Una persona igual a mí

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Legolas escucho ruidos, una voz femenina que reprimía a otra.

- ¡Leonard pero como se te ocurrió golpearlo! ¡¿que no piensas niño?!

- Lo siento, pensé que era un ladrón – dijo arrepentido la voz de un joven que aparentaba la
edad de Legolas

- ¿Un ladrón? ¿en el bosque?

- Bueno, que tal que quería llevarse los árboles. Y dejarnos sin bosque.

- Lenni claro que no, como se te ocurre.

- Sara, Lenni no sabía, él solo se asustó y reacciono, tú habrías echo lo mismo – le dijo su
madre, la abuela de Lenni.

- Está bien, tu abuela tiene razón.

Los ojos de Legolas comenzaron a abrirse lentamente, el joven de la voz se acercó a él, lo miraba
fijamente, pero no tan sorprendido de ver un elfo.

- Hola… ¿ya te sientes mejor? – le pregunto Lenni con una sonrisa emocionada.

Al ver el rostro de aquel joven Legolas quiso pararse rápidamente, pero al intentarlo, se balanceo, aún estaba mareado por el golpe. La voz femenina al verlo de pie trató de calmarlo, era una elfa con el pelo rojizo, los ojos azules.

- ¿Qué pasa? ¿en dónde estoy? ¿Quién es él? – mirando al joven que estaba frente a él.

- Primero que nada tienes que sentarte, y te contare todo, no tienes nada que temer. Lenni
tráeme un vaso con agua. – le dijo a su hijo

Legolas se sentó y trató de calmarse, la mujer no se veía mala persona.

Al otro lado de la ciudad Kim y Loki estaban en un puente mirando a la gente desde arriba, era tarde y se podía ver como brillaban las estrellas y la luna redonda.

- Es hermoso – dijo ella mirando al cielo.

- No tengo idea de cómo me convenciste de venir –Loki la observaba

- Bueno quería compartir esto contigo, eres mi amigo ¿no? – Kim se veía ilusionada

- Si, amigos – Loki creía saber lo que pasaba pero no le dijo nada

La sra. Sara estaba con Legolas, él al escuchar su explicación se sorprendió.

- Entonces ¿viaje en el tiempo? ¿Cómo voy a regresar?

- Lo más seguro es que vengan a buscarte, el portal siempre ha estado abierto, solo brilla cada cierto tiempo.

- ¿Eso significa que no se puede cerrar?

- El portal no se cierra, por esa razón tengo el bosque encantado, así nos evitamos problemas con seres malignos.

Legolas miraba a Lenni, él era idéntico físicamente a él, el mismo cabello, los mismos ojos, el mismo rostro, solo tenía una gorra negra que lo diferenciaba.

- Lamento haberte golpeado – se disculpó Lenni con Legolas

- No te preocupes – Legolas aún tenía una duda y necesitaba aclararla – Sara, ¿Por qué su
hijo y yo somos muy parecidos, acaso pertenecen a nuestra familia?

Sara miro a su hijo, y volteó con Legolas.

- No, Leonard y tú se parecen porque… él es tu reencarnación

- ¿Reencarnación? – pregunto Legolas algo confundido

- Así es. Veras las almas que se perdieron hace mucho, especialmente la de nuestra gente, se reencarno para vivir en este mundo en paz, junto con los humanos, pero con dones
mágicos y la vida eterna de un elfo, aunque parezcamos humanos, realmente somos elfos.

En el puente aún seguían Loki y Kim, desde ese día que se conocieron, había florecido una
hermosa amistad, que Kim estaba dispuesta a no perder.

- ¿Crees en el destino? – le pregunto Kim a Loki

- ¿Destino? ¿Por qué me lo preguntas? – le responde desconcertado Loki

- Hay una leyenda, dicen que un anciano que vive en la luna baja cada noche y busca entre
las almas aquellas que están predestinadas a unirse en la tierra y cuando las encuentra las ata con un hilo rojo al dedo meñique para que no se pierdan. De esta forma esas personas
se conocerán, sin importar lugar, tiempo o circunstancia.

- Vaya, pero que extraordinaria historia – le responde Loki en tono sarcástico

Kim le sonríe y le da un abrazó, Loki no entiende a que se debe el abrazó, pero sentirla así de cerca no le disgusta tampoco.

Sentimientos que TrasciendenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora