzas esa puerta no volverás a verme

-Y que lo digas- sentencia él- Mis tarjetas de crédito acaban de darle un "like" gigantesco a tu comentario

La carcajada se hace copiosa mientras los chicos se marchan de la iglesia y toman los coches para conducir en dirección a la mansión Sherwood donde encontrarán un poco más de paz, al menos hasta que James sepa cómo enfrentar la reciente noticia.

Sin embargo, en el interior de la catedral las cosas no se calman. Por el contrario, se vuelven más turbias y problemáticas que antes.
Savannah camina rápidamente por el pasillo con su maquillaje estropeado y una clara y temible expresión de desquiciada y enseguida le lanza el bonito ramo a Leslie sobre la falda al tiempo que la otra se sobresalta por la sorpresa.

-¿Pero qué diablos?- inquiere, levantándose enseguida y April se coloca a su lado, cuidando la retaguardia

-Es todo tuyo- suelta y se esfuerza por dirigirle una sonrisa sarcástica- Lo fue desde un principio así que ahora no vengas aquí a pretender que no lo sientes de ese modo

-¿De qué infiernos hablas?- exige April- Ella y James ya no tienen nada que...- su voz se calla al final de la oración y la tensión se prende en el aire como un barril de gasolina activado por un mechero- No puede ser

-Mira, no es mi problema- sube los hombros y se muerde el labio inferior- Será mejor que cargues con toda su mierda, porque iba enfadadísimo hacia su casa

La figura esbelta de Savannah desaparece, seguida de Karla y Gigi que le marcan el paso como dos reclutas que recién inician el entrenamiento. La melena negra se pierde en las gigantescas puertas de la iglesia y Leslie y April se quedan allí, entre los bancos, pasmadas mientras buscan explicaciones en su mente.

-¿Lo sabrá?- inquiere al fin Les y April asiente con ligereza

-Yo creo que sí- asume y da vuelta para fijarse en Enzo que acaba de reencontrarse con Jason- ¿Dónde estabas tú?

Infiltradas 2: Pagando el precioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora