Ya eran las 22 y yo aún no podía dormir. ¿En qué pensaba? En él.
Me acosté en la cama y me quedé mirando el techo, hasta que sonó mi celular.
De número desconocido
Nena, voy ahora a tu casa a hacer el trabajo
¿Qué?
Le iba a contestar algo cuando de la nada siento un ruido, me levanté cuidadosamente y tomé un libro para luego irme acercando lentamente hacia la ventana. Justo cuando estaba por pegar a alguien él habla...-Tranquila, nena- dijo riendo- Soy yo.
Se acercó a mi y me dio un sonoro beso en la mejilla.
-¿Estás loco? Son las once, ¡mi hermano duerme y mi padre igual!-grité
-Y si duermen ¿por qué gritas?- preguntó en tono burlón. -hacemos el trabajo y me voy-propuso tranquilamente.
Cuando antes empezáramos antes se iría, ¿no?
Tomé los libros y me senté en la cama, Ian se sentó a mi lado y se limitó solo a mirarme.
Tomé el libro de estudio, una cuadernola y mi cartuchera, comencé a trabajar y él aún no se movía-Ian-dejé todo a un lado y lo miré.
Mierda, estábamos más cerca de lo que esperaba.
-¿Si?-susurró.
-hay que trabajar juntos.
-Me gusta la parte de juntos-dijo acortando la distancia entre los dos.
Yo en serio que no entendí a este hombre, antes me odiaba, me ignoraba, hasta logré escuchar como una vez le decía a mi hermano que ni siquiera me veía como a una mujer.
Mi cabeza solo estaba pensando en lo que pasó hoy, cuando me dijo que le importaba. ¿A qué se refería?-¿Qué fue lo que me dijiste hoy...?-pregunté en un susurro casi inaudible.
-¿Qué cosa?-preguntó mirándome fijamente a los ojos, esos ojos. Nunca me había fijado tanto en ellos, nunca los había tenido tan cerca.
¡Concéntrate!
-Cuando salimos de clase me dijiste algo y no lo pude escuchar- mentí, claro que lo había escuchado, solo que quería asegurarme que fuera cierto y no solo una mala jugada de mi tonta imaginación.
-Agus, los dos sabemos que escuchaste perfectamente lo que te dije hoy en clase.-dijo con una gran sonrisa dibujada en el rostro.
-No...-mentí, otra vez.
Me tomó de las manos y se acercó un poco más a mí, hasta que ambos quedamos a escasos centímetros uno del otro.
-Me importas- susurró mientras se acercaba más y más a mi, hasta que nuestros labios se encontraron.
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Mi Princesa... Todo Fue Una Apuesta
Romance-solo era una apuesta-dijo sin expreción alguna en su rostro -una apuesta? Todo esto fue solo una apuesta? -Si -Ian, yo te amaba... solo fuí una apuesta para ti- y ya estaba llorando otra vez- Eres un maldito hijo de Se acercó a mi rápidamente y me...