Vampire Diarie ( Damon Y Elena)

Capitulo 24

Elena.

Tras pasar toda la mañana en Grill divirtiéndome con los demás decidí ir a casa de nuevo ya que la noche anterior no había dormido lo suficiente debido a que no podía dejar de pensar en todo lo que había sucedido con Klaus.

Dejé a todos en el Grill y me fui sin decir nada. Una vez llegué a la casa me fui a mi habitación y sin pensármelo dos veces me lancé a ella. Mi cuerpo la recibió con alegría. Se sentía como si estuviese tumbada sobre una nube blanda y cómoda.

Cerré los ojos dejando que mi cuerpo se relajase y mi mente dejase de pensar cuando sentí como el lugar de la cama a mi lado se hundía y cuando giré la cabeza y abrí los ojos me encontré con la mirada de unos ojos azules profundos e intensos.

-Te has ido sin decir nada-. Sonreí levemente y volví a mi anterior lugar cerrando de nuevo los ojos.-Necesitaba descansar, demasiadas emociones y poco descanso en estos días-. Él sin decir nada me cogió, colocó mi cabeza sobre su pecho y rodeó mi cuerpo con sus brazos. Yo por mi parte rodeé su pecho con uno de mis brazos y respiré hondo.

-Necesitas descasar, son demasiadas emociones y problemas.¿ Qué te parece si tu y yo nos vamos el fin de semana al lago?, así descansas y te relajas-. La idea me era muy tentadora pero ni mente no me dejaba aceptarla.-No puedo Damon, no puedo dejar sola a mi hermana con todo lo que tiene encima-.

-No está sola, mi hermano está con ella-. Sabía que eso era cierto, pero aún así no podía dejarla sola.-La dejé sola durante toda la vida y ahora más que nunca me necesita, no voy a abandonarla-. Él atrajo más a él para reconfortarme.

-Ya he perdido a muchas personas y no quiero perder a nadie más, mucho menos a mi hermana-. Ya había perdido a demasiadas personas a lo largo de mi vida que no soportaría el perder a otra persona más, mucho menos a mi hermana que, aunque a penas hacia unos días que nos conocíamos, ya la quería con todo mi corazón como lo que era, mi hermana.

-Lo entiendo, pero no es saludable que estés mal todo el tiempo, la tensión es mala-. Comenzó a acariciar mi espalda para reconfortarme.-Me agrada que te preocupes por mi pero tranquilo, estaré bien-.

Él simplemente sonrió y cerró los ojos relajándose al igual que yo y sin darme cuenta me quedé profundamente dormida.

Cuando mis ojos se abrieron me encontré en el mismo lugar en el que me había quedado dormida, sobre el pecho de Damon, el cual seguía plácidamente dormido. Me levanté sin hacer ruido ni ningún movimiento brusco para no despertarlo y bajé a la cocina a por algo de comer.

Cuando llegué a la cocina me encontré allí a mi hermana que estaba buscando algo en la nevera.-Hola hermanita-. Ella me saludó con la mano sin siquiera mirarme ya que parecía muy centrada en buscar algo en la nevera.

Pasados unos segundos se reincorporó y se dio la vuelta dejándome ver que había cogido una manzana roja, la cual eran de sus favoritas.-¿Quieres la mitad?-. Yo miré la manzana y laverdad era que parecía apetecible así que asentí y ella partió la manzana por la mitad y de dio una de las mitades a mí.

-¿Como te sientes?-. Ella me miró y dio un mordisco a su mitad pensando en la respuesta que darme, parecía como si estuviese pensando si confiar en mi o no.-La verdad es que estoy algo asustada, no porque me haga daño a mi, sino porque os haga daño a vosotros-.

Sabía lo que ella sentía, yo sentí lo mismo cuando Klaus quería usarme para el sacrificio.-Todo irá bien, ya lo verás, no nos pasará nada-. Intenté darle todo mi apoyo e intentar darle confianza sobre nuestra supervivencia.

Ella sin más se acercó a mi y me abrazó, cosa que al principio me sorprendió pero que no tardé en corresponder con gusto. Pude sentir como un sollozo salía de los labios de mi hermana y eso me partió el corazón en dos. No quería que ella se sintiese mal.

Me separé de ella y la miré a los ojos limpiando un par de lágrimas que habían escapado de sus hermosos ojos azules.-No te preocupes por nada, todo irá bien-. La volví a abrazar para consolarla.-Corréis peligro por mi culpa y yo no puedo hacer nada para protegeros-. Podía sentir la impotencia en su voz y eso me mataba.

-Nosotros podemos protegernos solos y también te protegeremos a ti, tranquila hermanita-. Hablé lo más calmada y confiada que pude y pareció que funcionó porque sentí como ella poco a poco se calmó.

Una vez nos separamos una pequeña sonrisa de agradecimiento apareció en su rostro y como si fuese contagiosa una sonrisa apareció también en el mio. Ambas fuimos a la sal de estar, nos sentamos en un sofá y nos dispusimos a pasar una tarde de hermanas.

Hola mis amores, aquí os dejo un nuevo capítulo, espero que os guste y nos veremos pronto. Os quiero, besos y abrazos.

MÓNICA.