Peter

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–Algo siento que está mal – me dice Susan al mirar el mapa con la estrategia.

–Todo está calculado, lo revisamos Edmund, Jessica y yo – dije señalando las piezas que nos representaban.

–Si todo sale de acuerdo al plan, saldrá bien – interfiere Caspian en la conversación.

–Entonces ¿quién irá con Miraz? – pregunta Edmund de manos cruzadas recargado en la pared.

–Yo – hablé antes de que Caspian lo hágase.

Caspian se giró a verme y abrió la boca para contradecir.

–Sí vas tú, él va a persuadirte por ser un miembro de la familia.

–Tiene razón – dice Susan – Es posible que él intente jugar con tu mente para que cambies de opinión.

–Es mi tío.

–Es por eso que no puedes ir – responde Edmund – tiene que ir Peter, es el GranRey de Narnia. Tiene que vengarse por nuestro pueblo.

–Iré con Jessica para que cuide mi espalda, Susan y tú irán abrir la reja – indico moviendo las piezas de la estrategia.

–Hablando de Jessica, iré a entrenar con ella – anuncia Edmund retirándose de la habitación.

–¿Estás seguro que irás con ella? – pregunta Caspian.

–Ella memorizó todas las entradas y salidas de tu castillo – respondí decidido.

–Tiene razón – habla Susan – solo ustedes dos conocen bien el castillo, por eso Jessica debe acompañar a Peter, si algo sale mal, ella sabrá por dónde salir.

Caspian concuerda con un movimiento de cabeza.

–Sí algo sale mal, ¿quién liderará las tropas? – señala Caspian.

–El general sabe qué hacer en caso de que no regresemos o demos la señal.

–No Peter, tiene razón Caspian – dice Susan en tono suave recargando sus manos en el plano – qué tal si ninguno regresa.

Trago fuerte mirando el plan de batalla una vez más.

–Tú los liderarás – respondo.

–No puedo abrir solo la reja, es muy pesada – interviene Caspian.

–Podría ir yo – dice una voz nueva entrando a la habitación.

Los tres volteamos y se encontraba Lucy mirándonos seria.

–No Lucy, es muy peligroso – niego con la cabeza desviando mi mirada.

–Tiene razón, no puedes ir – coincide Susan.

–Me siento inútil quedándome aquí sin hacer nada – nos dice dejando caer sus manos en el vestido.

–Tú te quedarás con los que se queden, serás su líder – le digo tratando de animarla.

Ella asiente y se retira.

–En ese caso, tendrá que quedarse Jessica – indico dudoso.

–No le va a gustar la idea – dice Susan frunciendo el ceño.

–No tenemos otra opción – exclamo desesperado – tendré que ir solo con Miraz, Jessica no le tiene tanta confianza a Caspian para acompañarlo a abrir la reja. Si algo sale mal, ella va a saber qué hacer si no regresamos.

–Yo voy contigo y Trumpkin y los demás ayudan a Caspian con la reja. No irás solo Peter.

–Me parece bien, pueden haber guardias y Susan puede cuidarte la espalda.

Yo asiento con el plan.

Los dos se quedaron en silencio sabiendo que tenía razón.

–Es mejor que alguien se lo diga ahora, ya va a ser tiempo de parir – dice Caspian.

Ambos miramos a Susan a nuestro lado quien miraba el plano distraídamente.

Ella al notar nuestras miradas bufó y puso los ojos en blanco.

–Eres su mejor amiga – le señalé un punto hundiéndome de hombros.

Ella me fulmina y sale de la habitación.

–Sabía que me tenía desconfianza – me dice Caspian – siempre está fría en mi presencia.

–No la culpo, tu pueblo a atacado al nuestro por años – le digo recogiendo mi espada cuál estaba recargada en una pared.

–Pero yo no...

–Lo sé – lo interrumpo caminando hacia la salida – voy a ayudar a Susan, Jessica no suele tomarse estas decisiones con calma.

Dejé a Caspian en la habitación solo, sabiendo que se irá preparando.

Aceleré mi paso al no ver a Susan cerca. Había corrido.

–No exactamente – escuchaba la voz de Susan por un túnel.

Al llegar al final vi la silueta de Susan en la entrada sosteniendo su arco mirando al interior.

–No entrarás con ninguno – le dice.

–¿Por qué? ¿Por qué yo? ¿Quieren que espere afuera sin hacer nada? – le reclamaba en un tono enojado.

Cuando vi que Susan no sabía que responder, decidí ayudarla y entrar junto a ella.

–Estarás con las tropas.

Jessica al verme, su rostro se mostró sorprendido.

–Claro, dejen afuera a la que ayudó a idealizar el plan – se pone a la defensiva.

Edmund mostraba confusión, claro. Él no estuvo en la plática de hace rato.

–No estás afuera, solo estás esperando a la señal de ataque – suaviza la voz Susan para que su amiga se tranquilizara.

–Sí nos filtramos muchos en el castillo nos podrían ver – excuso – Trumpkin, su amigo, Reepicheep, sus guerreros, Susan, Edmund, Caspian...

–Como sea, estamos perdiendo el tiempo – bufa molesta soltando a Edmund y caminando hacia mí.

Al pasar a mi lado chocó con mi hombro y se retiró de ahí.

–¿Por qué cambiaron el plan? – nos pregunta Edmund con mirada confundida y molesta.

–Si ninguno de nosotros regresa, nadie liderará a nuestras tropas. De ese modo, ella sabría qué hacer. – responde Susan.

Edmund respira pesado y afirma con movimientos de cabeza.

–¿Por qué no le dijeron eso?

–Ella no hubiera accedido – responde nuevamente Susan.

Edmund se quedó en silencio, sabía que tenía la razón.

–Es mejor que nos preparemos – digo y caminamos hacia la salida del templo, donde todos nos estaban esperando.

Las Crónicas de Narnia y el Príncipe Caspian [2/4]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora