Capitulo 13

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Elena:

No me había dado cuenta de en que momento me había quedado dormida pero cuando me desperté y vi el reloj me di cuenta de que  había estado dormida durante cuatro horas. Me levanté de la cama y me sorprendí la ver quien se encontraba en la cama sentada.

-Kath, sabes que no me gusta que hagas eso, ni siquiera ahora que no tengo humanidad-. Ella me miró con malicia a lo que yo le di un golpe con la almohada que se encontraba a mi lado derecho. Ella me miró un poco molesta por le golpe que le había dado.

M levanté de la cama y me senté en una silla que había cerca de Katherine.- ¿ Para que has venido Kath?-. Ella se sentó mirándome fijamente y me sonrió abiertamente.- He venido porque me he enterado de que tu hermanita te ha encerrado en la casa, que buena hermana ehh-.

Me estaba comenzando a irritar ya que yo estaba deseando poder salir de esa aburrida casa.- Si vas a fastidiarme mejor te vas-. Me levanté ya irritada de ella ya que me estaba sacando de quicio.- Solo te quedan unos dos minutos de estar encerrada, de nada Elenita-. Me quedé sorprendida ya que no me podía creer que me fuese a sacar de allí.

Pasaron dos minutos y entonces Katherine se levantó de la cama y se asomó por la ventana.- Ven y prueba a salir-. Yo, ya que estaba deseando de salir, me acerqué a la ventana y con mucho cuidado extendí el brazo derecho para sacarlo por la ventana.

Cuando intenté sacarlo nada me impidió hacerlo, lo que significaba que el hechizo se había roto y ya podía salir sin ningún problema. Abracé a Katherine a modo de agradecimiento y sin tardar salí por la ventana rápidamente.

Fui andando hasta llegar a una casa en la que parecía que había una fiesta bastante pequeña porque, por lo que vi, apenas había unas seis personas, claro que aún era muy temprano como para que hubiese más. Pude ver que los que estaban en esa casa eran todo hombres y no tendrían más de 25 años.

Me decidí entrar ya que tenía hambre, a pesar de que había comido un poco pocas horas antes. Llamé a la puerta y un joven con el cabello color rojizo, ojos marrones y de estatura media me abrió la puerta.- Hola preciosa,¿ quieres pasar a la fiesta?-. Le di una sonrisa devora hombres.- Claro que si-.

Él se echó a un lado.- Pasa preciosa-. Tras decir eso no dudé ni un segundo en entrar a la casa y una vez dentro saludé a todos los invitados, que pronto pasarían a ser mi cena.- Vaya, veo que mi concepto de hermosura se quedaba corto-. Nunca me habían dicho ese piropo, pero eso no le salvaría.

-¿ Podemos ir a una habitación más solitaria?-. Él me miró y asintió, para después conducirme a una habitación cercana mientras los demás se nos quedaban mirando. Una vez llegamos a la habitación me coloqué justo en frente del chico.- No vas a gritar y no te vas a mover-, Él asintió y esa fue mi señal para clavarle mis colmillos en su cuello y dejarlo sin sangre en las venas.

Tras él hice algo parecido con los demás, tras averiguar que no había una fiesta, si no una reunión de amigos a la que solo los presentes eran los invitados. Una vez maté a todos algo extraño ocurrió. Algo en mi interior comenzó a removerse y eso me asustó.

Me senté en uno de los sofás que había en la sala de estar en la que se encontraban todos los cadáveres de los jóvenes que había matado. Ese horrible sentimiento no desaparecía y era extraño, ya que se suponía que tenía la humanidad apagada y no podía sentir nada.

Unos minutos después me di cuenta de cual era el sentimiento que no me dejaba en paz y que me estaba comenzando a sacar de quicio, era la culpa. Saqué mi móvil, el cual llevaba cuando salí de la casa de los Salvatore y le mandé un mensaje a mi hermana con la dirección de la casa.

Mientras esperaba no podía parar de pensar en lo mal que me sentía y me di cuenta de que mi humanidad se había encendido sala, cosa que yo no quería, ya que todo el dolor que ya sentía más el dolor y la culpa que había acumulado en esos días en los que había sido una sádica vampiresa se habían hecho presentes en ese momento.

Pasados unos minutos más la puerta principal se abrió dando paso a mi familia y amigos, los cuales tenían todos caras de espantos al ver los cuerpos esparcidos por el suelo.-¿ Que has hecho Elena?-. Miré a mi hermana como si hubiese hecho la pregunta más tonta del mundo, y en realidad así era.

Sin darme cuenta comencé a llorar como una magdalena, a lo que Damon vino hacia mi y me abrazó con sus fuertes brazos y me atrajo hacia su pecho para poder consolarme.- Los he matado-. Dije mientras no podía parar de llorar.- Tranquila, nosotros nos encargamos de los cuerpos, tu cálmate-.

A pesar de que me dijese que me calmase era imposible porque me sentía como la peor persona del mundo, o peor aun, me sentía como un monstruo, yo era un monstruo. Me levanté del sofá en el que estaba y Gillian me ayudó a ir hasta el coche en el que habían venido.

Dejé a Damon y Stefan encargándose de los cuerpos y me fui con mi hermana hasta llegar a la casa. Una vez llegamos me acompañó hasta mi habitación y me ayudó a acostarme para poder dormir y descansar. Ella se acostó a mi lado y me abrazó. Yo por mi parte me dejé abrazar por los brazos de Morfeo.

Hola mis amores, se que he estado dos semanas si actualizar pero es que he estado de viaje de estudios y he vuelto super cansada. Aqui os dejos este capítulo que espero que os guste y quiero pediros que me dejeis en los comentarios que os parece esta novela. Nos vemos pronto, os quiero mucho, besos y abrazos.

MÓNICA.  

Vampire Diarie ( Damon Y Elena)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora