Capítulo 10

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-Usted no lo decide -respondió Rachin.

-Es muy amable, señor Maxence -dijo Mathieu sinceramente-. Pero aquí lo necesitan, piense en los niños, ya que Rachin nunca lo hace.

Rachin lo miró mal, pero si limitó a callar y darle unos papeles.

-Ya he arreglado cuentas con usted -fue lo que dijo-. Se irá ahora mismo en el autobús de las seis. No se le permite ningún contacto con ninguno de sus alumnos.

Mathieu lo miró estupefacto. Rachin le ordenó a Maxence que no le permitiese a Mathieu ir a ver a los ex-alumnos. Después les ordenó que salieran.

Los dos se habían dado la vuelta y estaban por irse cuando Mathieu habló.

-Señor director, una cosa que quería decirle antes de irme. Le diré qué opino de usted.

-Ya lo sé Mathieu -dijo él impacientado rodando los ojos.

-Eres incompetente y malvado.

-¿Y ellos? -preguntó de repente Rachin levantándose enfadado.

-Ellos no escogieron estar aquí.

-Yo tampoco. Yo nunca quise ser profesor o director. Y no me diga que usted quería venir a este lugar miserable. ¿Tenías otras ambiciones? Yo sí -se señaló.

-No la pague con ellos -alzó la voz Mathieu.

-¿Cree que me gusta ser director? Alguien tiene que hacerlo. Haga las maletas y vayase a París -dijo burlonamente acercándose-, vaya a pedir trabajo. Toc, toc. ¿Quién es? "Hola me llamo Mathieu, necesitamos profesores reales no fracasados." Pelee por la causa si cree en ella, Mathieu. San Mathieu. No eres más que un músico fracasado. Un profesor, un profesorito, chiquitito, chiquitito. "¿A qué se dedica, señor Mathieu?" "Soy profesor" chiquitito, chiquitito, chiquitito -dio una carcajada y se sentó de nuevo.

-Está loco -dijo Mathieu mirándolo con desprecio.

-Estoy cansado. Váyase al infierno.

-No, lo dejo aquí -dijo él para marcharse junto a Maxence.

Mientras Mathieu salía del edificio con su maletín, esperaba que los alumnos no acatasen las normas y fueran a despedirle. No fue nadie. Le dio la impresión de que la decisión de los niños era la indiferencia. Y Lumiére y Morhange... En fin.

Él continuó andando y se paró al ver unos aviones de papel en el suelo. Y los niños comenzaron a cantar en la clase con las ventanas abiertas. Les Avions en Papier.

Él cogió algunas cartas del suelo mientras los niños seguían cantando y tiraban más fuera.

"Nos eremos pronto, señor Mathieu"

"Adiós, cabeza de huevo".

Mathieu miraba nostálgico la ventana en la que se encontraban aquellos niños con un futuro por delante, con aquellos niños que le habían llenado de inspiración. Aquel lugar que habría tenido un mejor final si no fuese por Rachin.

En la primera nota, Mathieu reconoció la letra de Boniface, las faltas ortográficas era de Pépinot, por supuesto, la que estaba llena de notas musicales era de Morhange y la de corazones era de Lumiére.

Miró arriba de nuevo y los niños sacaban las manos fuera haciendo ademán de despedirlo.

Cogió su maletín y miró la escuela por última vez. Por última...

Mientras oía las dulces voces de Morhange y Lumiére al compás en aquel adorbale dueto de pequeños. Que se querían y que hacían todo juntos.

Entonces Mathieu sintió una explosión repentina se alegría y optimismo. Quería compartirla con el mundo entero. Pero, ¿quién habría escuchado? Nadie sabía que él existía.

El gran artista se volvería pronto un hombre común. Él es Clément Mathieu. Un músico fracasado y profesor en paro.

Bien, éste era el capítulo final, pero ¡eh! Que todavía falta el epílogo que lo subiré muuuuy pronto y os va a gustar. Os quiero!

Los Chicos Del Coro (Morhange Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora