Sentía cómo él apretaba su pierna en cada movimiento que hacía, al entrar bruscamente en su interior notó cómo un poco de sangre salía pero eso no fue excusa para que se detengan, no podía aguantar sus gemidos que se oían por toda la cocina, aunque sintiera dolor era extrañamente placentero.
—¿Por qué... Tan repentino?—Preguntó ella entre gemidos.
—¿Quieres hablar de eso ahora?—Rió un poco y comenzó a besar el cuello de ella. Luego unos sonidos fuera de la casa se hicieron oir.
—Por favor... termina rápido, alguien viene.
—Eso es parte de tú imaginación, esto es un sueño.
Ella había olvidado aquel detalle de que él también podía entrar en los sueños y controlarlo a su gusto.
—Entonces ya es hora de despertar.
Tomando un cuchillo cerca, cómo pudo contra la voluntad de los deseos de él, Celestine clavó el cuchillo en su propia mano, haciendo que despertara de una manera brusca, pero el dolor real que sentía en su espalda baja le impedía levantarse de la dama.
—Offenderman te odio—Dijo en voz alta, para luego ir hacia el baño y ducharse, al salir aún era de madrugada y volvió hacia la cama.
Estaba en una camilla, todo lo que la rodeaba era de un color verdoso raro, las luces apagadas, lo único que iluminaba era una linterna que había en el suelo.
No sabía en dónde estaba y lo que era el lugar, era todo tan extraño, pero más que seguro un sueño.
Ella levantó la linterna, la habitación era rara y escalofriante. Empezó a sudar frío y pudo notar que en los brazos tenía varias marcas, cómo si la hubieran agarrado de ellas y dejando los dedos marcados en su carne.
Salí de esa habitación y un olor putrefacto rápidamente se hizo sentir, ese olor estaba haciendo que tuviera náuseas y un gran dolor de cabeza, trató de seguir adelante y mientras caminaba, alumbraba con la linterna, por unos segundos se apagó y con un leve golpe pudo lograr que encendiera, pero, estaba en un lugar diferente, había un pasillo largo y apenas podía ver hacia donde llevaba, a los costados había más puertas de acero y con una pequeña ventana con rejas.—Esto no es nada bueno ¿Dónde estás Puppe?—Llamaba aquella voz en su cabeza cuando aquellos sueños volvían. Pero él no estaba.
Unos pasos se escuchaban y parecía que cada vez se acercaba más, comenzó a caminar rápido y cuidadosamente, no quería que esa persona o cosa la atrapara, sea lo que sea, ella no quería ser encontrada.
La voz que tenía en la cabeza no estaba, no podría tener su apoyo y los pasos se acercaban y parecía que lo tenía a su lado, pero eso era imposible, no había nada detrás.
Empezó a recordar las historias que leía, pero no recordaba ninguna que se pareciera a esto. El olor putrefacto se hizo más fuerte, y el sonido se detuvo por un momento y una voz se hizo escuchar e hizo que se detenga. La linterna se término de apagar y no podía encenderla.
Ella se pegó contra la pared y fue guiándose de esa manera, pero había algo que estaba mal, aún peor de lo que estaba en ese momento. Las puertas no estaban, cómo si hubieran desparecido, se resbaló con algo que había en el suelo, haciendo que cayera pero, pudo levantarse rápidamente.—Dios mío...—Al ponerse de pie, miró hacia delante.
Estaba en lo que parecía un manicomio, en la parte de afuera y todo estaba en llamas, se escuchaban los gritos y suplicas para que los dejen salir de ahí, y... Había un chica, apreciando todo lo que pasaba frente a sus ojos, solamente tenia una remera blanca y una pulsera en su muñeca izquierda.
—¿Esto llegará a su fin? O... ¿ellos vendrán por mi?...
Celestine comenzó a marearse y todo se volvió borroso, hasta llegar al punto en que no podía ver nada.
Sentía unas manos agarrarla de los brazos y que clavaba algo, cómo garras, era un dolor insoportable y sus ojos lentamente iban cerrandose.Sus ojos nuevamente abiertos, sus pupilas dilatadas, estaba acostada en la cama, y aún seguia siendo de noche, mirando el reloj a su lado marcaba las 4 de la madrugada. Se levantó cuidadosamente y trató de bajar las escaleras despacio, tenía un poco de dolor en la pierna por la herida.
Cuando salió, caminó lo suficiente cómo para perder todo de vista.—¿Que sucede?
Se dijo a si misma, todo es realmente extraño y solo le dejaba más y más dudas, miraba a su alrededor los árboles en la oscuridad y el frío viento contra su piel, ella se sentó bajo un árbol y empezó a recordar viejos momentos, cerraba sus ojos quería dormir cómo alguien normal pero un pequeño crujido hizo que se despertara y se puso de pie mirando hacia la oscuridad del bosque.
—¡Miren con quién me encuentro, una indefensa niña!
—No soy una niña—Aquella retrocedió un poco —sea quién seas, deja de molestar.
—No creo que debas hablarme de esa manera, yo...—Celestine veía cómo de la oscuridad del bosque salieron con rapidez unos hilos dorados tomando sus muñecas tirando con fuerza, y aquel salió—Puedo controlarte si es necesario.
—¿Puppeteer?
—¡Bingo!—él acercaba, sus dientes y ojos dorados, su piel gris, ambos cara a cara—¡Al fin logre encontrarte!
—¿Encontrarme? ¿Para qué me quieres?
—Nada—Su tono se volvió más sombrio y sentía hostilodad—solamente advertirte algo. De que te cuides de él.
—¿De quién? Se específico.
—¡De Offenderman! ¡¿Quien más?!
—¿Por qué? Él no me haría nada, él me quiere.
—¿Te lo demostró?—Rio, una sonrisa llena de falsedad— ¿Te dijo que te amaba? Solamente eres un juguete para él.
—Todo lo que dices es una mentira, Tú solo manipulas a la gente.
—Tienes que pensar—Aquel soltó sus hilos pero la tomó a ella por las mejillas—¡deja de seguir a tu corazón! ¿Cómo quiere qué él recuerde tu piel o tú aroma? Si todas las noches ésta con otra mujer besa diferentes labios, ¡Toca diferentes cuerpos!
—¡Cállate!—Celestiene dió unos pasos hacia atrás pero él siguió avanzando hasta acorralarla contra un árbol.
—Dime... Sí aquí—Puppeteer puso su mano en el vientre de ella—hay un bebé ¿Él lo aceptaria? Si es que no... Solamente eres un juguete para divertirse, y cuando termine contigo, te desechara...—Ella sabía que era cierto, y sus lágrimas no tardaron en salir, lo miró—solamente quiere sexo.
—¿Por qué me dices esto?—Habló mientras su pecho dolía y sus lágrimas caían—Por favor...
—Porque después de eso...—Él se acercó al rostro de ella y se acercó a su oído—Yo seré tu único amigo... Cariño.
(Actualización 29/05/23)
ESTÁS LEYENDO
Sick for you (offenderman y tu)
RomanceLlegó Él, tan de repente, tan rápido y fácil, llegó en el momento exacto, cuando no quería nada, pero lo necesitaba todo, llegó cuando debía, cuando me sentía sola. Lo hice todo por amor, todo por él, mi enfermedad no tenía cura o algún calmante par...