Los Chicos Del Coro (Morhange Fanfic)

Capítulo 2

Compañeros rivales

Pierre se encontraba mirando los papeles llenos de pentagramas que cogió del baño de Fond de l'etang sin que nadie se enterase. Ni si quiera Alice lo sabía. Sentía que esos papeles eran un secreto solo suyo. Tenía ganas de tener un secreto para él.

La puerta se abrió de golpe y Pierre se levantó.

Entró un chico con el pelo moreno, los ojos azules y alto. Llevaba una carpeta debajo del brazo, se quedó un poco sorprendido al ver a Pierre, pero enseguida recordó que le habían avisado de que tendría un nuevo compañero de cuarto.

—Hola.

—Hola. —respondió Pierre un poco serio—. Soy Pierre Morhange.

—Encantado —el chico le tendió la mano y Pierre se la dio también—, Hugo Dumont. ¿De dónde vienes?

—Del internado Fond de l'etang  —respondió. Hugo no parecía haber oído hablar de ese internado.

Hugo se sentó en la cama y pasó su mano por el pelo repeinado, haciendo que este ya no estuviese tan perfecto.

—El señor Barbier me está destrozando. Me tiene harto —admitió bajando la voz para que él y su nuevo compañero fuesen los únicos que escuchasen ese comentario.

—¿Quién es el señor Barbier?

—Es el profesor de ciencias.

«Ciencias —pensó Morhange—, qué asco.» En esa época, si eras internado en el conservatorio, dabas todas las asignaturas.

—Es demasiado estricto —le explicó Hugo—, a veces dan ganas de darle un puñetazo en su cara llena de arrugas.

En la habitación de las chicas, Alice dormía en su nueva cama. Estaba cómoda. Su compañera entró sigilosamente y se sentó en su cama para contemplar a la niña que sería una nueva alumna. Tenía el pelo castaño, largo (algo raro en esos años), esparcido por la almohada. Una pierna caía por la parte derecha de la cama, y una boina descansaba cerca de su rodilla. Su ropa era bonita, pero su postura no era precisamente de una señorita.

—Yo no he sido —dijo levantándose de una y comenzó a jadear. Se tocó el pecho y respiró unas cuantas veces.

La niña que la contemplaba no pudo evitar esbozar una sonrillisa traidora. Alice se giró enseguida para mirarla.

—¿Qué soñabas? —preguntó la chica. Alice tragó saliva, se sentía un poco incómoda.

—No me acuerdo.

—Te has levantado muy agitada —Alice miró a otro lado—. Soy tu compañera de cuarto, Chloê Nélisse.

—Alice Lumiére.

La chica tenía el pelo corto, negro y un flequillo recto justo encima de las cejas finas. Su piel era pálida y sus ojos eran muy bonitos. Su postura, sentada, era muy formal, y transmitía simpatía.

—No dormí mucho anoche, ya sabes, los nervios. —explicó Alice un poco roja.

—No importa. No quería despertarte. ¿Por qué razón te han aceptado? Quiero decir, qué talento tienes.

—Me gusta cantar.

—¿Cantar? ¿podrías cantarme algo? —Alice tocó sus manos nerviosa. Cantar así, a una persona que no conocía, le resultó extraño—. Venga, no muerdo.