Un mes después de que Sasuke se hubiese enfermado, las cosas estaban muy tranquilas, y lo mejor era que ella por fin había logrado ganarse la confianza del moreno para salir del departamento con un ingenioso disfraz. Ya fuera para dar una vuelta, o para ir a comprar algunos comestibles que Shisui e Itachi hayan olvidado comprar.
Claramente tras que Sasuke se recuperara, el Uchiha dueño del departamento le hizo trabajar como burro para pagar todo lo que duro enfermo. Y por esa razón, Hinata se la pasaba sola el resto del día, a veces limpiaba, otras cocinaba y dejaba las mejores actividades para el final, salir a caminar. Solo se colocaba una peluca castaña y algo de maquillaje, más unos lentes que servían para ocultar sus tan extraños pero hermosos ojos perlados, y con ello salía a la calle sin temor a ser reconocida.
Suna era una ciudad hermosa, demasiado grande, quizá un poco más que Konoha. Ni siquiera conocía Konoha completamente y eso que había vivido allí toda su vida, esperaba conocer Suna en sus tantas vueltas por la ciudad, pero apenas si tenía conocido el distrito donde vivía más dos parques que estaban cerca. No era mucho, pero al menos ya era algo.
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Un día, se levantó para realizar sus tareas domésticas como era habitual. Tras concluirlas y dejar lista la comida, decidió salir a dar una vuelta por el nuevo parque que se inauguró.
Niños corriendo, jugando, adultos caminando de un lado para otro. Jóvenes que paseaban a sus mascotas, parejitas que caminaban de la mano. Entre otras personas más.
Llego a una banca que se situaba delante del pequeño kiosco que estaba en el centro del parque. De color blanco con globos y personas que vendían comida, helados y otras baratijas, festejando la recién inauguración. Respiro profundamente, el limpio aire que los arboles proporcionaban, mismo que se mezclaba con las flores cerca y un característico perfume. No le dio importancia la primera vez, pero... aquella fragancia la reconocería donde fuera, reconocería a la persona que le gustaba usar dicho perfume. Sus sentidos se sacudieron rotundamente para buscar a esa persona con sumo interés.
Sintió una mano sobre su hombro, y el aroma del perfume era más fuerte. Cerró los ojos con fuerza, conteniéndose de llorar o de lanzársele a los brazos. Giro para toparse con esa persona, recibiendo una sonrisa que mostraba sus dientes, hermosa como siempre. Una sonrisa acompañada de dos bellos ojos azules, de un cabello largo y lacio, hecho con finas hebras doradas.
-Te encontré-
-¡Ino!- Sin pensarlo dos veces se puso de pie para abrazar a su amiga con fuerza. Ino le correspondió al gesto abrazándola de igual forma, ambas querían llorar, ambas tenían tanto de que hablar, pero por el momento solo se concentrarían en ese abrazo que expresaba el cariño de dos mejores amigas que parecían no haberse visto en muchos años.
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-¡ESE HIJO DE PUTA!-grito en medio de aquel pequeño local de café, captando la mirada de los comensales y meseros, pero, ¿Cómo no reaccionar de esa forma? Tras su encuentro en el parque, Ino insistió en que fueran a un café para chalar más cómodamente, pero aquella charla abrió recuerdos en Hinata que prefería haber mantenido enterrados todo el tiempo que fuera posible. Tan solo recordarlo, tan solo contarle le hacía estremecer hasta la más pequeña parte de su cuerpo, juraría que durante algunos segundos sintió las manos de Sasuke recorrerle la espalda y las piernas. Se estremecía.
Ino estaba mirando a su amiga, estaba tan cabreada, ten enfadada... tan... mal. Una de sus mejores amigas había sufrido de esa forma tan horrible, y lo peor era que vivía con ese monstruo. Quiso gritar a los cuatro vientos, quitarle ese disfraz y avisar a las autoridades. Pero aquello no haría más que empeorarle las cosas a su amiga y a ella.
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Unhealing Person
FanfictionEn el mundo existe una delicada línea entre el amor y la obsesión, entre la locura y la demencia. Dos chicos quebrados hasta el alma, vacíos y llenos de dolor. Hundidos en la oscuridad, emergiendo como demonios. Dos chicos, que buscaban a dos ángele...