Chapter III: Propiedad

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¿Alguna vez te has levantado de la cama, con aquella sensación de que algo malo pasara?...

Pues justamente, Hinata se levantaba con aquella sanción en aquella mañana del viernes. Tomaba su desayuno, un tazón de cereales y un pan tostado con mermelada de fresa. Extrañamente, esa sensación de que algo pasaría había estado presente desde ayer, después de salir de clases e irse a casa en autobús.

Todo a causa de aquel Uchiha...

Su Madre la había notado muy distraída desde ayer que había llegado a casa, pero creyendo que quizá solo era alguna cosa juvenil, no hizo más caso. Pero ahora que la veía de esa forma, fue necesario intervenir.

-¿Ocurre algo cariño?-Llamo su atención con su mirada materna y una sonrisa cariñosa. Tanto Hiashi como Hanabi prestaron atención a lo que pasaba.

Hinata negó con la cabeza, a la par que sostenía una sonrisa falsa, no quería preocupar a su familia, y mucho menos contarles lo que sucedió, aquello solo traería problemas que ella prefería evitar.

-No pasa nada Madre, me... me preocupa mi amiga, Naemi-Odiaba mentirle a su Madre, pero "usar" a Naemi como excusa de no sentirse bien, era perfecto.

Si bien sus Padres conocían a esa chica, y sabían en donde vivía, cualquiera que llegara a encariñarse con aquella joven se sentiría mal por la forma en la que vivía.

-Oh, Cariño, tranquila...-Su Madre paseo su mano sobre su mejilla con cariño.-Tu amiga estará bien... sino, sabes que es bienvenida cuando quiera-

Hinata sonrió en respuesta a lo que su progenitora decía, valoraba que fuera así de amable con sus amigas, al menos aquello le sirvió para distraer sus pensamientos lejos de aquel endemoniado moreno.

--

Neji conducía su auto con su futura esposa rumbo a recoger a Naemi, una petición de Hinata era una orden que siempre se sentía contento de realizar. Sin embargo, por muy amigas que fueran ambas, a él no le agradaba para nada, y realmente no había un motivo muy claro.

Como su futuro Esposo, quería llevarse bien con sus amigas, pero honestamente aquella idea le resultaba absurda y nula. Dado que después de que ambos se casaran se mudarían de Konoha a Suna, donde se iniciarían la construcción de la siguiente empresa Hyuga, misma que él dirigiría.

El camino para recoger a la chica, fue silencioso como era costumbre entre ellos, de la única cosa que solían hablar era sobre cómo les había ido a lo largo de su día o en algunas veces hablaban sobre cómo sería su vida haya en Suna.

El joven Hyuga llego hasta una parada de autobuses donde estaba la chica rubia con unos auriculares, movía una de sus piernas al ritmo de la música, eso hasta que vio llegar el auto. Se puso de pie mientras Hinata salía del auto para saludarla con un fuerte abrazo.

Después de su saludo, ambas entraron de nueva cuenta al auto.

-Buenos días, Hyuga-san-Saludo Naemi sonriente.

-Buenos días-respondió.

Tras aquello, el viaje fue un poco más ruidoso, Hinata hablaba con Naemi sobre las clases y demás temas que se podían catalogar como cosas de chicas, mismas que Neji o no entendía, o prefería no saber.

Una vez llegado a la Universidad, Naemi salió del auto, agradeciendo por llevarla y dejarles solos unos minutos.

Debida la diferencia de edades, Neji ya había concluido con sus estudios y ahora solo se dedicaba a trabajar en la empresa Hyuga junto a su Padre. Por lo tanto, no solían verse sino hasta el final de la jornada laboral del castaño.

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