Contaba con una gran armada, en concreto, tenía 30 barcos con 10 cañones por barco.
Al fin tengo algo con lo que golpear fuerte al enemigo, y así lo hice, aunque no fue nada fácil. El enemigo tenía constancia de mis propósitos y, por tanto, mandaron una armada con la que hacernos frente. Su armada era mucho más grande que la mía, 150 barcos, pero no tenían lo mismo que yo y, debido a que yo era el único que tenía cañones en mis barcos, pude destrozar una de la muchas armadas del enemigo. Imaginad los barcos del enemigo, gigantes, como 20 personas de alto y 1000 de largo. Con más de 1000 soldados en cada barco, una monstruosa armada era la enemiga, pero esos enormes barcos no eran nada contra el fuego de mis armas y, en consecuencia, todos acabaron siendo alimento de las llamas, todos los barcos estaban sumidos en un fuego inapagable. Muchos de los tripulantes murieron en los barcos, ya sabéis como, y los demás se ahogaron.
Fue un duro golpe para el enemigo, pero aún les quedan barcos en sus puertos, asique ya os podéis imaginar cual fue mi primer objetivo. Si, atacar los puertos enemigos.
Como me encontraba más cerca del territorio Fujiwara los ataqué a ellos primero. La costa de la provincia de Dewa se sumergió en las llamas, no había lugar que escapara del poder de mis barcos. Mutsu fue la siguiente provincia, allí fue donde perdí una gran parte de mi armada, pues esta vez los Fujiwara estaban muy bien preparados. Perdí 10 barcos, ¿Cómo?, no es muy difícil de explicar el porqué.
La segunda armada del enemigo era más numerosa y los tripulantes eran arqueros, no como los de la primera armada que eran todos lanceros, esos arqueros fueron entrenados por arqueros de la provincia de Tosa. Los arqueros de la provincia de Tosa eran los mejores arqueros de todo Japón y, fue por eso por lo que perdimos la batalla en la bahía noroeste de Mutsu. Sus arqueros alcanzaron los cañones en el momento justo antes de disparar, y claramente, mis cañones se desviaron y hundieron mis propios barcos.
Inmediatamente ordené la retirada y pudimos salir con vida de aquella situación.
Bueno, si no puedo atacar por mar, no me queda otra que llamar a los Chiba para que ataquen a los Fujiwara y, mis tropas también se abrirán camino hacia la capital del enemigo.
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Taira
Historical FictionHace mucho tiempo el nacimiento de un niño marcó el destino de una civilización, este es el destino que le aguardaba a Japón y a todos sus habitantes. Antigua portada realizada por Hiswel