Sasuke y Hinata disfrutaban felizmente un momento que tenían juntos. Después de tanto, compartían una pequeña hora en la que a Sasuke le dejaron respirar.
Estaban en la cocina junto a Kakashi y Sakura que merendaban un platillo realizado por la peli-rosa. Ellos estaban mirando una revista que mostraba los encantadores lugares turísticos de las cinco naciones. Desde las maravillas naturales, hasta los museos y parques.
Cada lugar era hermoso.
El Uchiha más que mirar lo bello de los lugares, miraba a Hinata sonreír y emocionarse con cada nuevo lugar que aquella revista mostraba.
No entendía cómo es que nunca se cansaba de mirarla, que nunca se cansaba de verla sonreír, reír y ver ese hermoso sonrojo en sus mejillas que podía pasar a toda su dulce carita de ángel. Estaba enamorado, y mucho.
Es curioso... en ningún momento de su vida se llegó a imaginar que estaría así. Enamorado como un gran idiota, y sacando suspiros frescos de su alma cada que pensaba en ella. Que estando a su lado podía sentirse como un humano, podía sentirse contento, feliz... vivo.
Durante algún tiempo fue difícil asumir todos esos sentimientos. Toda una vida siendo un malnacido, siendo un hijo de Lucifer, y destruir vidas a lo bestia. Robar, matar, e incluso torturar... para pasar a otra donde incluso hacer una pequeña travesura ya le carcomía la conciencia.
Es evidente que aún no podía terminar de asumir todo, aun se sentía extraño, raro. Se sentía incluso incómodo. Pero eso era parte del cambio...
Un cambio que él quiso realizar.
Esa tarde le hizo una promesa, y esa promesa era que una vez terminado el asunto con Kuro, ambos se irían a donde ella quisiera, a iniciar una nueva vida lejos de todo y todos. Algo así como una propuesta de matrimonio fue lo que hizo... aun a su joven edad.
Sasuke no necesitaba más pruebas para saber que la amaba, y para saber que ella lo amaba, que aceptarlo con todo y el infierno del que venía, con cada demonio y pecado que manchaba su alma. Con todo eso... ella lo amaba, y la amaría a ella.
Según esas películas románticas que siempre miraba a medias, cuando amas a una persona la aceptas tal cual es. Y si te acepta tal cual, estarás seguro que será el amor de tu vida. O al menos eso es lo que muchas dicen que sucede.
Y que se pudra Hollywood sino es verdad.
-Mira este lugar... es hermoso—Sonrió la Hyuga señalando el artículo que hablaba sobre una casa a la orilla del mar. Lo que más llamaba la atención de Hinata era el atardecer, y la forma en que las olas eran pequeñas y tranquilas.
Dio vuelta a la página para continuar mirando los demás lugares. Cada uno más bello que el otro, con paisajes casi irreales.
-Son buenos lugares para iniciar una familia, ¿no crees?—Dedico una mirada hacia la Hyuga, quien al posar sus ojos sobre los opuestos, no evito sonrojarse.—Unos... dos o tres niños—Continuo poniéndola roja como sus tomates.—Pero... claro que disfrutaremos del proceso de hacerlos antes... ya sabes—Se acercó a ella, haciendo que ya no solo el rostro de la Hyuga ardiese como mil soles, sino que ahora se sintiese tan caliente que sus orejas podrían dejar escapar humo. Si eso se pudiera humanamente claro.
Kakashi noto a la joven pareja de enamorados, sobre todo cuando vio como Hinata ocultaba su rostro con ambas manos, negando con la cabeza. Sasuke parecía estar disfrutando molestarla, esa sonrisa que hacia lo decía todo.
Estaba feliz por él. No evito sonreír por debajo de su máscara, y pensar en toda la vida que aún le quedaba por vivir a su hijo. Incluso se imaginó a los hijos de esos dos y la forma en la que aquellos niños le dirían abuelo.
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Unhealing Person
Fiksi PenggemarEn el mundo existe una delicada línea entre el amor y la obsesión, entre la locura y la demencia. Dos chicos quebrados hasta el alma, vacíos y llenos de dolor. Hundidos en la oscuridad, emergiendo como demonios. Dos chicos, que buscaban a dos ángele...