Vampire Diarie ( Damon Y Elena)

Capítulo 11

Maratón 3/3

Elena:

Tras haber llorado durante un buen rato con mi hermana me sentía un poco mejor pero aún así me sentía como si de un momento a otro me fuese a desmoronar por completo. Me fui a la habitación para poder lavarme la cara ya que después de haber llorado durante tanto tiempo tenía los ojos hinchados.

Me lavé la cara y salí de la habitación, en la que se encontraba Damon sentado en la cama y parecía muy pensativo. Yo no les conté que había visto a Katherine y mucho menos que ella y yo éramos amigas.

-Damon, ¿ ocurre algo?-. Me estaba empezando a preocupar ya que él no solía estar tan callado.- Elena, te he visto antes llorando con tu hermana. Me siento tan impotente al no poder ayudarte a sentirte mejor-. No podía soportar que él sintiese eso ya que él no podía hacer nada, pero me apoyaba y eso era suficiente.

Me senté a su lado y dejé caer mi cabeza en su hombre.- Mi amor, con darme tu apoyo haces suficiente, me ayudas mucho, así que no te sientas así-. Cuando acabé decirle esto le di un cálido y apasionado beso que poco a poco se fue volviendo más apasionado  y hambriento.

Poco a poco la ropa nos comenzó a sombrar por lo que él me quitó todo y me dejó tan solo en ropa interior. Yo por mi parte fui desabrochando su camisa, la cual le quedaba condenadamente bien, y después le quité los pantalones que llevaba puestos dejándolo tan solo con sus boxers.

Ambos estábamos tumbados en la cama. Él estaba encima de mi dándome dulces besos en los labios, esos hermosos y carnosos besos por los que daría cualquier cosa por besar. Era como si entre sus brazos nada malo pudiese pasar. Me sentía a salvo junto a él.

Con cada caricia y beso nos deseábamos cada vez más y al final no pudimos más e hicimos el amor apasionadamente. Cuando terminamos Damon se quedó dormido y yo me dediqué a admirarlo. Era tan hermoso, parecía como si Dios hubiese bajado del cielo y lo hubiese esculpido.

-¿ Por que no paras de mirarme?-. No abrió los ojos, simplemente habló.- Creía que estabas dormido-. Él sonrió de lado, típico en él y me hizo derretirme. Le acaricié el rostro con la mano y él me dio un fugaz beso en los labios.

Tras haber estado un rato más en la cama me levanté de la cama y después de vestirme me fui a dar un paseo. Iba caminando cuando de repente me encontraba cogida del cuello estampada contra la pared.

-Hola pequeña Elena, cuanto tiempo sin verte-. No soportaba el sentirlo cogiéndome del cuello.- Kol-. Era Kol, el mismo que un año antes me había matado y me había vinculado a una de mis mejores amigas.

-Suéltame desgraciado-. Él era más fuerte que yo ya que él era más antiguo que yo por lo que tenía más fuerza que yo. De repente vi como Kol salía volando por los aires y o caía al suelo. Me llevé una mano al cuello ya que me dolía un poco por la fuerza que Kol había ejercido sobe él.

-De nada Elena-. Era nada más y nada menos qe mi amiga Katherine.- Elena, sé que estas muy destrozada por lo que te pasó y que sientes mucho dolor, todo se puede ir, solo, apágalo-. Quería que apagase mi humanidad y la verdad era que la idea no me resultaba mala ya que el dolor que sentía era demasiado grande.

-Tranquila, yo estaré contigo-. Ella me ayudó a levantarme y entonces la apagué. No sentía absolutamente nada y la verdad era que era que genial. No sentía tristeza, ni alegría ni siquiera sentía dolor, no sentía nada.

-Katherine, vamos a la casa de los Salvatore, quiero que conozcas a mi hermana pequeña-. Ambas fuimos a la casa y al llegar saqué las llaves que yo tenía de la casa, ella podía pasar ya que había sido invitada con anterioridad. Entramos y los tres estaban en el salón.

-Hola, mirad quien ha venido conmigo-.

Hola mis amores, aquí esta el último capítulo del maratón, espero de verdad que os guste, nos vemos pronto, os quiero. Besos y abrazos.

MÓNICA.