Los visitantes del portal

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El sol anuncio la llegada de un nuevo día, Legolas amaneció en la recamará de Lenni donde había dos camas, la abuela y la madre de Lenni se encontraban en la cocina.

- Vamos Legolas, seguro que mi mamá habrá hecho algo delicioso, bueno siempre lo hace, su comida es exquisita, ya lo veras, después te llevare al castillo, que realmente no es un
castillo, más bien una casa grande que está a un lado de la nuestra, es propiedad de mi
abuela, es amplia por dentro, una vez que entres lo entenderás, lo siento si estoy hablando mucho, a veces exagero al hablar especialmente cuando me emociono.

- Está bien.

- Legolas, mi madre me conto que la tuya murió asesinada por orcos, lo siento. Sin embargo
tienes a tu padre y eso es bueno.

- Mi padre, mi padre debe de estar preocupado.

- Seguro que sí, no te preocupes, él vendrá por ti. Así conocerá este mundo.

- ¿Y tu padre Lenni? No he visto a nadie más que ustedes.

- Mi padre nos dejó cuando era pequeño, no quiso hacerse cargo de mí.

- Lo siento, no lo sabía.

- Eso fue hace mucho, la verdad es que no lo he necesitado – regalándole una sonrisa a
Legolas.

Loki y Kim se habían vuelto muy buenos amigos, pero él sabía que es lo que comenzaba a sentir ella por él, y eso no le agradaba. Kim llegó a la azotea de un edificio donde se encontró con Loki.

- ¿Qué pasa Loki, de que quieres hablar conmigo?

- Sobre nosotros – dijo en tono serio

- ¿Nosotros? – dijo Kim algo sorprendida

- Si. Kim, tú y yo somos amigos, y espero que eso no cambie.

- ¿Por qué cambiaría? No entiendo.

- Porque espero que no te enamores de mí.

- ¿Por qué no? ¿Por qué somos distintos? ¿Qué pasaría si te digo que te…?

Antes de que terminara él la interrumpió

- ¡No lo digas! – dijo algo molesto Loki

- Te amo, ¿eso que tiene de malo?

- ¡No caeré en tu trampa sentimental! ¡No me pienso enamorar de ti! ¡Eres una simple humana!

- No te lo estoy pidiendo. Pero tampoco puedes impedir lo que siente mi corazón.

- Te equivocas, si puedo. Si continuas con esa tontería, me alejare de ti… para siempre.

La respuesta de Loki le rompió el corazón, sentía como si una oscuridad la invadiera, Loki no la miró en ningún momento, y después de haberle dicho que se alejaría de ella, él se fue de allí, Kim se quedó sola en aquel edificio, no pudo evitar llorar.

En la época de la edad media el rey Thranduil, Tauriel y los enanos que estaban allí con Gandalf (por curiosidad del roble brillante) decidieron entrar, al sumergirse, ante ellos presenciaron millones y millones de luces parecidas a estrellas en el universo.

Sara noto que alguien más había entrado al portal, pues el roble tenía un extraño resplandor que solía aparecer cuando alguien viajaba atreves de él.

Lenni y Legolas se encontraban en lo alto de la casa grande.

- Vaya no tardaron mucho – dijo Lenni al notar a los viajeros que estaban frente al roble.

- Es mi padre, Tauriel, Gandaf y… la compañía de Thorin. – dijo Legolas algo sorprendido.

- ¿Uno de esos elfos es tu padre?

- Sí, el que trae la corona.

- Ya veo, ¡vaya pero parecen hermanos, tú padre es muy joven! – Lenni se sorprendió al ver a Thranduil.

- Somos elfos, la edad no pasa en nosotros como en los humanos.

- Si eso ya lo sé. Pero aún me sorprende lo joven que es.

Sara se acercó a los viajeros, al verla los enanos se pusieron en guardia, el rey Thranduil noto que era una elfo, Gandalf también lo noto.

- Buen día, mis señores, sean bienvenidos a nuestra época – dijo Sara haciendo una reverencia

- ¿Qué época es esta mi lady? – pregunto Gandalf

- Muchos años después de la edad media, mi nombre es Sara y supongo que algunos de ustedes han venido a buscar a un joven elfo que atravesó el portal – dijo tranquila

- Así es, ¿usted sabe en dónde está? – pregunto Thranduil.

- Él está quedándose en mi casa con mi madre y mi hijo. Síganme.

Inmediatamente Thorin le mostró su desconfianza.

- ¿Por qué habríamos de confiar en ti? ¿Cómo saber que no es una trampa?

- Bueno si quieren pueden quedarse aquí, aunque no se los aconsejo, pues se avecina una
tormenta – miraba al cielo que estaba poniéndose gris, y el aire comenzaba a arreciar.

Sara continuo su camino hacia la casa grande en donde se encontraba Legolas y su hijo.

- No creo que se trate de una trampa – dijo Gandalf

- Yo tampoco lo creo – lo apoyo Thranduil

De repente comenzaron a caer gotas de agua, no les quedo de otra más que seguirla.

Sentimientos que TrasciendenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora