–Despierta – decía voz ronca echándome una cubeta de agua helada.
–¿QUÉ? – exclamé despertándome mirando a mi alrededor.
–Es hora de irnos, levántate – dijo el guardia jalándome de un brazo.
Obediente me alce rápidamente ya que su mano estaba apretándome fuertemente.Me sacó de la celda hasta guiarme afuera del castillo.
–¿Tampoco me van a dar nada de comer hoy? – raspé mi garganta mirando como pasábamos por los pasillos del castillo.
–¿Para qué? Podrías morir hoy.
Un escalofrío recorrió mi cuerpo al escuchar lo que dijo. Tragué grueso y evité decir algo más.
Había un caballo frente a nosotros, me tomaron las manos y las amarraron con una cuerda lastimando mis muñecas.
Un guardia se acercó con un saco de papas vacío.
–No – me negué retrocediendo – no hablaré.
Otro guardia desprevenidamente puso un pedazo de tela en mi boca amarrándomela en la nuca sobre el cabello.
–Esto es para que no hables – me dijo – el otro para que no veas.
Negué con mi cabeza evitando que me lo pusieran. Podían arrojarme a un lago y me ahogaría fácilmente.
Entre tres guardias me tomaron y me lo pusieron finalmente. Me montaron en un caballo y avanzamos.
Mi respiración estaba agitada, igual que el latido de mi corazón.
¿Planearán matarme antes de que lleguemos con Peter?Después de unas horas paramos.
No sabía que iban hacer conmigo. Tal vez abandonarme en el bosque o quizá ahogarme en el río.
Dos manos tomaron mi cintura y me bajaron del caballo, al sentir el suelo mi pies desearon no moverse de ese punto.
Me jalaron de las manos, como si fuera un animal. Al no sentir el jaloneo me impulsaron hacia abajo obligándome a que me hincase.
Me van a decapitar.Bajé mi cabeza, aceptando mi destino.
Tragué grueso cerrando los ojos, sintiendo como el agua había desaparecido de mi cuerpo, gracias al sol y calor que había.Me quitaron el saco de papas de la cabeza, dejándome inhalar el aire fresco una vez más.
Sin abrir los ojos aspiré el aire que podía dejando salir suavemente.–¡Jessica!
Mis párpados se abrieron de golpe reconociendo la voz.
Edmund.
Al ver al frente mío con mirada entrecerrada por el sol, observé a Peter y Edmund a metros de mí. Siendo separados por un espacio, donde sería el duelo.
–¡Entrégala! – exclama Peter enojado.
Miraz, a quien no había visto en estos dos días con mi presencia en el castillo, rió.
–No haré eso.
–¡Teníamos un acuerdo! – señala Peter con su espada.
–Este es mi acuerdo – exclama sacando su espada – sí me ganas ella vive, sí te gano, ella muere.
Abrí los ojos escuchando un sonido agudo, ignorando el escándalo que hacía mi pueblo.
-Empecemos – escupe Peter completando su armadura.
Me jalaron de las manos haciéndome retroceder y dejar el área de duelo. Mi mirada estaba fija en Edmund, quien apretaba sus puños y acomodaba la armadura de Peter. Estaban hablando, pero no entendía bien sus movimientos de labios.
Al sacar la espada de su estuche, que sostenía Edmund, los narnianos gritaron.
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Las Crónicas de Narnia y el Príncipe Caspian [2/4]
FanfictionYa habían pasado dos años desde que los hermanos Pevensi y Jessica habían ido a Narnia, cuando llegan todo Narnia esta destruido, extinción, guerra, un Telmarino se pone de su lado llamado Caspian, el príncipe.